En mi paso vacacional por la Cd. de México tuve oportunidad de ir al zoológico, al que no iba desde que mi hija fue pequeña (muy cansada pero agradable visita, con algunos animales fuera de sus jaulas viendo a otros encerrados), ver la exposición de Magritte en el Palacio de Bellas Artes (deliciosa, magnífica) y estar en el concierto de Chick Corea con Gary Burton.
Realmente fue sorprendente oírlos y saber que Corea tiene 69 años y Burton 67, se sabe que los músicos pueden ser longevos y guardar su estilo, talento y habilidades hasta larga edad, sin embargo, la música de éstos amigos se oye siempre fresca y uno pensaría que son más jóvenes. Lo son en realidad, porque los dos se ven ágiles, con sentido del humor, contentos con su trabajo y en posibilidad de conectarse siempre con el público.
Corea empezó a tocar jazz a los 4 años y es una leyenda del jazz con varios Grammys en su haber, autor de varias piezas que hoy son estándares en el repertorio de los músicos. Oírlo es estar en presencia de la historia del jazz, no podemos olvidar que fue Miles quien lo convenció de tocar el piano eléctrico y que tocó con Anthoy Braxton, Joe Farrell (¿Recuerdan Outback? 1971) que fue innovador varias veces en su estilo, por ejemplo con: Return to forever y su Chick Corea Elektric band.
Burton es también una leyenda del jazz, considerado sucesor de Milt Jackson e innovador con el uso de cuatro baquetas y un trabajo similar al del piano. Desde los 17 años tocó con George Shearing, hasta desarrollar su propio estilo en dirección del jazz – fusion. Ha tocado con todos los grandes, desde Stan Getz hasta Eberhard Weber, pasando por Gato Barbieri o Carla Bley. Los discos de encuentro con Corea son legendarios: Crystal Silence (1972) el primero, lo que hace que tengan casi cuarenta años de tocar juntos, y posean un entendimiento total, que ahora agrega el plus de que Corea toca un poco el vibe a dúo con su amigo para complacencia y asombro de los espectadores que no dan crédito de estar ahí. En la entrada había personas tratando de comprar boletos en la fila a los que estábamos por entrar.
El teatro lleno de jóvenes y viejos, todos entusiasmados y dispuestos a corear las melodías conocidas (sin hacerlo del todo, afortunadamente). Una pieza inesperada y magnífica en su interpretación y versión: Elleanor Rigby. Me causó una gran impresión y una enorme satisfacción ver la clase de música que hacían, ser testigo de los chicos acercándole instrumentos para que los firmara... la puedo agregar a la serie de conciertos que he oído en esta categoría musical: Bill Evans, Dizzy Gillespie, Herbie Mann, Dave Brubeck, Oregon, etc.
Excelente… simplemente perfecto.
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