Señor Julio, me ha encantado en su fondo e incluso formalmente el documental, el decrecimiento es la única garantía en forma de camino, así siempre con incógnitas, pero la única garantía que nos queda ante la sociedad del goce. Hemos de arriesgarnos ¿no cree?
Aquí le traduzco con el google mi artículo "Obsolescència planificada, símbol dels darrers temps" que escribí hace un més aproximadamente, si quiere ver la fotografía que hice yo personalmente con cinco pinzas de mi suegra, se pasa por mi blog, aún encontré otra más débil, pero ya había hecho el artículo y no era mía i como tampoco pude confiscarla...:
Obsolescencia planificada, símbolo de los últimos tiempos
Hace algunos meses me vinieron a mis manos cinco pinzas de colgar la ropa, yo estaba en casa de mi suegra y me fijé en algo que en otro tiempo me resultaba imversemblant: ¿Qué el Hombre quiere inconscientemente llegar a la muerte , morir? Si ve la fotografía que hice de las pinzas, en primer lugar está la de madera, una pinza fuerte y de la que su duración puede ser eterna, dentro del tiempo que transcurre una vida humana, la segunda ya está hecha de plástico, seguramente pensaron que el plástico era más barato que la madera, aunque el principio de Thanatos sale inconscientemente, el plástico también es más débil. La tercera es también de plástico, de hecho, con la excepción de la primera todas las demás son de plástico, y esta tercera está reforzada por un cruce más o menos estable y un anillo, no tiene el rigor del mecanismo de las dos primeras pero puede durar al menos un par de años bien utilizada, la cuarta es ya el final del camino, cuando el empresario ya está llegando al "orgasmo" de las plusvalías, dicho de otro modo, es una pinza débil, atada con una cruce inestable, porque no tiene ningún sistema de rotación, hecha para durar con un buen uso muy pocas cortadas de "moño", y la última vez de ser más pequeña, tiene el cruce mucho más fina, es una pinza de usar y tirar prácticamente. Todo esto lo estamos viendo los que hemos vivido los años al menos, los setenta o sesenta, y que decir de los padres o abuelos, allí las cosas se hacían para durar, un objeto era comprado y había quien lo reparaba, incluso había fábricas y almacenes de piezas de repuesto, hoy por ejemplo, nadie repara un televisor o un ordenador, y son pocos los que ante una reparación cara de un automóvil no lo lanza y compra otro, de hecho se hacen por qué no se puedan reparar, los marxistas dirán que estamos ante una abussiva filosofía del consumo, los nietzscheanos que el hombre encuentra caminos en las crisis para seguir adelante, como reducción de precios y materiales, y los freudianos dirán que el Hombre tiene una obsesión, el instinto de muerte o Thanatos, aparte del Eros o de vida y el amor, y se está fomentando colectivamente pero cada uno por su cuenta, la pulsión de muerte, la culminación antes de que el camino, el disfrute y el principio de muerte. Dentro de ocho o nueve años diremos: _Maria me voy un momento, que tengo que comprar el diario y el ordenador de hoy y de paso me haré un café.
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Señor Julio, me ha encantado en su fondo e incluso formalmente el documental, el decrecimiento es la única garantía en forma de camino, así siempre con incógnitas, pero la única garantía que nos queda ante la sociedad del goce.
Hemos de arriesgarnos ¿no cree?
Aquí le traduzco con el google mi artículo "Obsolescència planificada, símbol dels darrers temps" que escribí hace un més aproximadamente, si quiere ver la fotografía que hice yo personalmente con cinco pinzas de mi suegra, se pasa por mi blog, aún encontré otra más débil, pero ya había hecho el artículo y no era mía i como tampoco pude confiscarla...:
Obsolescencia planificada, símbolo de los últimos tiempos
Hace algunos meses me vinieron a mis manos cinco pinzas de colgar la ropa, yo estaba en casa de mi suegra y me fijé en algo que en otro tiempo me resultaba imversemblant: ¿Qué el Hombre quiere inconscientemente llegar a la muerte , morir?
Si ve la fotografía que hice de las pinzas, en primer lugar está la de madera, una pinza fuerte y de la que su duración puede ser eterna, dentro del tiempo que transcurre una vida humana, la segunda ya está hecha de plástico, seguramente pensaron que el plástico era más barato que la madera, aunque el principio de Thanatos sale inconscientemente, el plástico también es más débil. La tercera es también de plástico, de hecho, con la excepción de la primera todas las demás son de plástico, y esta tercera está reforzada por un cruce más o menos estable y un anillo, no tiene el rigor del mecanismo de las dos primeras pero puede durar al menos un par de años bien utilizada, la cuarta es ya el final del camino, cuando el empresario ya está llegando al "orgasmo" de las plusvalías, dicho de otro modo, es una pinza débil, atada con una cruce inestable, porque no tiene ningún sistema de rotación, hecha para durar con un buen uso muy pocas cortadas de "moño", y la última vez de ser más pequeña, tiene el cruce mucho más fina, es una pinza de usar y tirar prácticamente.
Todo esto lo estamos viendo los que hemos vivido los años al menos, los setenta o sesenta, y que decir de los padres o abuelos, allí las cosas se hacían para durar, un objeto era comprado y había quien lo reparaba, incluso había fábricas y almacenes de piezas de repuesto, hoy por ejemplo, nadie repara un televisor o un ordenador, y son pocos los que ante una reparación cara de un automóvil no lo lanza y compra otro, de hecho se hacen por qué no se puedan reparar, los marxistas dirán que estamos ante una abussiva filosofía del consumo, los nietzscheanos que el hombre encuentra caminos en las crisis para seguir adelante, como reducción de precios y materiales, y los freudianos dirán que el Hombre tiene una obsesión, el instinto de muerte o Thanatos, aparte del Eros o de vida y el amor, y se está fomentando colectivamente pero cada uno por su cuenta, la pulsión de muerte, la culminación antes de que el camino, el disfrute y el principio de muerte.
Dentro de ocho o nueve años diremos: _Maria me voy un momento, que tengo que comprar el diario y el ordenador de hoy y de paso me haré un café.
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