jueves, 14 de febrero de 2008

La justicia desigual.



No sé por qué ciertos recuerdos se quedan en la memoria más que otros, detalles que no tendrían que sobresalir y sin embargo se quedan. Recuerdo muy bien que mi exmujer y su amiga Naima (las dos médicas, “doctoras”…) estaban muy emocionadas por la presentación del libro de Carlos Castañeda sobre la historia de las luchas armadas en los años 60 y 70’s en México (La Utopía desarmada. Ariel. México 1993). Me decían que cancelara mis pacientes y que ese era un momento importante en nuestro país, pues con la publicación del libro se abría otra etapa para entender nuestra compleja y surrealista izquierda mexicana.
No entendían por qué no me interesaba ir al evento, si yo había participado alguna vez de joven en un grupillo de izquierda que no había prosperado demasiado, pero que había intentado algunas cosas basándose en la utopía marxista que soñábamos. Convencieron incluso a mi amigo José de que las acompañara, cosa que no tuvo problema en hacer, porque siempre estaba desempleado.
También decían que era un hombre muy inteligente y guapo. Que ellas irían a que les autografiara el libro sin pensarlo dos veces, sobre todo, Naima que en esos momentos estaba soltera a pesar de ser bella, independiente, buena profesionista y todavía no acababa en brazos de un patán alcohólico.
Después, volvieron con el libro recién comprado, adosado con el puño y letra del susodicho, dedicándoles su obra. No fue la última vez que tocó el tema, pues escribió un libro después con el nombre de La vida en Rojo, una biografía del Ché Guevara. (1997).
Todo esto fue antes de participar, como asesor en la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas en 1998, y después de haber estado suscrito en el Partido Comunista. Hoy día, según los periódicos y la Wikipedia, participó poco más joven como agente de la CIA (se dice que un programa de TV cubano lo acusó) y del espionaje cubano entre 1979 y 1985. Y pues, hay que felicitar a quienes escribieron la nota de la Wikipedia porque es muy detallada y cumplieron bien su encargo pagado por quién sabe que manos obscuras.
Parece ser que, efectivamente, en el Archivo General de la Nación se encuentra un expediente grueso (cómo consta en el reportaje del periódico Universal) firmado por el mismísimo nefando Nassar Haro, que demuestra un seguimiento pormenorizado de sus actividades políticas y de espionaje aprovechando la cobertura de ser hijo de un político destacado e influyendo sobre su progenitor sobre ciertos temas.
Éstos reportajes, que han salido después destacan su amistad con Fidel y su desilusión del comunismo, también su colaboración con el gobierno panista de Fox y cómo llevó a México a la más grande crisis diplomática con el gobierno cubano.
Lo curioso es que teniendo una bitácora tan detallada de sus actividades políticas, algunas de ellas que supondrían traición a la Patria, según el Código Penal Federal (Articulo 123, 124 ) y que comprenderían actos de espionaje, inteligencia con otro país, beneficios por causa de éstos actos, etc, nunca se le persiguió ni se le perseguirá por este asunto catalogado por dicho código como un delito tan grave como el de narcotráfico y castigado con pena de prisión de cinco a cuarenta años y multa hasta de cincuenta mil pesos.
El intelectual mexicano en cuestión, desde su cómodo retiro actual en Washington, ha negado esa información, diciendo que se trata de imputaciones hechas desde una institución sin crédito alguno como lo fue la Dirección Federal de Seguridad... a la que, por cierto, no perteneció pero pudo haberlo hecho, como otros exizquierdistas que después se volvieron policías.
Es aquí dónde uno se pregunta varias cosas: ¿Conocían Cárdenas, Fox y demás equipos de asesores esta información? ¿Acaso llegó a ser secretario de Relaciones Exteriores de nuestro país, siendo un traidor a la Patria? Y por último: ¿Por qué el Estado, haciéndose pública esta información no procede en contra del traidor? ¿Ha prescrito el delito que cometió según ese archivo?
Se hace evidente, con la noticia extendida en los medios, que se trata de una campaña de desacreditación en contra del polémico hombre que intentó ser candidato independiente sin el apoyo de un partido político a la presidencia en las últimas elecciones federales. Castañeda ha hecho pública su opinión de que no hay futuro para los partidos políticos en México, que esa no es la vía por la que debe transitar nuestra democracia y creo que en el fondo tiene razón, porque precisamente su paso por la izquierda y la derecha demuestra que no hay diferencia alguna entre los partidos y que los políticos sólo siguen su interés personal sin que medie ningún ideal de por medio ó modelo de sociedad deseado. De hecho, este cuestionamiento que hace de los partidos políticos es más que interesante pues abre una nueva perspectiva no explorada en muchos países que podría dar al traste con los jugosos negocios y tranzas que se realizan en los altos niveles de gobierno. Se acabarían los subsidios obligados para embutir a los medios de comunicación. Habría oportunidad para que cualquier ciudadano como tú y yo disfrutase del derecho a ser registrado y aparecer en las boletas de elección de gobernantes (lo cual haría posible que apareciese también el doctor Simi ó Eugenio Derbez, no hay bien que por mal no venga) con opciones similares de votación que aquellos que han hecho una carrera política de años de corrupción dentro del sistema. En otras palabras, se podría acabar con el monopolio político mexicano como le ha llamado atinadamente Castañeda, quien ha acusado al PRI de intentar elevar a rango constitucional la prohibición de dichas candidaturas..
De hecho, él ha sido el personaje público más crítico a la tan elogiada nueva ley federal electoral que fortalecería las instituciones en contra de los partidos, evitaría las asesorías y campañas perversas de miedo y reduciría pero no eliminaría los indecentes patrocinios estatales a sus campañas. Ha señalado que el PRI ha intentado elevar a rango constitucional la prohibición a las candidaturas independientes y que en muchos puntos esta reforma es tapar el sol con un dedo. No son muy actuales las declaraciones – 2006 –, pero encontramos en el Diario EL PAÍS (28/03/2004) estas afirmaciones: "Los invito a que formemos juntos el mayor partido de México: el partido de los sin partido (...), que encabece un Gobierno de los ciudadanos y no de la partidocracia”.
Es pues en este contexto, que se entiende que sea ahora expuesto, precisamente en este momento y no antes, antes de que haga más daño, pero que no se note que es producto de las declaraciones que ya hizo. Sus compañeros de la política se están cobrando una afrenta y una amenaza a sus prebendas, que su posición representa. No tan lejos como para que se le persiga y se le ponga en prisión por los actos cometidos, porque saben que conoce él bien los secretos de la política mexicana como para que alguien se atreva a afectarlo demasiado. Lo molestan nada más tantito… a pesar del reportaje que ustedes pueden ver aquí… porque en el fondo condenarlo a él, sería condenarse a sí mismos.

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