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domingo, 1 de junio de 2008

In Therapy - En terapia. HBO.



La nueva serie de televisión de HBO olé: IN THERAPY – EN TERAPIA que ya tuvo éxito en Norteamérica, despegó promisoriamente en México la primera semana. Gabriel Byrne es un excelente, magnífico actor irlandés que hemos visto en películas tan diferentes como Miller’s Crossing (1990) de los hermanos Coen, Spider (2002) haciendo el papel del padre del niño psicótico que mata a su madre, End of days (1999) dónde interpreta uno de los mejores Satanás de que tenga memoria la historia del cine (vencido por el Gobernator Scharzenegger), ó Stigmata (1999) en la que aparece como sacerdote luchando contra las fuerzas del mal, el mismísimo Vaticano, y la ambición de un sacerdote muerto, avaricioso de poder.
En la televisión, encarna el papel de Paul Weston, un psicoanalista norteamericano que trata a sus pacientes una vez a la semana de lunes a jueves (Laura, Alex, Sophie y el matrimonio de Jake y Amy) y que el viernes se enfrenta a su supervisora y ex analista Gina, para relatar lo que le acontece y sucede, no sólo en el escenario de su consultorio, sino en el seno de su hogar.
El melodrama está dirigido y planeado por Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez, y es la adaptación de una exitosa serie israelí “Be 'Tipul”, que tiene un esquema novedoso respecto de otras series que ha producido HBO como, por ejemplo, la exitosa Sex and the City. En primer lugar, porque sus novelas son – generalmente – semanales y esta serie pasa casi todos los días, en segundo lugar, por su duración breve de media hora ó menos y en tercer lugar, por la temática que es muy singular, sobre todo por tratarse de una serie en que el contexto del psicoanálisis es el escenario en el que se llevan a cabo las historias.
Llama la atención que se produzca una serie de televisión con éstas características, pues para muchos el psicoanálisis en los Estados Unidos, sería historia del pasado y no interesaría al público en general, acostumbrado a las terapias breves, alternativas, o los simples fármacos recetados sin mayores escrúpulos por el gremio psiquiátrico.
Sin embargo, la serie ha tenido éxito por una parte por la curiosidad del público por entrar al misterio de una sesión analítica y saber lo que allí sucede, por otra, por lo bien armadas de las historias y su desenvolvimiento en los tiempos establecidos. Es bueno, ser el hijo de Gabo y tener una oportunidad como ésta, mejor todavía aprovecharla y hacer un producto interesante.
Dentro de las limitaciones dramáticas de la telenovela, nos gusta ver que Paul – siendo médico – no ha sacado su recetario para prescribir Prozac ó Valium (¡Píldoras mágicas!), y se ha dedicado a escuchar a sus pacientes. Sobre todo la primera semana, en la que intervino bien poco, cuál debe esperarse de un analista que está más bien para ser el facilitador para que corra la palabra del paciente y se despliegue la historia de su pasado, a fin de que, pueda rehistorizar su vida.
Puede objetarse, que hace demasiado uso de su propia subjetividad, cuenta a sus pacientes sus opiniones personales y se comporta como un robot en el tono monocorde de su voz, además de que se comporta igual con todos. Su supervisora y analista Gina (Dianne West) es más desenvuelta, menos tiesa y más intuitiva – diríamos, confiada en el Inconsciente – en sus intervenciones.
De hecho, quizá ilustre bien, el lugar al que ha llegado el psicoanálisis en los Estados Unidos: prácticamente el olvido de los factores infantiles en juego en la neurosis, énfasis en el aquí y ahora, falta de análisis de la transferencia negativa y énfasis en el uso de la transferencia positiva, uso habitual y excesivo de la contratransferencia y aplicación del sentido común sobre el analítico que conduce a la búsqueda de “razonar” con el paciente sobre su situación, frecuencia demasiado espaciada de las sesiones, contratos presididos por las exigencias de una aseguradora que determina las condiciones del tratamiento. Otro detalle más: todas las terapias se realizan frente a frente.
Muchas de éstas modificaciones al modelo más ortodoxo del análisis ya las han ido aplicando algunos analistas mexicanos, exigidos por lo que cavilan es la sobrevivencia dentro de la amplia oferta terapéutica imperante. Un colega y ex – maestro mío, el Dr. B. me comentaba en nuestra correspondencia, lo difícil que es llevar a cabo un análisis en regla, y de lo escasos que resultaban los pacientes con una demanda de análisis bien clara.
Como dato curioso, la publicidad de HBO al hablar de Paul Weston dice: “Al entrar en la enrevesada mente de un hombre que ofrece consejos a otras personas para ganarse la vida, In Treatment ofrece un retrato complejo de los expertos en que confiamos en busca de una perspectiva”. Simplemente da risa, precisamente porque lo que no proporciona un psicoanalista es consejos… quizá el psicólogo lo haga… no el psicoanalista.
¿Qué más podríamos criticar en él? Paul actúa siempre con aire de aprobación y comprensión frente a sus pacientes, no hay nada enigmático en él y su consultorio es una simple extensión de su casa. Es fraterno, paternal, hasta condescendiente con ellos. Sus remarcaciones de discurso parecen en general adecuadas pero evita aplicar siempre lo que es una verdadera interpretación en el contexto ortodoxo freudiano. Se comprende que es una serie de televisión y no una verdadera sesión analítica, pero este modelo teatral nos puede servir para comentar y comparar con una sesión real. Aunque siempre será difícil describir una sesión real, porque ésta depende del tratamiento en particular, puesto que en psicoanálisis el caso por caso, es la regla y no puede hablarse de un modelo perfecto que sirva como ideal. Los mismos Escritos sobre Técnica en Freud se asemejan a recetas de cocina, en las que no hay más que referencias generales como un puño de sal, un chorrito de aceite, y no medidas precisas que den siempre los mismos resultados.
Con todos estos problemas, y arriesgándome a ser criticado por mis colegas, diré que en un tratamiento analítico habitual, uno debiera esperar:
Más frecuencia de las sesiones, menos dilación entre una y otra. El uso del diván en muchos de los casos. Menos angustia -- ninguna en realidad -- por parte del terapeuta (aunque si no, no sería telenovela) que no haría intervenir sus sentimientos en la escucha. Dirección de la cura, que implicaría exploración de ciertos aspectos infantiles que aquí aparecen muy superficialmente en los relatos de la mayoría de los pacientes que se remiten a contar sus desdichas en el contexto cotidiano, sin relacionarlas con su pasado. Precisamente uno de los puntos fundamentales de una terapia psicoanalítica, es el relato en un análisis del pasado infantil como una manera de entender lo que se es de adulto.
Pese a todos estos defectos, y las demás críticas que puedan formularse (para algunos colegas lacanianos les parecerá que soy demasiado blando con la maqueta de análisis que allí se formula
[1]), la serie, a pesar de todo, marcha y demuestra que hay interés por el psicoanálisis aún en Norteamérica, y que el modelo terapéutico ofrecido por los analistas es confiable y curativo, preferible al empastillamiento psiquiátrico ó las terapias cosméticas.
Pero, hay que remacharlo, las intervenciones son creíbles: acontecimientos, circunstancias y ocurrencias entre analizantes y analista son verosímiles… con todas las críticas que puedan hacerse.
Las sesiones de supervisión de Paul los viernes son las más telenovelescas y las menos probables en un control real. Allí se mezclan los sentimientos de Paul y su actuar terapéutico – al punto del “contra acting out” – de una manera que revelaría falta de análisis y necesidad de reingresar a un tratamiento, no una sesión de charla semanal con una ex – maestra y amiga que intenta ayudarle mezclando dos papeles que son bien diferenciados en la práctica: control y análisis.
Necesita, sin duda, algo más que una supervisión, sus problemas llaman a un análisis en forma. Un último detalle, ésta analista retirada (Gina), queda poco claro por qué se retiró y porque tomaría de nuevo a este paciente.
En cualquier caso, es agradable ver series que cambien un poco lo establecido y que exploren otras dimensiones del drama y del alma, se adentren en un contexto poco conocido y expuesto a la luz como lo es el del psicoanálisis. Se ve bien, que los guionistas han realizado su tarea e investigado sobre el desarrollo de un análisis, no descartamos que alguno de ellos haya pasado por uno tal y cómo lo hizo Di Stephano el guionista de la Psicosis de Hitchcock. Esperamos que para muchos chicos que estudian psicología pueda ser medianamente motivante, para acercarse más al psicoanálisis e investigar el dispositivo no sólo con curiosidad, sino con pasión.



[1] Incluso en una reciente entrevista en la radio con otro colega y amigo, expresó que el efecto terapéutico del análisis se realiza por añadidura, como efecto colateral y sin ser el principal foco de interés del análisis.

4 comentarios:

Carlos Moreno dijo...

Muy bueno Maestro.
Saludos

Juan dijo...

Hola, muy interesante el comentario.

Me pregunto si la serie en Israel ponía el mismo modelo de terapeuta/psicoanalista.

Sobre las sesiones semanales, claro que tal vez sea mejor una frecuencia mayor, pero hay una realidad económica que hace que muchas veces no se pueda. No sé si enese caso sea mejor otra forma de terapia.

Yo estoy buscando analista y a pesar de que muchos Lacanianos trabajen con una sesión semanal me parece que el estilo lacaniano no va mucho con eso cuando el paciente tiene angustia o inhibiciones que hacen que quedarse inmóvil agrave los problemas.


No estoy seguro que el éxito de la serie en USA marque un interés pro el psicoanálisis más que un interés por husmear en la vida de los demás.

Tampoco creo que todo tratamiento psiquiátrico sea un empastillamiento. Ninguna escuela es garantía de ética.

Saludos

Anónimo dijo...

si los postulados no cambiaran seguiriamos creyendo en la tierra plana, freud planteo una forma de intervencion, es de nosostros aceptarla como una opcion de muchas posibles o un dogma de fe inamovible.
sostener que las demas vertientes de intervencion son poco plausibles es es vender indulgencias.
no se si sus criticas hicieron resonancia en mi como psicologo o como dijo freud aveces un puro es simplemente un puro.

Ale dijo...

La serie En terapia es de mis series favoritas de HBO, al igual que Psi me encanta la temática psicología, yo no estudie ese rango, pero me fascina

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