miércoles, 25 de junio de 2008

Risoterapia 2.




Dos pacientes se encuentran paseando en el jardín de una clínica psiquiátrica.
-- ¿Por qué estás aquí?
-- Porque me siento ser Napoleón.
-- ¿Y cómo sabes que lo eres?
-- Porque Dios me lo dijo.
-- ¡Mentiroso! Es la primera vez que tú y yo hablamos.



Un hombre va durante años a un analista porque tiene terrores nocturnos y piensa que debajo de su cama hay un monstruo. Un día va a ver al doctor y le dice: “No voy a venir más... solucione mi problema”. El doctor le dice con un tono de incredulidad: “¡Ah sí! ¿Y cómo?” El hombre responde: “Tuve que ir a ver, otro especialista que resolvió mi problema en un solo día”. El terapeuta le dice: “Seguro fue a ver usted un charlatán...” El paciente dice: “No, vi a un carpintero que le cortó las patas a mi cama”.




Un psicólogo experimental se acuesta con su asistente del laboratorio. Después de la experiencia le dice: “¡Tú lo disfrutaste muchísimo querida!... ¿Y observaste cómo me comporté yo?”




-- Doctor, pienso que no le importo a nadie. Nada de lo que yo soy le interesa a la gente.
-- ¿Me podría repetir lo que dijo? No le escuché.



-- Doctor, vengo a consulta porque me siento la más fea mujer del mundo.
-- Vamos a empezar el tratamiento directamente en el diván. Pase por favor, y acuéstese boca abajo.


-- Doctor, vengo a consulta porque soy un maníaco depresivo.
-- Cálmese, anímese, cálmese, anímese...


-- Doctor vengo con usted porque la gente dice que tengo un muy mal carácter.
-- Siéntese y cuénteme su problema.
-- ¡Te lo acabo de contar, imbécil!

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