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miércoles, 26 de mayo de 2010

Paulette: un accidente. Celia Lora: un crimen.

El veredicto final del caso Paulette Guevara Farah que movió a la sociedad durante los últimos tiempos, ya se expresó el viernes pasado por el entonces Procurador del Estado de México, Alberto Bazbaz Sacal. Informó que el deceso fue un accidente y que desde el momento de su muerte, que pudo darse en el transcurso de la noche del pasado 21 de marzo y la madrugada del 22, su cuerpo permaneció escondido al borde de la cama de la menor, hasta que fue hallado (nueve días después), por lo que concluyó que no hubo manipulación del cadáver. Por supuesto, el abogado del padre de la niña salió en los medios para apresurarse a declarar que estaban satisfechos con el resultado final y que agradecían a la procuraduría de justicia todas sus atenciones.

Hoy la madre, que antes en una grabación secreta con la hija – que estuvo secuestrada como en las mejores telenovelas por parte de los abuelos –, filtrada a los medios (¡?) había dicho una frase, corta, pero significativa “si no hay evidencia, no tienen nada”, reclama explicaciones y acceso a cada una de las acciones que llevó a cabo la Procuraduría General de Justicia del Estado de México por la indagatoria sobre la muerte de su hija.

“Me es difícil creer y aceptar la explicación que dio el procurador mexiquense Alberto Bazbaz sobre el caso, aseveró. No entendí, declaró, los argumentos del funcionario mexiquense para concluir que el fallecimiento de mi pequeña de cuatro años fue un accidente”.

Por ello, anunció que tramitó tres amparos para acceder al expediente, la autopsia y todos los peritajes, ya que desea conocer los resultados pormenorizados de aquello que ahora aparece como un simple accidente. NO puede creerse que hayan circulado más de 30 personas (contra toda norma pericial o forense), haya habido entrevistas, se hubiese utilizado como albergue de por lo menos tres visitas esa habitación y la cama durante las averiguaciones, hayan circulado perros entrenados para buscar por el olfato, habiendo permanecido el cadáver de “la niña” (cómo le llamó varias veces despersonalizadamente la madre a su hija), oculto a la vista de todos, inodoro en su proceso de descomposición y curiosamente con una ropa que algunos Utuberos reconocieron estática sobre la cama en días previos a su reaparición… aunque esto último pudiera ser no concluyente…pues esa gente tiene dinero para llenar un clóset con ropa idéntica.

Las únicas que hasta ahora habían expresado preocupación ante la desaparición de Paulette y sentimientos tiernos, eran las nanas, a las cuales se les hizo obligó ha realizar más de cinco reconstrucciones de los hechos en el mismo lugar: cómo tendieron la cama, cómo dejaron a la niña en la habitación, qué pasó al día siguiente, etc. y se les indició en un momento dado de la investigación como si fueren presuntas culpables, dañando su reputación y su libertad. Todas éstas reconstrucciones sucedieron según Bazbaz con el cuerpo ensangrentado de "la niña" (así la nombraba una y otra vez ante Adela Micha su madre impersonalmente) al pie de la cama.

El padre de la niña, ha rehuído las entrevistas y la última que dio a López Dóriga, coincidió – curiosamente – con su salida del aire durante algunos días. Quizá la pregunta: “¿Conoce usted al gobernador Peña Nieto?” no estaba programada y no se la esperaba, él la contestó negativamente (“No tengo el gusto”), pero luego empezaron a aparecer en la red fotos dónde se encuentra el señor Guevara con Peña Nieto y también con Salinas de Gortari en reuniones de fiesta. Ya no estamos en los tiempos en que se puede decir cualquier cosa y la gente se olvida, la información no circula, los hechos se pueden ocultar fácilmente y el respeto a la autoridad, el dinero y el poder es absoluto.

El mismo secuestro de Fernández de Cevallos es una muestra de que las cosas no pueden manipularse como antes, y que la falta de información, de fotos, de filmaciones en el lugar de los hechos, de registro de los impactos de bala, etc. sólo crea un hueco que despierta sospechas y desconfianza por parte del público en un asunto que evidentemente tiene tintes políticos y muy probablemente de conflicto con el narco. Ahora aparecen imágenes en la Red de un hombre muy parecido al Jefe Diego , maniatado y vendado de los ojos. La procuraduría ha aceptado a petición de los familiares retirarse del caso y todos los políticos han aprobado la medida… pero ese gesto, es un delito. La procuraduría no tiene por qué retirarse de un caso que por ley, se debe perseguir de oficio.

¿Por qué la madre pide ahora esa información? ¡Vaya usted a saber si no quiere venderla al mejor postor de entre los medios! No parece que sea una genuina búsqueda de la verdad lo que la anima, puesto que desde el principio fue evidente que ella sabía más de lo que revelaba a la policía y los medios, amén de que no parece la persona más sincera de este mundo y en la cuál podríamos usted o su servidor, confiar nuestro sueño.

Lo que a fin de cuentas parece, es que un homicidio (¿No es eso lo que había cacareado Bazbaz al principio? ¡Cuando pensaba que podía sacar partido político del asunto!) se ha transformado en un accidente. Ésta movida es peligrosa para Peña Nieto y lo que sugiere, son vínculos estrechos entre la familia Guevara y la cúspide del poder. Puede costarle al gobernador del Estado de México la candidatura de su partido y/o hasta la presidencia de la República mexicana, porque es una muestra de la clase de justicia que podemos esperar los mexicanos si sube al poder, sobre advertencia no hay engaño, y para todos aquellos que añoran la vuelta del PRI, o piensan que de los males hay que escoger el menor, pues ésta no resulta la prueba más fehaciente de que las cosas estarían mejor con los tripartitas.

Tampoco ha sido juiciosa la defensa de Peña Nieto de la investigación del caso, y su regaño a los partidos por hacer de este asunto una cuestión para sacar ventajas políticas, es francamente miserable. Deben prepararle mejor sus discursos... ó el debe pensar mejor lo que dice al público, porque la sociedad no necesita más ocultamientos o engaños. Éstos enredos me recuerdan cierta entrevista para Univisión que le hizo Jorge Ramos dónde él no recuerda de qué murió su esposa. Sabemos en psicoanálisis la importancia de este tipo de trastabilleos.

La cara impasible de Bazbaz, sus declaraciones a la prensa en el momento de su renuncia son la muestra de la honestidad y probidad de nuestros funcionarios. No hay mucha diferencia entre este licenciado y el señor Eichmann para ser sinceros, éste hombre es capaz de hacer lo que le pidan sin importar qué le demanden sus jefes ¿Tendrá hijos éste hombre? ¿Qué clase de padre será?

En este contexto de cosas, Alex Lora, padre de Celia Lora de 26 años, acudió al juzgado 30 Penal, para presenciar la decisión de la juez respecto a que su hija Celia tendrá que quedar encarcelada mientras se le juzga por el delito de homicidio culposo agravado.

Independientemente de la corrección de la decisión que muchos alaban, me parece que deben leerse también razones políticas. Ésta es la oportunidad para Marcelo Ebrard de demostrar que en el Distrito Federal y bajo su mandato se realiza justicia sin distingo entre los ciudadanos. Él aparece imparcial y correcto como primer eslabón de una cadena de justicia y cabeza de un sistema. ¿Se convierte así un accidente en un homicidio? Cierto es que ella parecía encontrarse en estado de ebriedad cuando sucedió el percance, pero quienes hemos vivido en la Ciudad de México sabemos que salir de un accidente, es muchas veces, cuestión de influencias o dinero. En ésta ocasión ninguna de las dos cosas bastó y la justicia se ha hecho sentir con todo su rigor sin distinciones, a diferencia del caso de Sonora, dónde la justicia militar ya expresó su veredicto de que la familia acribillada en su camioneta con resultado de pérdidas de vidas de niños, fue objeto de un lamentable fuego cruzado.

Ésta es la aplicación del derecho y su relación con el ejercicio del poder político en México, el mismo que hace que el gobernador jalisciense Emilio González, haya sometido a la Suprema Corte de Justicia el examen de la aplicación de la píldora del día siguiente a mujeres violadas, porque causa “abortos químicos”, afortunadamente, la Corte ha desechado esa iniciativa, proporcionándonos unas gotas de esperanza sobre la aplicación de la justicia en este país.

lunes, 24 de mayo de 2010

Diego desaparecido, un acto de venganza. Miguel Ángel Granados Chapa.


MÉXICO, D.F., 23 de mayo.- Hasta ya avanzado el jueves 20, hora de escribir esta columna, el público carecía de información sobre el paradero y la suerte de Diego Fernández de Cevallos, desaparecido entre la noche del viernes 14 y la madrugada del sábado 15. Conforme han transcurrido los días, algunas de las conjeturas iniciales han ido perdiendo sustento y surgen otras, como la que ahora planteo aquí. Antes de hacerlo no puedo sustraerme a la tentación de recordar el secuestro padecido en diciembre de 1997 por Fernando Gutiérrez Barrios, que oficialmente jamás existió. No se denunció ante el Ministerio Público y su víctima jamás se refirió al acontecimiento.

Ese año había sido terrible para el presidente Zedillo y para el sistema político mexicano, y cuando ocurrió la desaparición del antiguo zar de la seguridad nacional aún faltaba la terrible matanza de Acteal, que ocurriría una semana después de la terminación del secuestro del exsecretario de Gobernación, el 22 de diciembre.

En las elecciones de julio el PRI había perdido la mayoría en la Cámara de Diputados, hecho funesto para ese partido, que anunciaba su descomposición. El Partido de la Revolución Democrática, dirigido por Andrés Manuel López Obrador, había conseguido formar la segunda bancada más numerosa en San Lázaro, después de la disminuida fracción priista y, como cereza en el pastel, había hecho triunfar al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, convertido de esa guisa en el primer jefe de Gobierno del Distrito Federal elegido por voto popular.

Aunque por el rescate de Gutiérrez Barrios se pagaron seis millones y medio de dólares (un descuento de tres y medio respecto de los diez inicialmente pedidos por los secuestradores) no quedó claro que necesariamente fuera un secuestro mercenario. Quizá persiguió varios fines: unos concernientes a las antiguas tareas de la víctima, por años al frente de la policía política y de las acciones de seguridad nacional; otros relacionados con sus nexos con la política veracruzana y la escisión del PRI que allí se incubaba (Dante Delgado fue puesto en prisión al año siguiente por Patricio Chirinos y Miguel Ángel Yunes) o quizá se trataba de un ajuste de cuentas por los muchos daños que el exgobernador de Veracruz infligió a tanta gente. Y de paso obtener una fortuna.

Algo semejante parece estar ocurriendo con Diego. Su familia conjetura, quizá porque posee indicios que no ha hecho públicos, que se trata de un secuestro que se resuelve con dinero. Por eso llamó a los captores a comunicarse, para negociar. El EPR avisó que no es el autor de la desaparición y con eso desmontó casi por entero (porque otros grupos pudieron hacerlo) la conjetura de que una organización guerrillera estuviera presente en el caso. Y ante la CNN el presidente Calderón, que tuvo que cargar en España y en Washington el baldón de que su gobierno no puede garantizar la seguridad ni siquiera de los encumbrados más cercanos, excluyó al narcotráfico, porque sus jefes mandan mensajes por otras vías, expresión equívoca que sugirió que hay un puente de comunicación con la delincuencia organizada.

Por mi parte, al excluir que se trate de un secuestro mercenario (entre otras cosas porque era más sencillo plagiar a un miembro de la familia de Fernández de Cevallos a fin de que él pudiera encargarse del pago y no tener que dar instrucciones para hacerlo desde su cautiverio), calculé posible que lo hubiera emprendido algún grupo relacionado con la seguridad pública o la seguridad nacional, en la lógica con que operan muchas policías a lo largo de la historia (crear un problema para resolverlo y así mostrar su necesidad, su eficacia y su lealtad). La hipótesis se validaría si la localización y el rescate del eminente panista ocurriera mientras el presidente Calderón estaba en Estados Unidos, para que pudiera gloriarse del resultado (con cuya génesis no lo ligó mi formulación). Y, por supuesto, se diluyó conforme los días pasaron sin que apareciera Diego.

Necesitado de una nueva explicación, traje a mano mi reciente lectura del libro de José Reveles sobre los Beltrán Leyva, El cártel incómodo. El subtítulo de la obra es El fin de los Beltrán Leyva y la hegemonía del Chapo Guzmán. Una de las bases de sustentación del libro es dar por supuesto un acuerdo entre el gobierno federal y el cártel del Pacífico, suposición que no carece de fundamento y de exponentes. Un panista notable, el todavía diputado Manuel Clouthier Carrillo, denunció ese eventual arreglo desde el conocimiento que le proporciona su vivencia cotidiana como director del principal periódico sinaloense. Y fue también una de las líneas de argumentación del reportaje que en dos partes presentó durante la estancia de Calderón en Washington la cadena de radio pública estadunidense.

Como parte de ese presunto acuerdo, el gobierno desarticularía a la banda de los Beltrán Leyva, antaño asociados a Guzmán Loera y convertidos en sus crueles enemigos. Independientemente de una motivación así, lo cierto es que esa parte de la mafia de la delincuencia organizada sí ha resultado especialmente golpeada, y que uno de los lances finales, el de diciembre del año pasado, que concluyó con su muerte, fue una especie de ejecución de Arturo Beltrán Leyva, el jefe del clan, y la exhibición vejatoria de su cadáver, tapizado de dólares.

Los restos de la banda, a cuya cabeza habría quedado Héctor, habrían emprendido actos de violencia ya no utilitarios sino surgidos de un acusado ánimo de venganza. Habrían comenzado con el asesinato de los familiares de un oficial de la Marina muerto en la acción de Cuernavaca. Se trataría de mostrar así que aunque fuera por esa vía, indirecta e innecesaria, la Armada de México pagaría la muerte de El Barbas, como se apodaba a Arturo Beltrán Leyva.

Me pregunto entonces si en la desesperación de su acorralamiento, como coletazo de ballena herida, Héctor Beltrán Leyva resolvió alzar la mira y apuntar cerca del cogollo del Estado. Aunque no pertenece directamente al gobierno panista, Fernández de Cevallos ejerce influencia de tal magnitud sobre él que el secretario de Gobernación y el procurador general de la República han sido parte de su entorno político, profesional y personal. De alguna manera lo representan. Y al inferirle un daño, del alcance y naturaleza que resulte, se estaría el clan agónico cobrando las acciones que lo han puesto en esa situación.


martes, 18 de mayo de 2010

Carta abierta a Michel Onfray. Por Gérard Haddad



Traducción de Pablo Peusner

Versión original, en francés, aquí

Estimado Michel Onfray :

Desconozco si mi nombre le dice algo, ya que sin duda Usted jamás me ha leído.

Yo, por el contrario, hace algún tiempo leí con simpatía uno de sus libros. Usted cuenta allí el anhelo de su padre, agricultor, de ver el polo Norte, anhelo que, con amor filial, Usted ha complacido cuando sus finanzas se lo permitieron. Hallé en ese recuerdo, perdóneme, un perfume freudiano. Considero en efecto que, en su profundo estudio de la obra de Freud, algo esencial se le escapa. Y es que dicha obra está por entera construida en torno del amor al padre, amor primero. Lo remito al capítulo séptimo de su obra Psicología de las masas. El mismo Freud ha enunciado desde hace tiempo esa verdad verificable, que yo he verificado en mi existencia, de que la muerte del padre es sin duda el dolor más grande que un hombre puede experimentar.

Durante un tiempo he dudado en incluirme en esta avalancha de reacciones que ha suscitado su último libro. Y luego me decidí, porque demasiado es demasiado y no es forzosamente cierto que todo lo que resulta excesivo no cuente.

Tengo poco espacio aquí como para tratar los diferentes puntos que usted plantea. Me contentaré con un señalamiento y una objeción.

Fui analizado por el analista más caro de aquella época en París, Jacques Lacan, y los 200 Francos de mi sesión del año 1981 no pueden en ningún caso compararse a esos 450 Euros que usted agita como la prueba de no sé qué crimen. ¿Quién podría, en efecto, costear su cura al precio de 10.000 Euros por mes? Su calculadora ha debido tener una falla seria...

Usted ofrece también las 700 páginas de su obra como prueba de la seriedad de su trabajo. No injuriaría yo a un epistemólogo de su calidad subrayando la nulidad de un argumento que pesaría la verdad según el peso de las páginas, cuando ante esas 700 páginas se levantan miles de otras, también muy serias y documentadas.

Pero dejemos todo esto para ir a lo que considero lo esencial, y que no ha sido tomado en cuenta. Lo esencial se sostiene en esta pregunta concreta, práctica: ¿el psicoanálisis sirve para algo? ¿Alivianó o no el fardo de los hombres?

Desde Freud, millones de hombre y mujeres han realizado un análisis y, tal como Usted, han estudiado seriamente el pensamiento de Freud. Pienso en particular en los testimonios de quienes no pertenecen a la profesión: Thomas Mann, Schnitzler, Zweig, Arnold y Staphan, incluso en Einstein quien no juzgó indigno el debatir con Freud. Pero sobre todo pienso en todos aquellos que testimoniaron del provecho que obtuvieron de su análisis.

Así, un día se le preguntó a Georges Bataille, en una emisión radiofónica más tarde transcripta, su opinión acerca del psicoanálisis, y si acaso no pensaba que su creatividad habría sido destruida si hubiera emprendido una cura. A lo que Georges Bataille respondió, cito de memoria, que jamás habría escrito una línea si no hubiera hecho un análisis. ¿Qué piensa Usted de tales testimonios? ¿Son fabulaciones? ¿Son muletas colgadas en la gruta de Lourdes?

Recientemente le hizo Usted un curioso reproche a B.H.L: el de no haber leído sus libros, siendo que él publica en la misma casa editorial que Usted. Ocurre que otros autores publican con el mismo editor que Usted y cuyo testimonio habría podido, habría debido, interesarle. Pienso en el libro de Marie Cardinal, Les mots pour le dire, en el que su autora testimonia que el psicoanálisis le salvó la vida. ¿Un efecto placebo?

Usted hubiera podido leer, en la misma editorial, a otro autor. Discúlpeme por citarlo ya que se trata de mí. Usted podría leer allí el relato sin concesiones de mi propia cura, con los honorarios pagados, la duración de las sesiones, etc. Debo a esa cura todo lo que hoy en día soy, es decir: alguien que considera, en el otoño de su vida, que esa vida valía la pena de ser vivida. ¿Aún así se trata de una muleta colgada en la gruta de Lourdes? En este nivel de análisis, ¿quién delira?

Escuchándolo el otro día –ese increíble éxito mediático ¿no le hace parar un poco la oreja?– con el aplomo y la sonrisa socarrona de la certeza que Usted ostenta, pensé que una actitud tal podría corresponderse con tres posibilidades: podría ser la del investigador que, luego de arduos trabajos, hace un descubrimiento y declara E=m.c2, por ejemplo; o bien la del hombre que, así como San Pablo en el camino de Damasco, descubre la fe; o finalmente la del paranoico para quien a menudo todo toma sentido en el complot que descubre. No sé a cuál de las tres categorías Usted corresponde.

En todo caso, es necesario que sepa lo que su discurso significa. A esas millones de personas que le deben algo a Freud y a sus discípulos, Usted las escupió en la cara. Y de eso yo no puedo disculparlo.

Es cierto que, de hecho, Usted está acostumbrado. Desde hace tiempo Usted viene escupiendo la cara de millones de hombre para quienes la fe en Dios no es un opio. Bernanos hubiera dicho que Usted ha deshonrado al ateísmo.

También ha escupido la cara de venerables personas, como Herman Cohen o Leibowitz, quienes consideran a Kant como una de las más grandes maravillas que la inteligencia humana ha producido. Para Usted, Kant es el precursor de Eichmann, el nazi.

Seamos claros. ¡Usted me impresiona! Aprovechándose de la vertiginosa incultura de nuestro tiempo, encontró el truco que funciona: demoler todos los pilares de nuestra civilización. Debería Usted leer, en nuestra editorial común, mi ensayo Les Biblioclastes, los destructores de la cultura. ¿Será Usted uno de ellos? Ya verá a dónde conduce eso.

En todo caso, en este asunto, no es tanto su persona lo que me parece más sintomático, sino la audiencia que está de acuerdo con Usted y que es como una marca de infamia en la frente de esta cultura que compartimos.

Atentamente



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Publicado por PP para el psicoanalista lector el 5/12/2010 11:11:00 AM

¿Por qué tanto odio? (continuación) Elizabeth Roudinesco - Carta Psicoanalítica



Comentario a propósito del libro, las declaraciones y artículos de Onfray publicados recientemente sobre Freud. (Traduccion de Susana Rodriguez Marquez). from : Historiography Task Force

¿Por qué tanto odio? (continuación) Elizabeth Roudinesco - Carta Psicoanalítica

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lunes, 17 de mayo de 2010

Secuestro DFG...



La noticia que ha movido a los medios desde hace tres días es la desaparición de Diego Fernández de Ceballos. Cerca de un rancho de su propiedad, se encontró una camioneta abandonada que él conducía con rastros de sangre, impactos de bala y al parecer unas tijeras ensangrentadas. Luego de haber corrido esta información, se han cerrado las noticias por parte de los voceros oficiales. La PGR, la Secretaría de Seguridad Pública Federal, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Querétaro, así como corporaciones policiales tanto estatales como municipales integran el grupo interinstitucional creado durante una reunión de alto nivel sobre la búsqueda del ex candidato presidencial.
El comunicado oficial indica: “Dentro de la indagatoria se ha solicitado la colaboración de todas las Procuradurías Generales de Justicia del país y a través de éstas, de las dependencias de seguridad pública en los estados y municipios, así como de salud, para la búsqueda y localización de la persona hasta ahora desaparecida”.
Cómo ustedes recordarán se había dicho en un principio que Manuel Espino confirmaba la versión de que su cadáver se encontraba en un campo militar, y tanto él como la PGR se apresuraron a desmentir el dicho inicial. Se desmintió categóricamente también la muerte del Jefe Diego aún sin saber dónde está... lo cual es ilógico y extraño. No hay mayores avances en las investigaciones aunque antes una fuente oficial haya manejado las hipótesis de secuestro, hecho delictivo relacionado con el narcotráfico y guerrilla como posibles líneas de investigación.
Se señala hoy sin más detalles que la desaparición pudo haber ocurrido entre las 23.00 horas del viernes 14 y las 7.00 horas del sábado 15 y que tras la inspección del sitio donde se halló el auto del político panista quedó establecido que “alguna persona pudo haber sido agredida físicamente, muy probablemente inmediato al momento de descender de la camioneta que utilizaba el Lic. Fernández de Cevallos, y que se encontraba en la cochera al interior de la finca, recién estacionada”.
Puede especularse que la sangre indica violencia, que las tijeras una agresión física directa (vaya uno a saber si no tenía debajo de su piel un chip GPS) y no sabemos tampoco si se resistió al asalto, lo cual no sería extraño, considerando su carácter bronco. Quizá el motivo no haya sido secuestro por dinero, pues hubiese sido más lógico secuestrar a alguien de su familia, es seguro que lo buscaban a él y que el hecho delictivo fue planeado con precisión por alguien que conoce o ha estudiado sus movimientos.
El secreto y la discreción son ahora absolutos, y quizá nunca sabremos la verdad de este delicado asunto. Lo que sí llama la atención en los comentarios de las noticias en diarios que tienen su espejo en Internet son las opiniones de la gente, entre jocosas, hay expresiones de descontentos por el trato privilegiado a ese ciudadano, e incluso de complacencia franca ante los hechos.
Revelan una crisis social profunda en la que el público, el pueblo, se identifica hoy más con los delincuentes que con quienes gobiernan nuestra Nación. Para muchos su secuestro es visto como una acción lógica en una supuesta ley universal de compensaciones: el que mal anda mal acaba, tenía que tocarle, todo el mal que hagas a los demás en vida lo pagarás, hizo mucho daño y muchos quieren vengarse, se están matando entre ellos, cuando veas las barbas de tu vecino cortar pon las tuyas a remojar, etc.
El caso es que todo el mundo político y las policías están hoy movilizadas por este incidente y no dejaron pasar las 72 horas que usted y yo, deberíamos esperar para ser atendidos en un caso semejante. Una muestra más de que hay dos Méxicos en este bicentenario de nuestra nación: los que todo lo tienen y pueden (corrijo, no pueden escapar a la muerte); y los otros que son - somos - ciudadanos de segunda.

sábado, 15 de mayo de 2010

Textos curso Filosofía.



Pueden revisar en en préstamo de lectura algunos de los textos de los cuales les hablé cuando revisamos la Lógica del Sentido... también incluí el texto de Jay sobre la Escuela de Francfort. Saludos.

viernes, 14 de mayo de 2010

BUENOS AIRES...



Comparto con ustedes algunas imágenes que tomé paseando por las calles de esta ciudad. Lo mejor de todo, el encuentro y el reencuentro con amigos, los paseos por la ciudad y por supuesto: El Tango.

Christopher Bollas: Mental pain

Conferencia de Christopher Bollas: Mental Pain.