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viernes, 2 de mayo de 2008

La fuerza de lo Real.

WARUM? Hat es keiner gemerkt?

(Pinta en el jardín de la casa Fritzl).

Los austriacos han conseguido el malabarismo de convertir a Beethoven en austriaco y a Hitler en alemán.


Billy Wilder.




Josef Fritzl era un ingeniero eléctrico austriaco jubilado de 73 años que transitaba en la ciudad de Amstetten por ser un simpático y atento vecino, magnífico ciudadano católico, que se había encargado de educar a tres nietos abandonados por su hija, cuando se unió a un siniestro culto religioso y resolvió desatenderlos (Brigitte.de 29/04/08).
De pronto, se ha convertido en la noticia criminológica más escandalosa, quizá de todos los tiempos, tras de haberse descubierto las atrocidades que cometió en los últimos 24 años con su hija Elizabeth y sus siete nietos – hijos, uno de los cuales murió por no ser atendido médicamente con oportunidad, y por eso quizá, pueda darse la ocasión de que reciba un castigo ejemplar que lo lleve a pasar el resto de sus días en la cárcel.
Ha aceptado que se deshizo del cuerpo de uno de los gemelos que dio a luz su hija en 1996 y murió a los tres días de nacer, quemándolo en el horno de su casa situada a 130 kilómetros de Viena (Notimex 01/04/08).
Desde los 11 años, violó sistemáticamente a su infanta y a los 18 decidió encerrarla en un sótano construido con el pretexto de ser un refugio antiatómico previniendo la 3ª guerra mundial, y que luego pasó a ser su "estudio" (Allí, la mantuvo y la violó 9 años enfrente de sus hijos cuando sólo había una habitación. El País 04/05/08). La obligó, entonces, a escribir una carta de puño y letra, dónde corroboraba la historia que contó a su esposa sobre el ingreso a una secta y el abandono de sus hijos, como prueba para verificar su coartada ante su mujer.
Las instalaciones justas y precarias contaban con baño, cocina, tenían un opresivo techo de 1.70 metros y eran la prisión en que habitaban su hija violada y Kerstin de 19, Stefan 18, y Felix 5 años de edad, nietos – hijos, como lo ha demostrado, sin lugar a dudas, la prueba de ADN, parece que jamás habían visto la luz y tienen un aspecto enfermizo, el pelo dañado por falta de sol y no más educación que la que les proporcionaba su madre. Los otros tres hijos sobrevivientes fueron llevados arriba por su pretendido carácter inquieto que los hacía llorar de más y supuestamente “rescatados” por el abuelo del quicio de la puerta dónde los habría abandonado su madre.
La conservó como esclava sexual, incomunicada y aparentemente sin que la esposa supiera lo que estaba ocurriendo, aunque es difícil suponer que no haya condescendido ó colaborado en algún punto a las atrocidades del esposo, sobretodo, porque él salió diversas veces de vacaciones a Tailandia – país conocido por ser objeto turístico de pedófilos y varia tipo de gente con aficiones sexuales particulares – con amigos y dejó solos a sus dos mujeres y múltiples hijos por períodos de hasta un mes, eso sí, regresando con regalos para todos y en una ocasión, hasta con un bonito vestido para Elizabeth.
Previamente había tenido otros siete hijos con su esposa entre los que se incluye la prisionera, nunca tuvo ningún problema con Rosamarie, dedicada al hogar y completamente comprometida con atender a sus nietos Lisa, Monika, Alexander, de 16, 15 y 12 años, respectivamente (OÖNachrichten 03/05/08). Por otro lado, no había tenido sexo con ella en años, porque decía que estaba demasiado gorda, según declaraciones de la cuñada, que ha dicho a la prensa que se trataba de un personaje sumamente autoritario con su familia con un control estricto sobre los hijos, que bajaba puntualmente todos los días a las 9 am para quedarse ahí la mañana, sin que a la mujer le fuera permitido llevarle siquiera un café (Daily Mirror 02/05/08). También, pasaba muchas veces las noches fuera de casa, y bajaba al sótano para convivir con su hija – mujer y sus tres hijos. A la esposa, le decía que estaba trabajando en unos planos, y que no podía ser interrumpido ¡Claro! A ella no se le ocurrió jamás que esa era una conducta irregular y ni siquiera le riñó porque no se limpiara el lugar ó ventilara. Resulta por demás increíble que pasando el esposo tanto tiempo ahí, la mujer no tuviera una mínima curiosidad por conocer el lugar y que cómo señalan los periódicos, el septuagenario: “no dejó ningún cabo suelto a la hora de engañar a su mujer, a su familia y a sus vecinos” (Milenio 29/04/08).
La policía sospecha que alguien del entorno familiar (¿Quizá Rosamarie o un hijo de 50 años que vivía con ellos?) fue cómplice del padre incestuoso, pues resulta difícil imaginar que nadie haya caído en cuenta de la situación (Excélsior 30/04/08). El jefe de prensa de la policía criminalística del estado federado de Baja Austria, Franz Polzer, indicó que existen datos que apuntan al hecho, de que, estaba a punto de liberar a la hija, pues a fines de 2007 la obligó a escribir una carta dirigida a su familia en la que anunciaba que en el próximo verano volvería a Amstetten con sus hijos. Ha declarado a la policía – poco antes de que su abogado le aconsejara callarse la boca –, que estaba ya cansado de esa doble vida y aburrido de sus prisioneros, por lo que planeaba introducirlos al mundo y llevarlos a la parte de arriba (Daily Mirror 02/05/2008).
Otro dato curioso habla de cierta “misericordia” de éste padre terrible, pues habría instalado un dispositivo eléctrico que permitía que la puerta del sótano, que pesa unos 300 kilogramos, se abriera sola si durante días no era accionada. Las primeras declaraciones de Fritzl indicaban, que tenía amenazados a sus prisioneros de morir por gas si intentaban escapar, lo cual no ha sido aún corroborado por la policía (Daily Mirror 02/05/2008).
El arresto tuvo lugar, cuando después de varios días de estar hospitalizada su hija – nieta de 19 años por un mal endémico relacionado con el incesto, y tras de buscarse en los medios al padre para corroborar algunos hechos, aceptó llevar a la madre – hija al hospital cediendo a sus súplicas de querer ver a la enferma al borde de la muerte. Entonces, Fritzl liberó a los otros dos hijos encerrados y le explicó a su mujer que la hija desaparecida, Elisabeth, había vuelto finalmente y que esos hijos eran producto de sus relaciones mantenidas en la secta.
Es posible que la voz de alarma haya sido dada por alguien en la familia a la policía (¿su cómplice ó alguna de las víctimas?), pues, cuando Fritzl llegó al hospital a visitar a la enferma en compañía de la madre – hija, fue separado ella y así se pudo revelar el horror al que fue sometida. En cualquier caso, muchos de los detalles son todavía obscuros y no se aclararan inmediatamente ante la luz pública.

Hoy día los amigos se dividen, unos declaran que era una familia ejemplar con hijos de buenas maneras y bien comportados, de la que no podría sospecharse ningún tipo de secreto y otros dicen que en esos viajes era evidente que él tenía su propia agenda, desapareciendo por las noches en esas exóticas vacaciones, para hacer encargos perversos. Uno de ellos recuerda haberle acompañado a comprar cierto vestido que evidentemente no era de la talla de su mujer, a lo que él le replicó que tenía un querer por ahí y que le agradecería que no le comentase nada a la esposa (Telegraph.co.uk 30/04/2008).
Al ingeniero austriaco se le habría vinculado desde los medios locales con un caso de violación en los años 60’s y otro de acoso sexual contra mujeres embarazadas, aunque de haber estado fichado, no se le hubiera permitido adoptar a los tres hijos de Elisabeth abandonados (El mundo.es 01/05/2008). El diario de Viena Kronenzeitung, publicó incluso una fotografía tomada en 1982 durante un proceso judicial en un tribunal austriaco.
El sótano tenía un sistema de ventilación sofisticado, e instalada una puerta de acero con dispositivo electrónico, del cual, parecía tener sólo él la clave, aunque nuevas investigaciones han revelado que uno de los hijos – nietos (Stefan) tenía llave y convivía con la familia en la parte superior de la casa, lo cual plantea un sinnúmero de preguntas: ¿No se daban cuenta los de arriba de lo que sucedía abajo? ¿En qué condiciones de amenaza subía? ¿Los de arriba, vivían acaso en el temor de ser desplazados abajo?
Secuestro, coerción, violación, privación de la libertad y asesinato por descuido, son los cargos por los que está acusado este noble ciudadano austriaco que tenía una floreciente situación económica pues poseía 2.2 millones de euros y seis bienes inmuebles, incluyendo la propia casa familiar, tres edificios con numerosos apartamentos y locales comerciales, otra casa y un terreno, que ya han sido registrados sin que se hayan encontrado más pruebas de su perfil criminal (Excélsior 30/04/08).
Sin embargo, la policía ha reabierto el caso de un crimen cometido en 1986 junto al lago de la localidad de Mondsee, un lugar muy frecuentado por Josef Fritzl y en el que dirigió un restaurante entre 1973 y 1996. La policía ha desenterrado el caso al observar el enorme parecido entre las fotos en vida del cadáver localizado y el de la hija secuestrada y violada de Fritzl. La víctima entonces fue la joven Martina Posch, cuyo cuerpo apareció envuelto en plásticos verdes en la orilla contraria a la del restaurante que él administraba con su esposa.
La policía ya ha anunciado que practicará pruebas de ADN – inexistentes en 1986 – a todos los objetos que se conservan en el sótano y que pudieran relacionarlo con dicho caso, si bien el director de Seguridad Polzer aclaraba que se trata de una reactivación del caso "rutinaria" y que no se parte de la premisa de que sea él, culpable (El Mundo.es 01/05/08).
Natascha Kampusch la chica austriaca que estuvo 8 años en cautiverio y fue secuestrada por un técnico de telecomunicaciones de 44 años, que se suicidó lanzándose ante un tren, poco después de que ella huyera, ofreció toda su ayuda para el caso e hizo una donación económica, pues según ella, se necesitará mucha cooperación por parte de todos. La verdad, es que no se necesita ayuda económica, pues la situación de esa familia es boyante y como lo demuestra su economía, es uno de los pilares sobre los que se funda el ahorro de su comunidad.
Se ha tratado de comparar este caso con otros de secuestro similares como el de Carol Smith (The - girl - in - the - box) secuestrada siete años por Cameron Hooker y su familia, durante un viaje de aventón ó el secuestro de Josefina por Gary Heidnik[1], cuya pesadilla duró cuatro meses, pero la verdad es que hay más diferencias que semejanzas en las características de esos casos. Cierto es que en todos éstos casos se manifiesta un ejercicio de poder y control que va de los actos al cuerpo, pero llama la atención que Fritzl no fuese especialmente sádico en la aplicación de castigos corporales (si bien la mantuvo atada durante un tiempo, y en una sola habitación) con sus víctimas y que también no conservase un control natal sobre Elizabeth. Quizá porque él representaba no sólo en delirio, sino en el hecho descarnado, al Padre de la Horda Primitiva freudiano, tal y cuál aparece en Tótem y Tabú.
El caso más parecido al actual, es el de una mujer de 45 años (Lydia Gouardo), quien pasó en Francia por un calvario similar al de Elisabeth Fritzl. Habitante de la ciudad de Coulommes, cercana a París, vivió secuestrada y maltratada por su padre entre 1971 y 1999, del cual tuvo seis hijos.
No permaneció encerrada como la mujer austriaca, pero su padre, consiguió mantenerla siempre junto a él, desde la infancia hasta los 36 años, aterrorizándola gracias a la negligencia de la justicia y de los servicios sociales. Raymond Gouardo, sin embargo, no era el padre biológico de Lydia, pero la había reconocido como hija, y murió en 1999 sin haber sido siquiera juzgado.
Su mujer, de 68 años, fue condenada a sólo cuatro años de prisión condicional, por "no impedir un crimen" y por "agresión sexual" de uno de los hijos de Lydia. El drama comenzó en 1971, cuando tenía ocho años. Su madrastra le "sumergió las piernas en agua hirviente", provocándole quemaduras de tercer grado. Lydia fue hospitalizada unos veinte días. Como las quemaduras exigieron curaciones importantes, Raymond Gouardo le impidió ir a la escuela y la mantuvo constantemente junto a él, violándola y torturándola (Terra Sucesos 29/04/08).
Cuando tenía 10 años, Lydia comenzó a escaparse de su casa, pero la policía y los gendarmes la devolvieron regularmente a su padre. Los servicios sociales, que la atendieron desde los 10 hasta los 18 años, al parecer nunca se enteraron de nada.
Cada vez que ella "hacía una tontería" el padre la quemaba con ácido clorhídrico, por lo que hoy tiene cicatrices en los brazos, la espalda y el vientre.
Mucho se ha criticado a Freud por sostener la existencia histórica de ese mito darviniano, pero hechos como éste ponen el acento sobre la importancia del valor explicativo de esta hipótesis que no necesariamente tendría por qué aludir a hechos reales, sino a fantasías inconscientes primordiales que existen en la base de una sociedad patriarcal occidental como la nuestra.
Jeffrey Moussaieff Masson curador de los archivos Sigmund Freud, tuvo acceso a documentos originales vedados por la IPA (Asociación psicoanalítica internacional) hasta fecha indefinida, siguiendo una política similar a la del Vaticano, y escribió en 1984 un libro: The Assault on Truth: Freud's Suppression of the Seduction Theory[2] que revisaba la primera teoría causal de la histeria de Freud, quien habría atribuido al abuso sexual y la seducción, la histeria de las mujeres de su época, para después sustituir esta teoría por la de la fantasía, que aludía más bien, a recuerdos reprimidos y deseos incestuosos relativos, éstos hechos. El autor, reclamaba a Freud en el libro no haber sido suficientemente valiente para sostener su teoría inicial frente a la sociedad y temido una respuesta de rechazo más enfática por parte de sus contemporáneos a su obra. Durante años los analistas hemos sostenido la importancia del desplazamiento de la teoría del trauma por la de la fantasía y enfatizado la importancia de ésta última como una prueba de la fuerza de la imaginación, aún sobre la realidad, pero hechos cómo éste, nos ponen más alertas sobre investigar más sobre la seducción, el incesto y su verdadera frecuencia en nuestras comunidades. No se trata de desdeñar la importancia de la teoría de la fantasía, pero es posible que el incesto ó la seducción infantil no sean fenómenos tan excepcionales sino parte integral de la base violenta de nuestra sociedad.
La pinta en el jardín: ¿Por qué? ¿Nadie se dio cuenta? Es un violento reclamo a la sociedad austriaca, una de las más conservadoras de Europa y que en su momento aclamó a Hitler como el III Reich identificándose completamente con su causa, mediante el Anschluss con esa Alemania. Una casa habitada durante tantos años requiere mantenimiento, produce basura, denota su presencia (¿cómo se construyeron los otros dos cuartos?), y al parecer ni la familia de la parte superior, ni los vecinos, jamás se dieron cuenta de la existencia de ese calabozo, que interroga sobre si, no es sólo la punta del iceberg de la descomposición social de este país, y en general, de la sociedad occidental.
Examinemos tan sólo el extraño comportamiento de los inquilinos del edificio. Un camarero Sepp Leitner, antiguo inquilino del edificio, dice haber pagado exorbitantes cuentas de electricidad, por las que tuvo una pelea con Fritzl, y ahora comprende que la disparidad de su cuenta con la de otros vecinos, demostraba que estaba pagando el consumo del calabozo (también que su perro presentía a los habitantes subterráneos). Recuerda que vio con frecuencia a su casero entrar con bolsas con víveres en el sótano (Mundo.es internacional 02/05/08). Otro de los grandes misterios que no sólo afectó a Leitner sino a varios inquilinos fue la desaparición regular de alimentos.
Fritzl tenía la llave de todas las viviendas alquiladas de su edificio de tres plantas y cuando una inquilina contó que la leche le había desaparecido, los demás vecinos notaron que el pan o el embutido desaparecían en algunas ocasiones y no decían nada a la policía.
Leitner contrató incluso a un electricista para que comprobara a qué se debía este alto consumo de kilovatios. Comprobó que al apagar todos los electrodomésticos, el contador seguía andando. Sin embargo, la cosa quedó ahí y no siguió investigando el asunto, de lo cual se arrepiente mucho ahora según sus propias declaraciones. Leitner corrobora las versiones de otros inquilinos que aseguran haber visto en muchas ocasiones a Fritzl por la noche con bolsas de supermercado.
Pero: ¿Por qué no dijo nadie, nada? ¿Nadie se dio cuenta? O prefirieron pasar de largo ante los hechos, porque no afectaban demasiado la comodidad de su vida. Los habitantes del pueblo están ahora recorriendo las calles con velas en manifestación solidaria con las víctimas y quizá tratando de expiar su culpa.
En 1940, el pequeño Josef tenía 5 años y en 1945, al final de la guerra, llegó a los diez. Si consideramos que no es sino reflejo de su infancia y su sociedad, estamos ante un producto típico del sadismo ario que asoló el mundo recientemente y el cual ha dejado huellas que no han, por lo visto, desaparecido. El gobierno austriaco ha iniciado una campaña para limpiar su imagen en el extranjero, pues no quiere que se le identifique como un país de criminales, aunque éste es el tercer caso reciente de secuestro, pues también está el de una madre de Linz que encerró a sus hijas durante siete años sin ver la luz del día y sin que los servicios sociales intervinieran a pesar de las denuncias de los vecinos, médicos y responsables del colegio, y de que la madre, recibió tratamiento psiquiátrico en 2001 en un hospital de Linz, tras padecer alucinaciones (BBC.mundo.com 12/02/07).
"Todo esto pasa por culpa de nuestro pasado nazi, debido a la represión de las mujeres y a la educación autoritaria", dijo la propia Natascha Kampusch en una entrevista a la BBC. Y el escritor Josef Haslinger fue igual de contundente en una entrevista en una radio alemana: "En Austria no concuerdan los pecados privados y la moral pública" (Elperiodico.com 03/05/08). No casualmente uno de los productos más dramáticos de la pedagogía germana es el caso de delirio paranoico del juez Daniel Paul Schreber, estudiado por Freud y sobre el que posteriormente se descubrió, cómo la crueldad de los métodos ortopédicos de su padre Daniel Gottlob Moritz Schreber contribuyó a su desequilibrio mental. En nombre de la buena educación y la crianza justa, atormentó a sus hijos llevándolos a la locura y la muerte.
Nos queda información pendiente por recibir de cuál fue la infancia de Fritzl y cuál la relación con su propio padre, pero es posible que haya algún patrón de violencia que se repita en su historia. Resultan absurdas y estúpidas por simples, las explicaciones de criminólogos mexicanos que remiten al plano orgánico – biológico su patología. Es importante señalar, que éste caso es de la importancia del caso Aimeé ó el de las Hermanas Papin, quizá más...
En un terreno menos especulativo, lo que sí podemos preguntarnos, es: ¿Cuál es la lógica que regía su conducta? Evidentemente narcisista, egoísta al extremo, su poder se nutría con la manipulación de su familia y la explotación sexual de su hija – mujer. Como Zeus, era un dios caprichoso que sólo se regía por la ley de su deseo, hoy se están investigando a sus hijas – nietas para saber si también abusaba de ellas. El temor que infringía sobre sus víctimas era absoluto, y es completamente probable que generara en ellas otros afectos tales como la dependencia y amor patológico, en otras circunstancias, no se explica uno por qué no lo sometieron, envenenaron ó atacaron en alguna ocasión. En este caso, se combina el incesto con la pedofilia, lo que habla de una perturbación grave de la estructura mental de Fritzl que de seguro se identificaba con Elizabeth en algún punto y la atacaba sin remordimientos, pues era una extensión de sí mismo. Como ingeniero pesaba en la balanza de valores las cosas y no consideraba que hacía nada malo, pues aparecía como relativo el daño que infringía a sus víctimas, en comparación con otros factores. Llama la atención su plan delirante de integrar a la familia en algún momento próximo futuro, pasado el clímax de su desempeño sexual, pensaba que podría devolver a su hija a su madre, sin que ninguna de las dos preguntara ó protestara.
Los datos confusos hablan de que quizá había cierto tipo de convivencia entre los de arriba y los de abajo. No se entendería de otra manera, cómo, sin tener televisión en el sótano, Elizabeth vio la noticia de que se buscaba al padre de la chica enferma.
La única explicación posible de los hechos, es la que alude a la verdad del psicoanálisis, tan vilipendiado por los críticos por su acento en la sexualidad y despreciado como un producto de época ó instrumento de poder del terapeuta sobre el paciente. Ninguna teoría puede dar cuenta de lo acontecido, porque ninguna sostiene como pilar de nuestra sociedad, la introducción de la ley a través del complejo de Edipo. Fritzl no se hallaba normalizado por ésta ley, sino era víctima de sus deseos sin control que habitualmente resultan reprimidos ó menguados pues la represión es el precio de la cultura.
Ninguna castración se adivinaba en sus actos terribles, que suponen un poder sádico y absoluto sobre su familia que recuerda la imagen de Cronos devorando a sus hijos pintada por Goya, pues él se hallaba plantado en un mundo delirante dónde su goce era la única medida de su deformada realidad. Todos los padres y los hijos tienen entre sí relaciones pasionales, pero la renuncia al amor incestuoso es la clave del crecimiento de unos y otros. Fritzl, por otra parte, representa la parte oscura de nuestro mundo racional, planificado y moderno que aparentemente ha dejado atrás las relaciones salvajes de poder a favor de la democracia y la supuesta participación igualitaria de todos los miembros de la sociedad.
Ver a Fritzl como un enfermo inaudito, un anormal y sólo un horror insólito ("El monstruo de Amstetten") nos puede hacer suspirar tranquilos. Decirnos: “¡Agarraron a la bestia!” Pero quizá es la muestra de que somos todavía bastante brutos en nuestra sociedad y que el poder de los padres sobre los hijos sigue siendo extravagante. De las instituciones sobre los individuos descomunalmente cruel. Si esto ha ocurrido en un país, supuestamente de primer mundo, civilizado y europeo, habrá que imaginar lo que sucede en los países del tercer mundo.
Una última cuestión: ¿Qué hacía en sus vacaciones en Tailandia Fritzl? Tuvo que ser algo más divertido que atormentar a Elizabeth y sus hijos, algo que ofrecen allá a los extranjeros como atractivo turístico y sin problemas legales. Ese es el destino de algunos países como el nuestro, proveer de carne y placeres, a los países de arriba que todo lo tienen.


[1] http://www.crimelibrary.com/
[2] Moussaieff Masson Jeffrey. The Assault on Truth: Freud's Suppression of the Seduction Theory. Farrar, Strauss & Giroux, New York:1984.

1 comentario:

BigBossAZF dijo...

No entiendo... cómo puede alguien en condiciones "normales" llegar a eso? He escuchado/leído de cosas así, pero de gente que de normal tiene poca pinta, este señor tan bonachón...

Si es que el psicoanálisis puede explicar como y porqué... y yo creo que puede, sigue siendo menospreciado y (como me dijo un profesor en la fac. hace unas semanas) considerado una mera moda... creo que es por la misma razón que es menospreciado el Divino Marqués y lo fueron en su tiempo Darwin y Nietzsche (y Freud, parece), por presentarnos a nosotros con nosotros, pero menos santos, menos morales, menos divinos y más instintivos, viscerales y más animales... pero bueno... el tiempo termina dándoles la razón.

Tengo una duda desde hace meses... y ahorita me parece pertinente... como "nace" ese síndrome de Estocolmo?

Christopher Bollas: Mental pain

Conferencia de Christopher Bollas: Mental Pain.