Yo pienso que Occidente desciende directamente de la cultura griega, con el teatro, que hoy ha devenido en cine como complemento, aunque ya es independiente, la novela, el derecho, la figura del padre, los ritos a Dionisio, que se podría decir que es un culto a la transgresión cultivada o controlada, aquí en València tenemos "Les falles" que desde hace unos doscientos años anuncian el principio de la primavera, no duran exactamente cinco días sino cuatro y se culminan el día de sant Josep, la gente lanza "masclets" o machitos en castellano, que son petardos verdaderamente gordos y la transgresión es admitida, las chicas se desvisten un poco y enseñan al varón su piel (aunque esto ya es muy difícil decirlo por estas latitudes) y los hombres festejan como un rito iniciático su valentía acercándose a las grandes hogueras y a las "mascletades" o "castells" que son grandes conciertos de petardos. La verdad es que le debemos, ya que hace algunos días fue el día del teatro y yo trabajo de acomodador en uno un respeto a esa cultura griega, a esa lengua griega que aún conserva su inconsciente como un viejo cofre lo que fue la Grecia clásica a la que Nietzsche quería volver. También sin dejar de lado el cristianismo, lógicamente, los dioses griegos han devenido en santos cristianos como supervivencia de esos arquetipos tan occidentales, los toros que en su país también se celebran, las corridas de toros también son parte del teatro de la vida y de las reminiscencias esta vez cretenses pero también griegas. Decía Arthur Miller: "El teatro no morirá nunca porque es el único arte donde el ser humano se encuentra consigo mismo".
1 comentario:
Yo pienso que Occidente desciende directamente de la cultura griega, con el teatro, que hoy ha devenido en cine como complemento, aunque ya es independiente, la novela, el derecho, la figura del padre, los ritos a Dionisio, que se podría decir que es un culto a la transgresión cultivada o controlada, aquí en València tenemos "Les falles" que desde hace unos doscientos años anuncian el principio de la primavera, no duran exactamente cinco días sino cuatro y se culminan el día de sant Josep, la gente lanza "masclets" o machitos en castellano, que son petardos verdaderamente gordos y la transgresión es admitida, las chicas se desvisten un poco y enseñan al varón su piel (aunque esto ya es muy difícil decirlo por estas latitudes) y los hombres festejan como un rito iniciático su valentía acercándose a las grandes hogueras y a las "mascletades" o "castells" que son grandes conciertos de petardos. La verdad es que le debemos, ya que hace algunos días fue el día del teatro y yo trabajo de acomodador en uno un respeto a esa cultura griega, a esa lengua griega que aún conserva su inconsciente como un viejo cofre lo que fue la Grecia clásica a la que Nietzsche quería volver. También sin dejar de lado el cristianismo, lógicamente, los dioses griegos han devenido en santos cristianos como supervivencia de esos arquetipos tan occidentales, los toros que en su país también se celebran, las corridas de toros también son parte del teatro de la vida y de las reminiscencias esta vez cretenses pero también griegas.
Decía Arthur Miller: "El teatro no morirá nunca porque es el único arte donde el ser humano se encuentra consigo mismo".
Un abrazo caluroso desde València.
Vicent
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