Entresacado de
PSICOANÁLISIS EN MÉXICO/sección de Carta Psicoanalítica
A cargo de Rodolfo Álvarez del Castillo.
ARMANDO SUAREZ GOMEZ:
UN HOMBRE INSATISFECHO
Juan Diego Castillo Ramírez
28 de Enero de 1989
INTRODUCCION (1)
Se me ha encargado dar inicio a estos días de trabajo presentándoles, ahora un poco más ampliado, el trabajo que leí el día 28 de Noviembre de 1988 con motivo del homenaje que en el marco de la "Feria Internacional del Libro" de Guadalajara se le rindió al viejo Suárez, como le llamábamos los que fuimos sus discípulos, compañeros y amigos.
No se me escapa, al hacer esta presentación de algunos datos y rasgos de Armando Suárez la advertencia de Freud en el sentido de que la verdad biográfica es inalcanzable y que el biógrafo se compromete a mentir e incluso a disimular la propia ignorancia(2), en una palabra, que corre el riesgo de fomentar para sí y en los demás una ilusión. Pero tampoco se me escapan las palabras que pronunció en la Alocución en la casa de Goethe, en Francfort con las que declara "legítimos los empeños del biógrafo" por el afán de una aproximación humana con esos hombres importantes a los que integramos en la serie de los modelos cuya influencia experimentamos. Si acercándonos al hombre obramos en el sentido de una degradación, a fin de cuentas nuestra actitud en relación con los modelos es ambivalente y no podemos modificarla sin una violenta sofocación de la verdad(3).
LOS PRIMEROS AÑOS Y ALGUNOS ASPECTOS DE SU VIDA PRIVADA
Armando González Gómez nació el 17 de Junio de 1928(4) en Madrid, España. Hijo de Francisco González Suárez y de Pilar Gómez Méndez, mantuvo con ellos una relación salpicada de dificultades. Por iniciativa de uno de los hermanos, en 1957, varios de los integrantes de la familia cambiarían el primer apellido del nombre, adoptando, en lugar de González, el segundo apellido del padre: Suárez. Todavía niño, sufrió los horrores de la Guerra Civil Española, siendo uno de ellos, entre tantos otros, las frecuentes separaciones familiares. Este triste, dramático, trágico momento de la historia de su patria natal, dejó en él huellas imborrables.
En 1945 termina el Bachillerato con Sobresaliente y obtiene el Premio Extraordinario en el examen de Estado.
Ese mismo año y contando 17 de edad inicia los estudios de Derecho en la Universidad de Madrid; después de interrumpirlos en 1949, los concluirá en 1959 y recibirá su título, seis años después en 1965.
Durante 1946 y 47 asiste a dos cursos de Ciencias Económicas en la misma Universidad.
En 1949 toma el hábito de Religioso Dominico en Salamanca, un año después profesa e inicia los estudios de filosofía en el Estudio General de Filosofía de Caldas de Besaya en Santander. En 1953 inicia los de teología en la Facultad Pontificia de San Esteban, en Salamanca. Ordenado sacerdote en 1956 continúa con la teología hasta terminar en 1958.
Sin lugar a dudas los estudios realizados hasta entonces, en particular los sacerdotales, le permitieron desarrollar sus enormes dotes para el poliglotismo, aprendizaje que continuaría en Viena y aun después por cuenta propia. Dominaba, además del español, el alemán, francés y latín; leía sin dificultad el inglés, italiano, griego, portugués y flamenco.
En 1960 se traslada a Viena y entra en contacto con el Círculo Vienés de Psicología Profunda, en donde se formará como psicoanalista. Por la importancia de este período de su vida, para toda su actividad posterior, le dedicaremos un apartado especial. Baste por el momento mencionar que Armando realizó su formación en Austria gracias, entre otras cosas, a la Beca Juan March de Estudios en el Extranjero que recibió por dos períodos consecutivos de 6 meses cada uno, el primero a partir del mes de Marzo de 1961. En Abril de 1962 redactó la solicitud para un tercer semestre como becado, pero hasta el momento no sé, ni siquiera, si la envió.
Terminada su formación en Viena y habiendo obtenido la autorización correspondiente, inicia un período de dos años de exclaustración, pero decide no establecerse en España: su situación era incómoda; aunque sus amigos lo apoyaban y deseaban ayudarlo, el ambiente general no era favorable, como decía el propio Armando, "a experimentos como el mío". No era fácil actuar como seglar donde lo había hecho como sacerdote, mas aun cuando los medios católicos activos se mostraban bastante intolerantes. Por otra parte la decisión de abandonar los hábitos no fue bien recibida por muchos de los integrantes de su familia. De manera tal que piensa en las posibilidades de iniciar su actividad como psicoanalista en Venezuela, pero la intervención de Fray Alberto de Ezcurdia, ese monje, filósofo y recordado maestro de la U.N.A.M., lo decide por México, a donde llega en Octubre de 1964. Gracias a la intervención del propio Fray Alberto y de otros compañeros dominicos, Armando establece sus primeros contactos en la Universidad Nacional y conoce a varios de los que después serán sus amigos entrañables.
Evidentemente, que las dificultades para establecerse en México no fueron pocas, las primeras que enfrentó se referían a la necesidad de resolver su situación migratoria y estabilizar su trabajo.
A principios de 1965 se inscribe como alumno en el entonces Colegio de Psicología de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.A.M. Este paso representó, en palabras de Armando, una
.... solución óptima a un triple problema: conseguir quedarme como residente en México, poder ejercer el psicoanálisis (en calidad de prácticas de carrera) y obtener en su día el Doctorado en Psicología.(5)
Sin embargo, "óptima" debe entenderse como lo mejor para su situación en ese momento, porque en realidad quedaban todavía muchas cosas por resolver:
"... mi vida en este sorprendente país no ha sido precisamente lo que se llama una "dolce vita". Extranjero, ex-religioso, sin título de doctor ni en medicina ni en psicología y no habiéndome reclamado ninguna institución del país, reuno en mi persona un notable conjunto de alienaciones sociales."(6)
Si al inscribirse como alumno en Psicología se abrieron posibilidades para Armando, estas no se dieron sino paulatinamente: en esos primeros años en México hubo largos períodos en los que sólo tenía uno o dos pacientes y por sus notas y escritos personales sabemos que durante muchos meses necesitó del apoyo económico que le brindaron sus hermanos; también nos enteramos de que hubo períodos de endeudamiento con amistades; ellas, con su disponibilidad, le permitieron salir adelante en las situaciones apretadas.
Uno de los recursos que Armando utilizó primero, incluso antes de llegar a México, para obtener medios económicos que le permitieran iniciar una nueva vida en esta la que sería su segunda patria, fue el trabajo de traducción. El libro de Annemarie Dührssen(7) lo empieza a verter al español, antes, incluso, de que haya un editor interesado en imprimirlo; de manera tal que, a la de traducción, hay que añadir la labor de promocionar la publicación del libro.
A mediados de 1965 surge, por intermediación de Caruso y Rosa Tanco, y sobre la base de un ofrecimiento de trabajo, la posibilidad de trasladarse a Montevideo por un período mínimo de tres años. Sin embargo esto nunca llegó a concretarse.
En Junio de 1966 inicia los trámites para lograr la secularización definitiva.
El día 10 de Septiembre de 1966, Armando obtiene el documento migratorio, renovable indefinidamente, que le permite una residencia legal en México por un año, con derecho a trabajar.
Amante de la pintura, fue visitando el Museo de Arte Moderno de Chapultepec en donde conoció a Lilia María Mesa Ceballos, Doctora en Filosofía y Letras, Profesora de Historia del Arte en la Habana, Cuba y quien se encontraba en México becada por el Gobierno cubano para estudiar en el Colegio de México: "Civilizaciones Orientales". El 25 de Mayo de 1967 Lilia y Armando contraen matrimonio. En 1976 tienen a su primer hijo: Emiliano. Aunque ese mismo año el matrimonio terminará, de hecho una cercana relación entre ambos perdurará hasta el último día de Armando.
Lilia Mesa participaría, desde 1967, junto con Armando, en la fundación del Círculo Mexicano de Psicología Profunda y a la ruptura de éste, formaría parte del grupo que inició las actividades del Círculo Psicoanalítico Mexicano(8).
En 1971, Armando se inscribe en la División de Estudios Superiores de la Facultad de Psicología de la U.N.A.M., con el objeto de obtener su grado de Maestría, lo que concretará en Mayo de 1976.
El 4 de Febrero de 1983 se casa con Martha Ezcurra con quien tuvo a su hija Gloria.
Para 1985 es pasante del doctorado en Sociología de la División de Estudios de Postgrado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y según constancia de la propia Facultad, los trabajos de tesis estarían muy avanzados. Desconozco la temática sobre la que estuviera trabajando.
Poco después de la ruptura de su segundo matrimonio, a finales de 1987 iniciaba una tercera relación de pareja con María Limón.
Después de muchos años en los que su amor por México se fue incrementando hasta sentirse mas mexicano que muchos nacidos acá, el 4 de Abril de 1984 se le otorgó la nacionalidad mexicana y lo celebraba con particular gusto. Recuerdo cómo en alguna ocasión me dijo: "ahora sí ya podemos hablar entre compatriotas". Como escribió Ignacio Almada Bay al día siguiente de su muerte: "le dolía este país como carne propia".(9)
LA FORMACION EN VIENA
Como lo mencioné anteriormente es conveniente que dediquemos un espacio particular al periodo de tiempo que Armando dedicó a su formación en Viena.
Armando no hablaba mucho de su estancia en la capital austriaca ni tampoco de su relación con Caruso y menos aun de la que tuvo con el resto de los miembros del Círculo Vienés de Psicología Profunda. Fueron necesarios años de relación para que poco a poco, los que estábamos en el C.P.M., nos fuéramos haciendo una idea de todo ese mundo tan valioso para él y del que tomaría, sin duda porque el terreno estaba bien abonado, las pautas fundamentales de lo que después realizaría en México.
Un ejemplo de parquedad nos lo brinda en la presentación que hace de sí mismo en Razón, Locura y Sociedad:
"Educado en el franquismo, el análisis me permitió someter a una crítica rigurosa mis posiciones ideológicas y abrirme al materialismo histórico;"(10)
este proceso culminaría con el abandono del sacerdocio y el abrazo de una nueva profesión: la de psicoanalista. Son pues unos años de los que habría que poder decir mucho, comenzando por destacar la figura de Igor A. Caruso, pero desgraciadamente no puedo hacerlo todavía, por lo que me limitaré a unos breves comentarios.
Además de su análisis didáctico con Caruso, mas tarde emprendería también, el análisis didáctico de grupo con Raoul Schindler.
Veamos cómo nos describe su llegada a Viena:
"Fue una mañana dominguera de Otoño cuando encontré a Caruso en persona. Llegué a Viena a mediados de Septiembre de 1960. ... Rosa Tanco ... me trazó un mapa del mundo "psi" Viené
s, que me impresionó por su voluntad de objetividad: evitó todo proselitismo "carusiano"; al contrario, se mostró dispuesta a ponerme en contacto con los que podrían representar para mí otras opciones: Víctor Frankl, P. R. Hoffstätter, W. Solms ... Decidido a exponer mi fé y mi vocación religiosa a la prueba de fuego del psicoanálisis con la esperanza de decantarlas buscaba un analista "freudiano", y Caruso, por lo que había leído de y sobre él, me parecía "demasido creyente". Las dudas no se disiparían sino parcial y paulatinamente, pero una exploración suplementaria en el medio intelectual a mi alcance me trajo una confirmación inesperada: en la Viena de entonces Igor A. Caruso y su Círculo parecían representar la genuina continuación de Freud y su obra". Después de haber sido presentado a Caruso en "el Seminario de etología dirigido por Otto König ... imposible sustraerse a su hechizo, ... por muy prevenido que se estuviera ... se interesó, sin presionarme, por mis proyectos y pronto hicimos una cita para arreglar los términos del encuadre: horarios, honorarios, etc., y pasó con toda naturalidad a incorporarse al seminario. Yo tomé allí mismo la decisión que cambiaría el curso de mi vida."(11)
Es difícil abarcar la historia y los mundos por los que caminó Caruso, porque
"desde su infancia tuvo repetidamente que enfrentarse no sólo con lenguas, sino con mundos extraños y aun a menudo hostiles. El destino inaugural de su temprano exilio marcó su existencia entera con el sello del cosmopolitismo, la aventura y el peregrinaje, a la búsqueda de una patria para siempre perdida y que se ensanchó hasta los límites del planeta".(12)
De algo que podemos estar seguros es que, las características que tuvo su vida se reflejaron en la forma como se aproximó al conocimiento y en la manera como proyectó su enseñanza.
Bebió en "la patrística y el pensamiento ruso"; "estudió en la Universidad de Lovaina psicología y ciencias de la educación". Amplió los ámbitos de su formación "bajo el influjo de la filosofía existencial y sobre todo de la obra de Freud". Por su relación con Auersperg se acercó a la Antropología Médica, la Fenomenología y la Teoría Gestalt; se formó con Aichhorn, y con él mismo inició su análisis didáctico, el que continuaría después con Viktor von Gebsattel, ambos: discípulos de Freud; en particular el segundo, ejerció una influencia decisiva en él. Caruso "configurará una Weltanschauung original con los rasgos de un existencialismo cristiano" a partir de la lectura de filósofos rusos como N. Berdiajev y W. Sholowiev, y de otros, occidentales, como S. Kirkegaard, G. Marcel, M. Heidegger y J. P. Sartre(13).
Freud será cada vez mas la referencia mayor", pero lo fueron también y en forma importante, otros filósofos, psicólogos y psicoanalistas (14).
Cuando los filósofos de izquierda, fundamentalmente la escuela de Francfort, se interesaron en la obra freudiana
Caruso mostrará su espíritu alerta y vocación de portavoz de las ideas mas críticas y renovadoras de su tiempo:
Marcuse, Bloch, Brown y Sartre, le harán necesaria una relectura de Marx, Engels y otros marxistas; a partir de aquí su postura dará un giro radical:
la "trascendencia" vertical invocada hasta entonces como Aquello (=Dios) que daba sentido a la existencia humana ... se transformará en la esperanza en una trascendencia "horizontal" es decir, histórica: es en la historia donde los hombres concretos, en la esperanza y por la praxis, tendrán que conquistar su liberación y darle un sentido a sus vidas". Caruso entró, así, "junto con el Reich redescubierto y el juvenil septuagenario H. Marcuse, a formar parte de los inspiradores de un Freudomarxismo redivivo".(15)
A esta multiplicidad de campos de interés hay que añadir la Etología:
novedad irrepetida, hasta donde sé [nos dice Armando], en otros institutos de formación psicoanalítica. (16)
Pero, ¿por qué la etología? o, desde una perspectiva mas amplia, ¿por qué la biología? Pueden encontrarse mas de un intento de respuesta a estas interrogantes en las obras de Caruso, he seleccionado una cita que, si no las responde, cuando menos señala los supuestos fundamentales para una aproximación a la respuesta. Dice Caruso:
Por ser el hombre el foco donde la materia se refleja sobre sí misma, se reconoce a sí misma y se dirige a sí misma es, como decían los griegos, medida de todo; mientras no haya algo en el mundo, en el cosmos, que lo pueda medir, es él quien mide todo, y, por primera vez en su evolución, se mide a sí mismo. Por tanto, todo conocimiento del mundo es, al mismo tiempo, conocimiento de sí mismo; e inversamente, el conocimiento de sí mismo es conocimiento del mundo que se reconoce en el hombre. Toda ciencia es antropocéntrica a pesar del miedo al antropomorfismo que, ciertamente, es un defecto. El estudio de las moscas, las piedras, los planetas, las técnicas nuevas, etc., todo, sirve al hombre, aunque sea indirectamente, para conocerse mas a sí mismo y para cambiar todo lo que existe en la naturaleza, en lo humano, en la sociedad. En el momento en que reconoce la estructura del universo y de la energía se cambia a sí mismo, cambia la sociedad que está alrededor suyo y comienza de nuevo a modificarse, a modificar la naturaleza que tiene influencia sobre él ... En el fondo, todo en la ciencia es, por tanto, biológico y social, porque la sociedad humana es la organización del hombre que crea la ciencia que cambia el universo".(17)
Conocimiento y enseñanza están indisolublemente unidos en Caruso; como pocos buscó y fomentó el trabajo en grupo y la investigación multidisciplinaria: "en su extensa bibliografía ... se cuentan 26 trabajos en colaboración"(18); promovió la crítica filosófica de los postulados psicoanalíticos; en sus obras ocupará un lugar muy importante "la clínica, testigo ambiguo pero reiteradamente interrogado"(19). Caruso nos plantea en la que fue la síntesis de su pensamiento en una primera etapa, que pretende discutir ecuánimemente un complejo de hechos e hipótesis, no como una panacea, sino para que los lectores saquen consecuencias variadas por su cuenta.
Y mas adelante:
Yo no puedo admitir que el Psicoanálisis sea objeto de dogmatización: la única y real herejía está precisamente en la dogmatización de verdades parciales no dogmáticas (es decir, maneras de ver que participan de la verdad y del error). Porque toda herejía es totalitaria; la maldición del totalitarismo gravita sobre nuestro tiempo, incluso sobre la Psicología". (20)
En otras palabras, la postura de Caruso es la de que
si Freud forjó el psicoanálisis como crítica de las motivaciones históricas, sería una traición a su método y su designio sustraer su propia obra o la de sus seguidores a esa crítica. Sería un contrasentido hacer de Freud, el iconoclasta, un nuevo ídolo". (21)
Pero atención a lo que Caruso quiere decir con criticar al fundador del psicoanálisis:
Para superar a Freud habrá primero que tomar plena posesión de su herencia y no simplemente a beneficio de inventario. Después de Freud, toda crítica tiene finalmente que ser, también y quizás antes que nada, una autocrítica.(22)
Este es el espíritu con el que Armando Suárez se encontró en Viena, en el que se formó y el que imprimiría en todo su trabajo posterior; espíritu que él buscaba como alternativa para aquel que trataba de imponerse en su patria de origen y que le había hecho sentir en carne propia cómo, borrar, ocultar o negar las fisuras y contradicciones de las construcciones pretendidamente monolíticas es una condición del totalitarismo. Como dirían Caruso y Suárez: sucede lo mismo en el psicoanálisis, incluso cuando para neutralizar cualquier atentado contra la "verdad" se hace de esas fisuras y contradicciones un elemento mas si no, el central de la argumentación; para Armando haberlo hecho así se hubiera convertido en
la base de un terrorismo intelectual que cerraba la boca a todos aquellos que confesaban no comprender y osaban no adherirse a todo lo que se decía o pensaba.(23)
TRABAJO EDITORIAL
Armando era un bibliófilo incansable, que amaba verdaderamente los libros, por lo que le alimentaban, por los problemas que le planteaban, por... por quién sabe cuántas cosas mas. En alguna ocasión lo imaginamos leyendo, metido en un aparejo semejante al infernal en el que es colocado Charles Chaplin, en la línea de ensamble de la fábrica, en la película "Tiempos modernos". Infernal, sí, porque para Armando, como para todos los que aman de verdad, la medida del amor, era también, casi siempre, la medida del sufrimiento que le deparaba lo amado. El esfuerzo que le requería mantenerse al día en los campos del saber que eran su horizonte y no eran pocos, constituía una verdadera deseada amorosa tortura.
Buena parte del placer que le deparaba al Viejo esta pasión (no sin ambivalencias) radicaba en comunicar lo que iba conociendo, en informar sobre las novedades, etc.
Desde muy pronto sintió la necesidad de compartir, con todo hispanohablante interesado, lo que se publicaba en otros idiomas.
En 1962 trabajó como traductor y revisor para la Oficina Europea de las Naciones Unidas.
En 1972 es contratado como traductor del periódico "Excélsior".
De 1959 hasta su muerte, tradujo, él solo, 12 obras, y 9 mas en colaboración con otro u otros traductores, en total 21 obras, 14 de las cuales fueron para Siglo XXI editores, en donde además era director de la colección "Psicología, Etología y Psicoanálisis". Pero no sólo eso, de los 117 títulos publicados en la colección hasta 1985, revisó las traducciones de 10 libros (24).
La labor de Armando al frente de la Colección constituye un ejemplo privilegiado de la forma como enfrentaba el conocimiento: enemigo de las respuestas fáciles, buscó en el amplio mosaico de las disciplinas que abarcaba, no sólo lo que le aportaban al psicoanálisis, sino antes que nada, las preguntas que le formulaban. Contrario a la militancia en cualquier corriente psicoanalítica convertida, a veces en dogma- se mostró abierto frente a todo desarrollo teórico y toda experiencia clínica. Lejos del eclecticismo mantuvo siempre una postura rigurosamente crítica.
Un ejemplo de lo anterior lo constituye sin lugar a dudas el abanico de posibilidades que nos ofreció en Siglo XXI. En esta tarea fue su preocupación tratar de mantener la colección que dirigía abierta a todas las escuelas psicoanalíticas, a los trabajos que abordaban los problemas del psicoanálisis en relación con otros ámbitos del saber, a otros desarrollos en psicología y a los habidos en otros campos conexos, como la psiquiatría, la anti-psiquiatría y la etología.
Pero dejemos que sea Martí Soler quien nos hable del trabajo de Armando en la Editorial, él nos dice:
"Desde el primer momento [1965] prestó toda su colaboración". Su labor "no terminaba en señalarnos los textos que aparecían por aquí y por allá y que podrían ser de interés, ... era él quien buscaba ... a la persona mas idónea para traducirla, para hacerle una introducción, un prólogo; muchas veces, él mismo se puso a la tarea ..., se puso también [cuando lo creía necesario] a revisar esas traducciones. Su labor fue la de un editor de pies a cabeza. Incluso, alguna que otra vez [llegó a ponerse a] ver alguna prueba por si se escapaba alguna cosa.
"Su interés lo llevaba a preocuparse porque las traducciones publicadas reflejaran exactamente el pensamiento del autor hasta en sus mínimos detalles.
"Tenía ante sí al lector, al estudioso que iba a utilizar el libro publicado; su obligación era entregarle un libro libre de fallas" (25).
LA DOCENCIA Y LA INVESTIGACION
Si la vocación existe, sin lugar a dudas en Armando era la de enseñar. Desde muy joven directa o indirectamente, la docencia ocupó un lugar central en su vida.
En 1957 y 58 participó como consejero y mentor de la experiencia de arte infantil Grupo Koiné de la Escuela de Comercio de Salamanca. Los resultados de esta experiencia fueron expuestos en varias ciudades de España y en la exposición mundial de Japón organizada por la Asociación Morinaga en colaboración con la U.N.E.S.C.O. En todos los lugares en los que se presentaron los trabajos se obtuvieron premios para los niños artistas del grupo.
De 1958 a 1960 fue profesor de Derecho Social, Jefe del Departamento de Formación Cultural y Estética, y Asesor Psicopedagógico en la Universidad Laboral de Córdoba.
En 1961 colabora en el Instituto para Ayuda a la Educación, del Ayuntamiento de Viena, como terapeuta infantil y conferencista.
Suárez introdujo en la Universidad Nacional Autónoma de México la reflexión sobre los problemas derivados de las relaciones entre el psicoanálisis y la medicina con la sociedad en las cátedras que dictó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: "Psicología Social" en 1966-68 y "Psicoanálisis y Sociedad" desde 1966 hasta su muerte; de la segunda le comentaría a uno de sus amigos de toda la vida: el "curso ... ha despertado gran expectación. Probablemente tendré ocasión de redactar un libro que me publicaría Siglo XXI" (26); desafortunadamente tal proyecto nunca se concretó. En la División de Estudios Superiores de la misma Facultad, coordinó también el seminario de "Sociología de la Medicina" desde 1965.
En 1968 aborda el tema "Estructuralismo y Psicoanálisis" en el curso de Invierno de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.N.A.M.
Su interés por el tema sobre las relaciones de la Biología y el Psicoanálisis lo conducen a las aproximaciones que se hacen al problema sobre todo desde la Etología. Hasta donde sé, es el introductor de este ámbito de cuestiones en la Universidad: a partir de 1969 coordina el seminario de Etología, que hoy lleva su nombre, en la División de Estudios Superiores de la Facultad de Psicología.
En 1971 y durante dos ciclos escolares dicta la cátedra de Psicología y Filosofía Contemporánea en la misma división de Estudios Superiores de la Facultad de Psicología.
El mismo año le ofrecen una plaza de tiempo completo en la misma facultad pero no acepta por considerar que "no podía dedicarle el tiempo que le exigía la tarea".
En 1972, como parte del Curso de Especialización y Residencia en Medicina Interna del Instituto Nacional de Nutrición, dictó los temas: "Determinantes filogenéticas", "Estudio comparativo de las especies animales y humana" y "Comportamiento anormal en las especies".
Dicto el Curso "Epistemología de la Psicología Clínica" en 1974, en la división de Estudios Superiores de la Facultad de Psicología.
Fue asesor científico de la S.E.P. para la preparación de Textos gratuitos de educación media básica y mas tarde de 1978 a 1982 asesor de la Dirección General de Educación Especial para la Planeación de Servicios Técnicos, Investigación Histórica e Investigación Epidemiológica.
En 1983 concursa y obtiene una plaza en la U.A.M.-Xochimilco, concurso para el cual presentó el trabajo Autoridad y Autoritarismo en los Procesos Institucionales y Grupales (27). Adscrito como profesor al Departamento de Educación y Comunicación, impartió los módulos del área de concentración en la Licenciatura en Psicología.
Participó como investigador, en el proyecto para la creación de la Maestría en Grupos e Instituciones en la misma U.A.M.-Xochimilco (28).
En Mayo de 1987, a solicitud de la Dirección General de Proyectos Académicos de la U.N.A.M., elaboró un trabajo en el que expresaba sus opiniones sobre la propuesta para la creación de la Especialización de Trabajo Social en el Area de la Salud, presentado por la Escuela Nacional de Trabajo Social (29).
A todo lo anterior hay que añadir las conferencias que dictó en los mas variados foros, las presentaciones de libros y las ponencias preparadas para distintos congresos y reuniones científicas, nacionales e internacionales. Buena parte de su producción escrita la constituyen los trabajos hechos para esas ocasiones.
De 1960 a 1988 ha registrado, hasta hoy, 66 intervenciones de Armando, de los tipos antes mencionados. Enumero sólo algunas:
1.- En Marzo y Abril de 1960: Ciclo de cinco conferencias sobre Historia y problemas del Arte Cristiano, en el Sindicato Español Universitario de Córdoba.
2.- Las Concepciones Modernas del Instinto (30), fue el título de una serie de doce conferencias transmitidas por Radio Universidad a partir de Abril de 1965.
3.- De Noviembre de 1965 a Enero de 1966, también por Radio Universidad, dictó once conferencias sobre Psicoanálisis y Marxismo.
4.- En el III Forum Internacional de Psicoanálisis, celebrado en México el mes de Julio de 1969 presentó la ponencia Aportaciones de la Etología al Psicoanálisis (31).
5.- ¿Es el Psicoanálisis una Ciencia? (32) es el título de la ponencia presentada en la II Jornadas del Forum Internacional de Psicoanálisis organizadas por la Asociación Española de Psicoterapia Analítica y el Instituto-Clínica de Psicoterapia "Peña Retama", celebradas en Madrid, España del 1º al 4 de Septiembre de 1970.
6.- Psicoanálisis en América Latina (33), trabajo presentado en las Jornadas de la Federación Internacional de Círculos de Psicología Profunda, en Igls, Austria, en Octubre de 1973.
7.- Participó en la presentación de la obra de José Perrés: Freud y la ópera; también en la de Omar Guerrero: Las ciencias de la administración en el estado absolutista (34); en la mesa redonda en torno al libro El psicoanálisis como teoría crítica y la crítica política al psicoanálisis (35) y en la presentación del mismo en Guadalajara, Jalisco: libro colectivo en homenaje a I. A. Caruso; también en la de la obra de Silvia Bleichmar, En los orígenes del sujeto psíquico (36), etc., etc.
8.- Por último señalar que era miembro del Comité Internacional Preparatorio del II Encuentro Latinoamericano de Psicología Marxista y Psicoanálisis, al que ya no pudo asistir porque entre tanto se había desencadenado la enfermedad que lo llevaría al final.
Con esta breve enumeración pretendo destacar algunos de los tópicos que mas lo preocuparon y ocuparon en su trabajo, tópicos fácilmente deducibles desde antes, cuando hablé de las cátedras que asumió en los Centros de Enseñanza Superior en los que colaboró.
Armando se debía a todo aquel que se acercara a él como discípulo, como alguien para quien su juicio crítico fuera importante, como colega, como compañero; a todo aquel que quisiera compartir o recibir de él: inquietudes, proyectos, problemas, logros, etc., una muestra de este rasgo suyo lo constituyen los mas de quince trabajos de tesis o de investigación que estaba asesorando o calificando cuando lo sorprendió la Inexorable, y sin embargo no dejaba de enfrentar todas las tareas derivadas de lo anterior con una cierta ambivalencia: ¡cómo se quejaba de que todo ese trabajo (leer los materiales, corregirlos, elaborar dictámenes [incluso para Universidades del extranjero], etc.) le quitaba tiempo para estudiar y escribir!
EL CIRCULO PSICOANALITICO MEXICANO
Tres fueron las personas que se formaron en el Círculo Vienés de Psicología Profunda y que a principios de 1965 radican en la República Mexicana: Raúl Páramo en Guadalajara y, Arturo Fernández y Armando Suárez en México, D.F.
La situación de estos tres discípulos de Caruso, no eran nada fácil en lo que respecta a sus relaciones con las dos instituciones que detentaban la hegemonía y el monopolio en el campo psicoanalítico: la Sociedad Psicoanalítica Mexicana y la Asociación Psicoanalítica Mexicana, de líneas, respectivamente, Frommiana y Freudiana (37).
En Julio de 1962 se firmó en Amsterdam, un acuerdo de colaboración entre la Sociedad Psicoanalítica Alemana, la Sociedad Psicoanalítica Mexicana y el Círculo Vienés de Psicología Profunda. Este acuerdo constituyó la base de lo que después sería la Federación Internacional de Sociedades Psicoanalíticas, cuyos estatutos se firmaron en Zürich el 6 de Septiembre de 1974.
Este acuerdo se tradujo, por ejemplo, en la celebración de los Forums Internacionales de Psicoanálisis, el tercero de los cuales se celebró en la Ciudad de México en 1969. Pero además, en el intercambio de colaboraciones científicas, lo que significó que Caruso publicara algunos artículos en la "Revista de Psicoanálisis, Psiquiatría y Psicología", órgano de la Sociedad Psicoanalítica Mexicana.
Esta colaboración significó un elemento importante, entre otros, para que los "Carusianos" estuvieran en una situación nada cómoda frente a los colegas de la A.P.M., a lo que hay que agregar además, que Armando no era ni médico, ni psicólogo.
Por otra parte, cuando Armando habló con E. Fromm para solicitarle que se hiciera efectivo el acuerdo de colaboración interinstitucional, éste le prometió remediar lo que hasta entonces había sido una omisión; sin embargo, salvo la invitación que recibió para dar una Conferencia en el Instituto Mexicano de Psicoanálisis, la colaboración no pasó de ahí. Armando haría posteriormente un nuevo intento de hablar con Fromm, lo que resultó infructuoso.
Desde luego que nunca hubo la intención de integrarse orgánicamente con ninguna de las dos instituciones analíticas mencionadas. Es mas, incluso antes de llegar a México, Armando ya tenía la inquietud de formar acá un Círculo, interesado como estaba en compartir sus inquietudes y en abrir nuevas posibilidades en el campo psicoanalítico, que continuara la tradición inaugurada por Caruso, al fundar en 1947 el Círculo Vienés de Psicología Profunda. Esta idea era compartida por Arturo Fernández y Raúl Páramo, aunque tenían algunas diferencias con respecto al momento, la forma, etc.
En 1966 algunas de las relaciones que habían establecido Armando y Arturo cristalizaron en reuniones periódicas de estudio. Entre los primeros asistentes se contaban la Dra. Ana María Brugmann (en colaboración con la cual Arturo Fernández y Armando, publicaron en Munich el trabajo Particularidades de la técnica Psicológica en comparación con la Psicoanalítica (38)) y el Dr. Raymundo Macías.
Estando Arturo Fernández interesado, cada vez mas, en establecer relaciones con la A.P.M., le fue cada vez mas necesario distanciarse respecto al proyecto de un Círculo Mexicano. Sin embargo, aunque se desvinculó de esa tarea, en lo particular mantuvo buenas relaciones con Armando durante mucho tiempo, y de hecho, su esposa, Magda Franco, formó parte del C.P.M. prácticamente desde sus inicios; además Arturo coordinó un seminario en el mismo.
A mediados de 1967 Armando conoce a Jaime Cardeña, en un primer momento recibe la impresión de que las coincidencias en la forma de afrontar el conocimiento y el psicoanálisis son muchas. Originariamente gastroenterólogo, Jaime Cardeña se formó primero con los frommianos y después en la A.P.M. El motivo esgrimido para el cambio fue la falta de rigor en la técnica en los primeros. Poseedor de un vasto campo de intereses, los segundos le resultaron también, una dificultad para su desarrollo.
Comienza entonces una colaboración con Armando que culminaría en la fundación del Círculo Mexicano de Psicología Profunda. Lo que pasó después y la formación del Círculo Psicoanalítico Mexicano, institución en la que imprimiría su impronta, ha sido abordado por Fernando M. González en su trabajo Notas para una historia del psicoanálisis en México en los años setentas (39).
Las "Academias Vázquez del Psicoanálisis", el grupo de "los guerrilleros de Sigmund Freud", denominaciones con las que algunas personas del ambiente psicoanalítico de entonces, se referían con sorna al Círculo, fueron un terreno abandonado por Armando Suárez, en el que nos formamos un compacto grupo de psicólogos y estudiosos provenientes de otras disciplinas, el grupo estaba formado, además de Armando, por Patricia E. Escalante, Magda Franco, Ana María Martínez, Lilia María Mesa, Ida Russek, Fernando M. González, Andrés Martínez C., Luis Moreno C., Raúl Páramo y el que esto escribe; posteriormente se abriría, primero, mediante un seminario multidisciplinario coordinado por Gilberto Giménez sobre "Teoría de las Ideologías", y después, en 1975, a una nueva generación de candidatos en formación a la que seguirían en años posteriores otras mas.
En el Círculo encontraron acomodo en la mayoría de los casos, de manera transitoria los psicoanalistas y psicólogos, principalmente argentinos, pero también de otros países sudamericanos, que llegaron a México, muchos como exiliados, a partir de 1975, encabezados por Marie Langer, Armando Bauleo, Ignacio Maldonado, Mara Lamadrid, por sólo señalar a los primeros.
Las dotes intelectuales de Armando, la consistencia de su formación, la seriedad con la que abordaba los problemas, encontraron reconocimiento al aceptar colaborar con él, en los inicios del Círculo, investigadores e intelectuales de la altura de Mauricio Russek, Carlos Pereyra, Tomás Segovia, Gilberto Giménez. También entre los psicoanalistas ocupó un lugar muy importante y fue reconocido como interlocutor valiosísimo; testimonio de ello lo dieron, lo han dado o lo pueden dar Igor A. Caruso, Arturo Fernández, Raúl Páramo, Santiago Ramírez, Isabel Díaz Portillo, Celia Díaz de Mathmann, Gregorio Baremblitt, Ignacio Maldonado, Marie Langer, José A. Carrillo, Georges Devereux, León Rozitschner, Laura Bonaparte, Diego García Reinoso, Gilberta Roger de García Reinoso, Carlos Schenquerman, Silvia Bleichmar, Carlos Plá, etc.
PUBLICACIONES
De entrada hay que mencionar que si su producción escrita es limitada en cuanto a la extensión, si finalmente no pudimos contar con una presentación, organizada y por escrito, de su forma de hacer trabajar los textos psicoanalíticos, como diría Laplanche (40), también es cierto que los testimonios que brotaron de su pluma y, para quienes tuvimos el privilegio de estar cerca de él, en su enseñanza, fueron ejemplo de lo que sin duda representó un esfuerzo, no sólo de hacer trabajar los textos, sino sobretodo, y esto nos remite de nuevo a su labor doscente, tal vez en el aspecto mas esencial de ella, de comunicar la necesidad de eso mismo: hacer trabajar los textos; sin duda este trabajo fue vivido por Armando como una terrible exigencia propia que lo colocó siempre en un estado de insatisfacción con respecto a la forma que tomaban en su pensamiento los productos de ese trabajo, siempre sometidos a nuevo trabajo y a exigentes controles de calidad.
Si Armando no nos legó las grandes obras, nos legó sí, algo probablemente mucho mas importante: una ética frente al conocimiento. A nosotros toca ahora decidir si asumimos o no esa postura.
De entre su producción escrita, cabe destacar el artículo Psicoanálisis, Ciencia Social, Ideología publicado en 1971 (41), y ahora reproducido en el Nº 5-6 de Cuadernos del Area Clínica, revista de la Facultad de Psicología de la U.A.N.L., co-editado con Polisemias A.C., y el Círculo Psicoanalítico Mexicano, A.C., y dedicado a la memoria de Armando. Este trabajo nos los muestra constituído, sin lugar a dudas, en punta de lanza, ya que, los puntos que aborda en él son una muestra de la gama de problemas sobre los que despertó la reflexión y en los que ocupan un lugar preponderante los referentes al campo psicoanalítico.
Uno de tales problemas es el del estatuto epistemológico del psicoanálisis. En el trabajo resalta la riqueza de enfoques desde los que lo examina, algunos de los cuales constituían entonces toda una novedad en México y entre los que es ineludible señalar: el trabajo de Ricoeur, Freud: una interpretación de la cultura (libro que además tradujo en 1970)(42); las epistemologías de Piaget, Bachelard, Canguilhem, Althusser, Foucault; los problemas epistemológicos de la Etología, no muy disímiles a los del Psicoanálisis: la Etología aborda, además, temas que parecerían propios del segundo, aunque desde luego con una metodología diferente(43); "El tema de la comunicación [desde la perspectiva etológica y en el que] parecen converger la lingüística, la teoría de la información, la antropología estructural de Lévi Strauss, la cibernética y el psicoanálisis"(44); la semiología de Umberto Eco; los desarrollos del psicoanálisis francés contemporáneo a la cabeza de los cuales se encuentra la figura de J. Lacan de quien Armando dice "fue sin duda el primer analista de talla en advertir el valor decisivo que para una teorización rigurosa de la experiencia psicoanalítica podría tener la lingüística de Saussure, así como la antropología estructural de Lévi Strauss para la teorización del Edipo"(45); etc., etc.
Es interesante señalar dos cosas: la primera es que en 1970, cuatro años después de que Lacan publicara en Francia los Escritos, Armando promueve y se inicia la traducción de la obra del analista francés, en Siglo XXI editores(46). No está por demás citar aquí al propio Armando que nos dice:
"Cuando en 1970 y en mi calidad de director de esta colección propuse al director de Siglo XXI la traducción de los Écrits de Jacques Lacan, trataba de presentar al público de habla española a un autor prácticamente desconocido, nombre vagamente asociado para algunos a un mito, para otros al escándalo ... sólo unas pocas decenas de estudiosos de Buenos Aires, México, Madrid o Barcelona se esforzaban en descifrar una prosa gongorina".
Y mas adelante, en relación con los motivos para abrir la colección a Lacan y sus discípulos dice,
"convencido como estoy de que los planteamientos de Lacan, se esté o no de acuerdo con sus presupuestos o con sus conclusiones, no pueden ser en el futuro ignorados por nadie que quiera repensar y hacer avanzar la reflexión y el cuestionamiento de las bases teóricas del psicoanálisis"(47).
Así era Armando, siempre estaba al pendiente de actualizarse para después compartir lo que estudiaba con quien se acercara a él directamente, o bien, indirectamente, a través de su trabajo.
La segunda cosa que quiero destacar se refiere al problema de la lingüística.
Aun recuerdo la insistencia con la que Armando nos señalaba, siempre que algún problema planteado en los Seminarios se relacionaba con la palabra, la necesidad de estudiar los desarrollos de la lingüística. A fin de cuentas ¿no es precisamente la palabra el instrumento privilegiado de nuestro trabajo?
A medida que nos adentramos en los textos freudianos, en el Seminario que coordinaba el mismo Armando, nos dimos cuenta de que la importancia de la palabra para el análisis es infinitamente mayor que la de un recurso técnico, es condición necesaria en el proceso de constitución del sujeto psíquico.
La importancia que Suárez le concedía a la lingüística se remonta a tiempos anteriores, incluso, a su formación en Viena. El trabajo Psicología, Lingüística e Inspiración Bíblica, escrito antes de que aprendiera el alemán, constituye un testimonio cierto. En él, dice el autor,
"hemos procurado situarnos en las perspectivas de la psicología Tomista, acudiendo directamente a los textos del Santo, a falta de un tratado escolástico serio de psicología del Lenguaje"(48).
En el primer capítulo aborda la "Perspectiva científica" en donde se plantea el problema del estatuto epistemológico de la ciencia del lenguaje, en general; y el de la psicología del mismo en particular. Termina diciendo
"en nuestro estudio pretendemos limitarnos a la psicología del lenguaje, tratando preferentemente su causa formal (la significación) y su teleología (funciones del lenguaje), que son los aspectos de mas trascendencia para la exégesis"(49).
No es éste el lugar apropiado para extenderme en una presentación del citado trabajo, permítaseme sólo, una referencia mas: el capítulo segundo, da comienzo con la siguiente propuesta:
"para descubrir toda la importancia del lenguaje no sólo en la adquisición de conocimientos sino en el desarrollo de la personalidad misma en todas sus posibles dimensiones, nada hay mas instructivo que examinar el nacimiento del lenguaje en estas almas aprisionadas que son los ciego-sordo-mudos"(50),
a continuación presenta el caso de una niña
"condenada por su terrible deficiencia congénita a no llevar mas que una vida animal",
y a la que su hermana le empieza a enseñar un código de comunicación a través de gestos, resultado:
"su interior se ha iluminado, ha comprendido el valor de un signo"(51).
A partir de este caso Armando desarrollará una serie de consideraciones tendientes a demostrar que para la constitución del sujeto humano es ineludible el acceso al lenguaje.
En otro orden de cosas, hay que destacar el interés de Armando por las relaciones entre el psicoanálisis por una parte y las ciencias sociales por la otra. Interés que se enmarca en una perspectiva mas amplia: su preocupación por los problemas de la sociedad, preocupación que en Armando fue permanente; se mantuvo siempre bien informado de las cuestiones sociales, políticas y económicas de México y España principalmente, pero también de otras partes del mundo, sobre todo de América Latina. Si las posibilidades de acción política estaban limitadas por su condición migratoria, eso no le impidió, por ejemplo, promover la solidaridad, sobre todo en el C.P.M., con todos aquellos profesionales de la salud mental, universitarios e intelectuales, amenazados, perseguidos, desaparecidos, asesinados, en América Latina, por sus ideas políticas, por su militancia partidista, gremial o de otros tipos, incluso por su enseñanza.
Son muchos los ejemplos que podrían mencionar(52) de esta postura solidaria de Armando, pero menciono solo dos. Durante 1972 y 73 se desplegó un movimiento solidario, sobre todo entre los trabajadores de la salud mental, pero que incluyó también a otros profesionales (entre ellos los periodistas Granados Chapa, Froylán M. López Narváez e Ignacio Solares), alrededor del Dr. José Antonio Carrillo Carrillo, a la sazón Médico Militar con grado de Mayor, a quien (y pronto fue evidente que no era el único caso), las Autoridades Militares: l) le negaban su derecho a la licencia ilimitada, una vez terminado su contrato, haciendo caso omiso, incluso, de resoluciones de la Justicia Federal; 2) lo sometieron a presiones y amenazas de todo tipo. Felizmente, a final de cuentas, imperó la justicia. Armando se mantuvo todo el tiempo al tanto del caso y promovió en todo momento el apoyo para el Dr. Carrillo; entre sus papeles, Armando tenía un montón de recortes de periódico, borradores de desplegados, etc., referentes al caso.
El segundo ejemplo se refiere al caso bien conocido del golpe de fuerza echeverrista contra el periódico EXCELSIOR. Armando se mantuvo constantemente al pendiente de la evolución de los hechos, promoviendo la solidaridad para con Don Julio Scherer y el grupo de periodistas y trabajadores que sufrieron la agresión. Armando llegó incluso a publicar notas sobre el hecho en las publicaciones españolas, propiedad de su hermano Eugenio.
Pero volviendo a nuestro tema, hay que mencionar que son varios los trabajos en los que aborda este tipo de problemas, por ejemplo: Psicoanálisis en América Latina de 1973 ; Freudomarxismo: pasado y presente de 1974(54) ; La cuestión Urbana: individuo y adaptación e Ideología urbana de 1977(55) ; Dominación, Subdesarrollo y Psicoanálisis de 1980(56) .
Habría que destacar entre sus intereses el que sostuvo siempre por el freudomarxismo. Así lo define:
"movimiento ideológico crítico práctico ... su proyecto histórico ... es la integración de la teoría y la práctica psicoanalítica al materialismo histórico y al movimiento obrero inspirado en él"(57) .
Si "el proyecto histórico de los [primeros] freudomarxistas ... fue abortado"(58) ese resultado no impidió que al término de la guerra fría el diálogo marxismo-psicoanálisis se reanudara(59) . El problema de fondo es el de las relaciones entre los procesos formadores transformadores de la sociedad, por un lado, y del individuo, por el otro.
Armando señala los claros límites del psicoanálisis:
"liberar al individuo de su miseria histérica para que pueda hacer frente, con menos inermidad y mas lucidez, a la miseria histórica propia de los miembros de una sociedad injusta, explotadora y enajenante, de la que todos, en diversa proporción, somos víctimas y cómplices"(60) ,
y cita la respuesta que Freud le da a sus pacientes ante la objeción de que, si sus padecimientos se entraman con las condiciones de la vida ¿cómo puede ayudarles? Freud concluye su respuesta señalando que, con una vida anímica restablecida podrán defenderse mejor del infortunio ordinario(61) .
El estudio de la etología ocupó un lugar muy importante en Armando, lo que es evidente si echamos una ojeada al número de conferencias y ponencias que le dedicó. Sin embargo la semilla que sembró y que a todas luces germinó, lo hace lentamente.
El punto central por el que le interesaban los problemas de esta disciplina inaugurada por Lorenz, era, sin lugar a dudas, por lo que consideraba que le aportaba al psicoanálisis, sobre todo en la dirección del estatuto epistemológico de este último.
Hay que destacar por ejemplo el peso que le concede al fenómeno del troquelado en el hombre, nos dice en Aportaciones de la Etología al Psicoanálisis(62) :
"Desde el punto de vista etológico, el psicoanálisis como terapia sería un intento planificado de rectificar los troquelados infantiles a partir de una regresión experimentalmente provocada y controlada".
Mas adelante y con respecto al problema central nos dice:
"La etología sólo puede ofrecerle [al psicoanálisis] un modelo biológico no contradictorio con esa metapsicología, pero no un método de verificación. Tal sería la base de una cooperación posible entre etología y psicoanálisis"(63) .
Una de las soluciones que propone para atacar el problema de la separación epistemológica entre
"explicación causal o comprensión histórica, causas o motivos, especies naturales o tipos históricos" finalmente "ciencias del espíritu y ciencias de la naturaleza" y que "lanzaría una especie de puente entre el psicoanálisis y la biología, es la etología. Esta joven ciencia tematiza, con métodos y reglas de verificación propias, mucho de lo que el psicoanálisis tenía que limitarse a postular e inferir a base de indicios no controlables metódica ni deductivamente. La etología ha reivindicado el concepto de instinto y ha propuesto incluso un modelo muy semejante al de Freud. Esto quizás sea una concepción heurística provisional; mas interesante es su método histórico-comparativo, utilizado para reconstruir la evolución filo y ontogenética del comportamiento ... En esta perspectiva la alternativa: tipo histórico ... o especie natural, quedaría abolida"(64) .
Si es cierto que Armando no publicó muchas cosas al extremo casi de la esterilidad, se debía, entre muchas otras razones, al hecho de que rechazaba escribir o, para usar un lenguaje de moda, producir "cualquier cosa", sobre todo le atemorizaban las burdas repeticiones, las reiteraciones amparadas en un nos mayestático, la posibilidad de presentar como propias las ideas de otros. Pero como dijimos anteriormente, los testimonios que brotaron de su pluma son muestra de la seriedad y profundidad de su pensamiento.
CONSIDERACIONES FINALES
Nunca hubo en Armando la "pretensión ilimitada por detentar la verdad"(65) ; Armando no fue "ortodoxo" ni "lacaniano", tampoco "frommiano", no fue seguidor de la "Psicología del Yo" ni "Kleiniano", finalmente no fue "Carusiano" aun cuando se analizó con Caruso y se formó en el Círculo Vienés de Psicología Profunda, y como le gustaba decir, no lo era porque el propio Caruso no era "Carusiano", pero..., abrió las puertas de la colección que dirigía en Siglo XXI a la publicación de trabajos provenientes de todas las orientaciones, invitó a miembros de distintas escuelas a colaborar en las tareas de formación en el Círculo Psicoanalítico Mexicano, abordo en sus seminarios problemas provenientes de todas las corrientes, colaboró con quienes le abrieron las puertas y mientras quisieron; fue "intolerante ante la ignorancia y la tranquilidad que la certeza le ofrece al pensamiento"(66) , certeza que frecuentemente se convierte en dogma y en pretexto para la militancia sumisión ceguera a y en nombre de algún gran gurú. Decía Armando:
"he defendido siempre el pluralismo doctrinal y el diálogo entre las distintas corrientes vivas que constituyen el vasto campo controvertido del psicoanálisis en el mundo".
Un ejemplo de lo que no sólo no promovería Armando, sino que incluso lo rechazaría enérgicamente nos lo proporcionan las impresionantes palabras de Jacques Alain Miller referidas a Lacan:
"La posición de Lacan no procede de nuestro grupo y sus votos; por el contrario, es nuestra práctica la que emana de la suya, y somos nosotros los que a menudo sacamos de él la poca imagen que tenemos del mundo"(67) .
Armando luchaba constantemente por transmitir eje central de su enseñanza la necesidad de trabajar los textos psicoanalíticos, de someter a la crítica todo saber, todo desarrollo teórico y toda experiencia clínica; nunca se le hubiera ocurrido a Armando despreciar a nadie y menos a sus discípulos, nunca trataría a ninguno como pusilánime, nunca le diría:
"que sobre tal o cual cuestión no [podían] ir mas lejos de donde él había llegado y que, para progresar, [debían] esperar a que él quisiera dar un paso mas"(68) ,
ni en sus clases o seminarios, esto otro:
"diría que, con expresa intención aunque no absolutamente deliberada, desarrollo de manera tal este discurso que les ofrezco la oportunidad de no comprender cabalmente. Este margen permite que ustedes mismos digan que creen seguirme, vale decir que permanecen en una posición problemática...
"Si me las arreglara para ser fácilmente comprendido, es decir, para que tuviesen cabalmente la certeza de que están al tanto, pues bien, según mis propias premisas en lo tocante al discurso interhumano, el malentendido sería irremediable"(69) .
Finalmente no quisiera dejar en el olvido su labor como analista, pero para ello le dejo la palabra a José María Pérez Gay quien nos dice al escribir sobre Armando poco después de su desaparición:
"Cuando un psicoanalista muere, un grupo de personas lloran en silencio, elaboran un duelo imposible y callan. Testimonios de días y años detrás del diván, registro de una fé en pelea contra la sombra y el odio, el sufrimiento y el miedo. Cuando un psicoanalista muere, nadie sino los pacientes saben quién supo rescatar su memoria, adentrarse en sus sueños, restituir su lenguaje y hacer de sus miserias la conquista de un orbe íntimo cuyos bienes comparte. Porque nadie como él supo explicar el dolor, apaciguar la ira y poner en claro el desconcierto. No sólo es su recuerdo lo que perdura, sino el anhelo inquebrantable de su lección. Una lección para vivir con la inteligencia y el corazón suficientes y así presidir todo debate con los demás y con nosotros mismos"(70) .
La madrugada del 8 de Marzo de 1988, Armando Suárez murió. Para muchos, su muerte constituyó una pérdida irreparable, solo paliada por el recuerdo de lo que representó para cada uno de los que lo conocimos y quisimos.
NOTAS
1 .- Trabajo leído durante el IV Simposium del Círculo Psicoanalítico Mexicano, A.C. "En Memoria al Dr. Armando Suárez", celebrado en la Ciudad de México, D.F. El texto fue posteriormente publicado en las memorias del evento en 1990.
2.- Freud, Sigmund - Zweig, Arnold: Correspondencia; Editorial Gedisa, S.A., Barcelona, España, 1980; pág. 134. El subrayado es mío.
3.- Freud, Sigmund: Ops. cit. (1930), en Obras completas; Amorrortu editores, S.A., Buenos Aires, Argentina, 1979; Vol. 21, pág. 211.
4.- La fecha exacta me la proporcionó Lilia Mesa, su primera esposa. Por motivos que desconosco fue registrado como nacido el 19 de Junio. Pero, además, en su título de Licenciado en Derecho expedido por el Ministerio de Educación Nacional, en Madrid, aparece el día 23 de Junio como fecha de su nacimiento.
5.- Suárez G., Armando: Carta al R.P. Fr. Jaime Gurza, O.P.; 29 de Marzo de 1965.
6.- Suárez G., Armando: Carta al Prof. Dr. Erich Fromm; 3 de Julio de 1965.
7.- Ver Nº 3 del Apéndice B-I.
8.- El presente trabajo fue leído la mañana del 28 de Enero de 1989, en el marco del IV Simposium del Círculo Psicoanalítico Mexicano, A.C., este evento fue organizado "En Memoria al Dr. Armando Suárez"; al mediodía de ese sábado un grupo de amigos comentábamos con Lilia las vicisitudes de esa mañana de Simposium. Lilia, enferma desde Octubre del año pasado, me hizo prometerle que le daría una copia de este trabajo porque quería leerlo. Unas cuantas horas después de esta agradabilísima conversación, como a las 18 horas, Lilia moría víctima de un infarto cardíaco. Mas tarde, ese mismo día Froylán López Narváez comentaría que, la de Lilia, había sido una muerte de amor.
9.- Almada Bay, Ignacio: Redoble por Armando Suárez; publicado en el periódico La Jornada, México, D.F., 9 de Marzo de 1988.
10.- Ver Nº 23 del Apéndice A, pág. 12.
11.- Ver Nº 35 del Apéndice A, pág. 13-4.
12.- Ver Nº 35 del Apéndice A, pág. 15.
13.- Ibid., pág. 20.
14.- Ibid., pág. 20.
15.- Ibid., pág. 22 y 24.
16.- Ibid., pág. 21.
17.- Caruso, Igor A.: La personalización: Biología y Sociedad, en Archivo de estudios psicoanalíticos y de psicología médica; Círculo Vienés de Psicología Profunda Grupo Bogotá; Bogotá, Colombia, 1965; Nº 1, pág. 7 y 8.
18.- Ver Nº 35 del Apéndice A, pág. 21 n. 3.
19.- Ibid., pág. 20.
20.- Caruso, Igor A.: Análisis psíquico y síntesis existencial; Editorial Herder, Barcelona, España, 1958; pág. 15-6.
21.- Ver Nº 35 del Apéndice A, pág. 22.
22.- Loc. cit.
23.- Roustang, François: Lacan, del equívoco al callejón sin salida (1986); Siglo XXI editores, S.A. de C.V., México, D.F., 1989; pág. 15.
24.- Ver el Apéndice B.
25.- Soler V., Martí: Intervención en el Homenaje al Dr. Armando Suárez; Feria Internacional del Libro, Guadalajara, Jalisco, Noviembre de 1988; Trabajo inédito. Los agregados entre corchetes son míos.
26.- Suárez G., Armando: Carta a Fr. Amadeo Saguar O. P.; 27 de Diciembre de 1966.
27.- Ver Nº 29 del Apéndice A.
28.- Ver Nº 30 del Apéndice A.
29.- Ver Nº 38 del Apéndice A.
30.- Ver Nº 7 del Apéndice A.
31.- Ver Nº 13 del Apéndice A.
32.- Ver Nº 14 del Apéndice A.
33.- Ver Nº 19 del Apéndice A.
34.- Ver Nº 36 del Apéndice A.
35.- Ver Nº 34 del Apéndice A.
36.- Ver Nº 40 del Apéndice A.
37.- González, Fernando M.: Notas para una historia del psicoanálisis en México en los años setentas; ponencia presentada en el II Simposium del Círculo Psicoanalítico Mexicano, A.C., celebrado en Guadalajara, Jalisco, en colaboración con el grupo Polisemias A.C., en Septiembre de 1986 y publicado en las Memorias del mismo, pág. 48. Publicado también en el libro coordinado por A. Suárez: Psicoanálisis y realidad; Siglo XXI editores, S.A. de C.V., México, D.F.; 1989.
38.- Ver Nº 9 del Apéndice A.
39.- Ops. cit., pág. 50-1, 59-66.
40.- Cfr. Laplanche, Jean: Editorial, en revista Trabajo del Psicoanálisis, México, D.F., 1981; Nº 1.
41.- Ver Nº 17 del Apéndice A.
42.- Ver Nº 4 del Apéndice B-II.
43.- Ver Nº 17 del Apéndice A: 1971, pág. 9; 1988 pág. 58.
44.- Ibid.: 1971, pág. 10; 1988, pág. 59. Los agregados entre corchetes son míos.
45.- Ver Nº 24 del Apéndice A, pág. 150.
46.- Ver Nº 31 del Apéndice A, pág. IX y sig.