Por favor, pon atención a las siguientes consideraciones después
de los temblores sufridos en México en septiembre de 2017.
El estado de ánimo y la manera de procesar lo sucedido es
diferente en cada persona. Sí es necesario, que quien sufra de angustia,
tristeza, dolor, cefaleas, cansancio extremo, falta de sueño, directamente busque ayuda especializada, diversos profesionales
y asociaciones dedicadas a la salud mental en México, están proporcionando sus
servicios gratuitamente. También es importante saber que esta atención está
dedicada no sólo a las víctimas directas, sino también a los rescatistas y
voluntarios que han estado en contacto con eventos trágicos.
El trauma del temblor aún no cesa. Una semana después, la ciudad de
México y las partes de provincia
afectadas aún no se recuperan de los daños materiales y el impacto psicológico
tardará mucho más en ser sanado. La capacidad de resilencia cómo se le llama a
la elaboración del trauma y la adaptación a las nuevas condiciones de vida, de
forma armónica e integral, es un proceso
que toma tiempo, a veces años. Hay gente que perdió familiares, amigos, mascotas, o sencillamente perdió su casa habitación a la que había dedicado un montón de esfuerzo y gran parte de su economía.
Es importante reconectarse con familia, amigos, vecinos, mascotas,
de tal manera que no se pierda la cohesión que se ha experimentado poco después
del desastre, este acercamiento es una nueva oportunidad para rehacer lazos
afectivos y recomponer nuestro presente, con vistas a un mejor futuro. Un poco cómo Jimmy Stewart en la vieja película de Capra "¡Qué bello es vivir!", tomemos estos sucesos como si fuesen la aparición de un ángel que nos brinda una segunda oportunidad de vivir plenamente y hacer las cosas que no hemos hecho.
Hay que alimentar el regreso a la cotidianeidad con deseos de
vivir y hablar de lo sucedido con quienes nos rodean incluyendo a los compañeros de trabajo, amén de si es necesario
ir al especialista.
Es importante saber que estos eventos son naturales, no un castigo
divino o una maldición de alguna naturaleza. No pueden predecirse temblores ni
se puede controlar el clima con ningún tipo de aparato. La naturaleza no tiene
un plan predeterminado.
Debemos trascender de esta experiencia para mejorar nuestro
vínculos sociales, y ¿Por qué no? Nuestra actividad política. Diputados y
senadores de México se hicieron notar por su ausencia, y algún gobernador
intentó capitalizar los esfuerzos populares a favor de sus campañas políticas y
demás. No debemos olvidar que los primeros en salir a la calle a ayudar, fueron los ciudadanos comunes y corrientes.
Resulta grave e indignante que algunos empleadores pidan a sus
trabajadores que ingresen a edificios que fueron dañados y que no han sido
debidamente evaluados por expertos capacitados para determinar si la estructura
está o no dañada. No puede ponerse en riesgo a más gente por un gesto de
mezquindad.
Los docentes en las escuelas, deben hablar con sus alumnos sobre
el evento. No deben seguir directamente con su actividad como si nada hubiese
pasado. Deben también como todos lo
debemos de hacer en casa, implementar un botiquín, una lámpara de emergencia,
un silbato, y las medidas que consideren pertinentes para enfrentar una
catástrofe como la que sufrimos.
Hay varias etapas frente a la tragedia, la primera es la sorpresa y el
terror generados ante el trauma del temblor, la segunda es de una negación
posible del evento (ironía, cinismo, etc) y la tercera es la de la elaboración de todo lo sucedido,
todo esto, insisto… toma tiempo.
Las fases de un evento de desastre también han sido clasificadas
de la manera siguiente:
Ante los niños debe narrarse el evento de una manera dosificada, no debe angustiarse o alarmarse al niño más de lo que ya está espantado. Es importante que no se niegue el evento, pero también puede compartírsele con cautela, haciéndole saber que ahora está a salvo y que está seguro. Hay algunos autores que han elaborado cuentos sobre Cómo tiembla la tierra y sus consecuencias, que pueden utilizarse para hacer un trabajo de elaboración con los niños, circulan por internet y son gratis. También algunos de estos libros tienen actividades que pueden implementarse con ellos, dibujos, relatos, juegos.
La labor de los maestros con los niños es muy importante. En este
regreso a clases deben propiciar que los chicos tomen contacto con los hechos y
sus emociones sobre éstos. Quien realice estas actividades debe estar
tranquilo y en paz, saber escuchar y poder tolerar las emociones, a veces desbordadas de
gente afectada. Si requiere de
capacitación o atención personal, hay diversas fuentes de apoyo a las que puede
acudir, amén de que también en Internet circulan varios manuales de apoyo
psicológico, desde luego, son guías que deben adaptarse al momento y las
necesidades en curso.
También se recomienda a quién tenga el espíritu para hacerlo, que
escriba su historia frente a los hechos y después de los hechos. Narrar por
escrito tranquiliza y da lugar a una recuperación simbólica de lo sucedido.
No conviene al público en general seguir viendo día y noche los
noticieros sobre la tragedia, observar el sufrimiento ajeno, también desgasta y
deprime, lo mismo aplica para las redes sociales.
Los días que siguen debe continuarse ayudando a los damnificados.
Seguir cooperando con comestibles, ropa, alojamiento, trabajo, materiales de
construcción, hay que tener en cuenta que muchos se quedaron sin nada, sin
trabajo, que están en la calle y todavía están sufriendo. La ayuda inmediata ya
se dio, pero no han cesado las necesidades y la urgencia de cubrirlas estará presente un rato todavía.
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