lunes, 10 de diciembre de 2012

Una (necesaria) crítica de la noción de género desde el psicoanálisis. Daniel Gerber. CPM.

1 comentario:

  1. He escuchado la conferencia crítica sobre la noción de género y le voy a comentar con un artículo que surgió de una vieja reconciliación con una vieja amistad, que desgraciadamente acabó.
    En ella no hablo del goce propiamente dicho o de su fantasma, a pesar de reconocer que la relación sexual se base en esa escena o grupo de escenas fetiche, fálicas o erotomaníacas en que basamos nuestra orientación sexual:

    Nuestro Yo no es nuestro, se va misteriosamente construyendo con la fe, la fe en nuestros maestros, políticos, intelectuales, amigos, padres, dioses, etc. No hay tampoco un síntoma universal, de ahí nuestra pequeñez ya la vez nuestra grandeza. Y así en la eterna pregunta de la feminidad, pregunta que se hacen todos los hombres y mujeres de la Tierra sea cual sea su condición es donde habita la Historia, la colectiva y la individual de cada uno.
    La pregunta, que viene del seno materno y son los restos del lenguaje, Dios o lo mágico es:
    ¿Qué quiere mamá? ¿Qué quiere una mujer? ¿Qué siente una mujer? La indisolubilidad del logos, lo individual con el ethos, lo colectivo, y en último término la pregunta que planteó y inmortalizó Shakespeare: To be or not to be? Quizás en el camino está la respuesta, unos se engañan o se artificializan como partisanos de la resistencia, aunque la pregunta siempre permanece dentro de ellos, y así conforman su parte masculina, la masculinidad, le dan una respuesta, la limitan con una verdad *, otros siguen más allá, como Amazonas o guerreros de la Falange Tebana, hasta olvidarla, convivir valientemente con ella y dar lugar a la feminidad. En el equilibrio entre estos dos tipos de hombres y lo que se produce dentro de cada uno de ellos vive la realidad de lo que vemos, sentimos, vivimos, soñamos, creemos o decimos e incluso el mundo exterior, que creemos ver ajeno a nosotros.
    El conflicto es tan inherente al ser vivo como la vida misma, aunque debemos tender a eliminarlo, esto supondría la unión de los contrarios, la Gracia, Dios, te digo esto porque este artículo surgió del malentendido, que siempre es por las dos partes, contigo Eduardo y me ha confirmado la bondad de tu alma que no es apta para gente mala, si es que podemos llamarla así, sino para gente amiga de sus amigos.
    Y por este motivo tenía que escribir un artículo expresamente para ti.

    Un abrazo y un beso.


    * Verdad como la que da lugar a este mismo artículo, valga la paradoja, precisamente esta paradoja es la pregunta del artículo, la fe es lo que la cimenta y compacta, la fe en este discurso es lo que le da valor personal y social.

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