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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Dieciséis de septiembre de 2008.


El sueño del México en ruta hacia el progreso, terminó con un par de estallidos y despertamos al día siguiente en un país de pesadilla, en el que no sabemos quién o quiénes lanzaron dos bombas sobre la multitud deseosa de celebrar las fiestas patrias y echar desmadre. Frente a la tragedia los mismos manejos políticos de siempre: ocultamiento, engaño y después, cuando ya no hay más remedio, revelación de la cruda verdad. Pero al principio, se dijo que había sido un polvorín, un accidente con fuegos artificiales, y no sé qué más pendejadas.
Se dice que fue el crimen organizado o el narcotráfico. La verdad, es que el acto es tan absurdo, violento y falto de sentido, que no sabe uno qué pensar y si alguna vez se descorrerá la cortina sobre las motivaciones obscuras de estos hechos. Eso sí, la retórica de los políticos sin importar el partido, se revela completamente idiota para enfrentar el horror. El empaque de sus discursos y la forma tan refinada con que escogen sus palabras da asco. No se les nota enojo, pasión o rabia en sus rostros, sino la oportunidad de lucir sus artes oratorias y ver cómo sacar provecho del asunto.
Está bien visto que las manifestaciones contra la violencia, de blanco y con velas, no resuelven nada. En retrospectiva, me da gusto no haber asistido a ninguna (de todos modos, no tengo ropa blanca), creo que me sentiría más deprimido y con más coraje que hoy. Ya no tenemos nada que envidarle a España, Irak o Afganistán.
¿Qué hay qué hacer?
Quizá sería mejor callar y actuar, en lugar de llenar con palabras vacías el espacio de duelo. Encontrar a los culpables e imponer de una vez por todas la pena de muerte.
¿Y por qué no? Legalizar casi completamente la venta de armas como en los Estados Unidos. Para que éstas no estén sólo al alcance de los malhechores sino de los ciudadanos comunes. También: ¿legitimar las drogas corrientes, como en ciertos países europeos? Son ideas sueltas, en realidad no sé bien qué habría que hacer, para equilibrar este barco que llamamos país y que se bambolea demasiado.
Los medios de comunicación censuran el hecho y en la tele aparecen policías, militares y fuerzas especiales, protegiendo las calles. Pero uno se siente con más miedo al verlos, que seguro. No dan ganas de tener más hijos y uno piensa en los sobrinos pequeños, en los posibles nietos… ¿Qué clase de país les tocará vivir?

miércoles, 27 de agosto de 2008

MANIFIESTO TRABAJADORES HOSPITAL JUAN N. NAVARRO.

Una de las amigas... trabajadoras del hospital, me envía un texto que seguramente es importante. Lo comparto con ustedes:


México D.F. a 21 de agosto de 2008


A LA OPINIÓN PUBLICA:

Los trabajadores del Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro”, indignados por las acciones de la Secretaria de Salud que representan su postura de una inminente reubicación de nuestro Hospital, queremos hacer del conocimiento de la opinión pública que, sabemos del problema de salud que representa el cáncer en México y en el mundo y la imperiosa necesidad de ampliar las instalaciones del INCAN; a lo que nunca nos hemos opuesto, mientras no se lleve a cabo en los terrenos que pertenecen al Hospital Psiquiátrico Infantil "Dr. Juan N. Navarro" Sin embargo, consideramos que no hemos sido escuchados en nuestras necesidades ni en nuestras peticiones.

Dichas peticiones solo son tres: 1) que sea respetado nuestro estatus de Hospital 2) respetar el número de camas (120), con el que cuenta actualmente esta institución y, 3) que las instalaciones en las que laboremos esten sujetas a la certificación según los criterios del Consejo de Salud para un hospital de mas de 30 camas, con especialidad y con enseñanza e investigación.

Precisamos de autoridades que conozcan las necesidades de nuestro Hospital y que se preocupen por nuestro crecimiento. Gran parte de los problemas que nos aquejan se deben al olvido en el que nos han mantenido las autoridades y ahora solo pedimos un Hospital certificado y la dignificación de la Salud Mental Infantil.


ATENTAMENTE




ASAMBLEA DE TRABAJADORES DEL
HOSPITAL PSIQUIATRICO INFANTIL
“DR. JUAN N. NAVARRO”

martes, 5 de agosto de 2008

Prendimi l´ anima.


REVISANDO CINE: EL ALMA DE SABINE SPIELREIN (publicado en Subjetividad y cultura)

Prendimi l´ anima. The soul keeper, GB - Francia – Italia, 90 min, Color y B/N, 2003. Director: Roberto Faenza; Guión: Gianni Arduini, Alessandro Defilippi, Roberto Faenza, Elda Ferri, Hugh Fleetwood, Giampiero Rigosi; Reparto: Iain Glen (Dr. Jung), Emilia Fox (Sabina Spielrein), Caroline Ducey (Maria y Caroline Trousselard), Craig Ferguson (Fraser), Jane Alexander (Emma Jung), Daria Galluccio (Renate), Joanna David (madre de Sabina), Michele Melega (Pavel), Anna Tiurina (Conserje).

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Roberto Faenza filmó esta película sobre un drama histórico que tuvo lugar en la primera mitad del atribulado siglo XX. Se trata de una película sobria y correctamente realizada en la que se nota una formación de escuela sólida y una visión educada. El filme trata sobre la vida de uno de los personajes más olvidados de la historia del psicoanálisis, que la genealogía de nuestra disciplina ha ido rescatando poco a poco para darle el lugar que le corresponde como pionera del psicoanálisis y promotora de la causa psicoanalítica en la extinta Unión Soviética.
Son muchas las cosas que podríamos comentar de este filme, pero lo que más nos ha sorprendido, es el perfecto casting que ha realizado el director, quien ha escogido a sus actores tan cuidadosamente que conservan un parecido físico extraordinario con los personajes reales. Emilia Fox se encuentra sublimada en el papel de Sabine y se comprende que John Kent Harrison la haya elegido, con buen ojo, para el papel de Casandra en la fallida e ignominiosa adaptación de La Ilíada (Helena de Troya 2003). Allí representa a la agorera hija de Príamo, dotada de poderes adivinatorios que predice el porvenir sombrío, pero que desvirtuada -por un enamorado Apolo rencoroso - de su poder de encanto, está condenada a que nadie la tome en serio. Coincidencia curiosa la de ambas historias que han hecho a la actriz jugar el papel de abatida figura sombría en estas películas. Sabine fue en su momento puesta a un lado por el mundo psicoanalítico y social de su época, que despreció sus advertencias y aportes.
Un Iain Glen magnífico, completamente caracterizado, e idéntico a las imágenes que tenemos del Dr. Jung -otra charada de la suerte-, la juega del doctor iluminado, prolongando exquisitamente y con matices suizos su actuación en el rol del siniestro Manfred Powell, líder de los Iluminati, que una “mujer virtual” de nombre Lara Croft (2001) enfrenta con éxito en la primera de sus hazañas llevada al cine.
Las escenas del film nos muestran el encuentro, en el sanatorio Burghölzli en Zurich por allá del año 1904, de una bella enferma mental de nombre Sabine, con su médico Carl Gustav Jung, el famoso psiquiatra que llegó a ser considerado por Freud como su príncipe heredero. Sabemos por la historia, que ésta fue quizás, la primera paciente de Jung tratada con el método del profesor Freud y que dio lugar, después, a una correspondencia voluminosa entre estos dos hombres que se vieron a sí mismos, como padre e hijo.

Por aquel entonces Sabine se presentó al hospital traída por sus padres (adinerados y herejes judíos rusos) que la acercaron al famoso hospital dirigido por Eugene Bleuler. Sufría de delirios y una masturbación compulsiva, tenía trastornos de la alimentación (lo que hoy llamaríamos anorexia) y de defecación que le acercaban a una psicosis histérica. También, hacía gala de su aguzada sexualidad a través de conductas exhibicionistas que alternaba con ataques de llanto y risa incontrolables. En la película, Jung se acerca a ella primero con serenidad, después con fascinación y finalmente con pasión. Impotente para controlar su contratransferencia (sentimientos generados en el terapeuta por el paciente), empieza una relación con su paciente al margen de su matrimonio que desembocará en un drama pasional que duró siete años desde que se conocieron.
No se sabe con exactitud la fecha de nacimiento y de deceso de Sabine (1886? – 1934?), quien fue una sensible y sumamente brillante analista, pues entre 1911 y 1931 hizo por lo menos treinta contribuciones decisivas al psicoanálisis y tuvo en análisis didáctico a Piaget.[1]
Durante su relación compleja y prohibida, Sabine proporcionó a Jung no sólo su exquisito cariño y dedicación de amante, sino ideas que se tradujeron en artículos y desarrollos en el campo de la teoría psicoanalítica y el análisis profundo. A ella le corresponde el germen de conceptos como el de ánima y sombra, que fueron plagiadas sin pudor por su querido, jugador pernicioso de su delicada alma. No es indiferente al análisis psicoanalítico que éstos hechos conmovedores se encuentra dolosamente relacionados con el apellido de Spielrein: juego justo. La relación llegó a conocimiento de Freud quien escogió ignorarla, en principio debido a su propia transferencia erótica hacia Jung, y más tarde recomendó de manera conservadora que se interrumpiera la relación entre ambos. Sabine amenazó, varias veces, con denunciar a Jung y pidió entrevistarse con Freud, quien la rehuyó hasta que ella se encarriló para hacerse psicoanalista. En todo este pasaje al acto de múltiples actores, el profesor vienés hizo ojos ciegos sobre la conducta inapropiada que su protegido experimentó con otras pacientes, pese a que las pruebas en su contra no podían negarse en cierto punto.
El macho suizo siempre negó éste y otros incidentes (también lo hacen los llamados analistas junguianos), pero no es el único que se conoce de las excursiones para demostrar su virilidad con pacientes a su cargo. Otro caso documentado es el de su analizante y amante Tony Wolff, quien también se convirtió en analista y realizó, en un momento dado, un “análisis a dúo” con Jung sobre uno de sus pacientes, dónde el analizante contaba a un terapeuta su vida cotidiana, y a otro referiría sus sueños plagados de símbolos. Esta rara actitud, nada terapéutica y desdeñosa de ética hacia el paciente, ilustra su obsesión por documentar el metafísico inconsciente colectivo, empeño al que dedicó muchos años, pensando que éste descubrimiento le pondría -de una vez y para siempre- por encima de su odiado y amado maestro Freud.
La esposa de Jung compartió no sólo el Círculo de Psicología de Zürich, sino su entorno familiar con la amante en turno de Jung, en una situación difícil que duró muchos años y que Fowler McCormick, allegada a la situación, describió así: “No me cabe la menor duda de que esta relación fue una tortura y algo doloroso de soportar para la señora Jung” [2].
El lector crítico caerá en cuenta, de que, la historia de los psicoanalistas de la primera generación está llena de pliegues silenciados que, desde su mudez, se han repetido hacia delante en los analistas de posteriores descendencias. El caso más difícil para nosotros de entender, fue y seguirá siendo la iatrogenia cometida por Freud al analizar a su propia hija[3] que selló su destino, en relación a su elección vocacional y su vida personal.
También se encuentran registrados en los anales difíciles casos similares, como el de Otto Grooss -defensores de la poligamia que practicaba Jung con sus pacientes- y de Victor Tausk, personajes que abrazaron el psicoanálisis como leit motiv de su vida pero que tuvieron una relación trágica con éste.
El caso de Sabine y otros similares nos lleva al análisis de una cuestión de fondo que tiene que ver con el amor de transferencia (también las formaciones del objeto @, diría un colega lacaniano) y la posición casi omnipotente de Amo a la que es fácil ceder ante los embates de la pulsión sexual. El analista debiera ofrecerse como causa del deseo a su paciente y tratar desde esa posición de articular bajo el impulso de la palabra el cúmulo de fantasías acumuladas en la historia personal del analizante a fin de que el sujeto acceda a la significación de éstas, rehistorize su vida y pueda reconstruirla. El analista se brinda, propiamente hablando, como semblante de una pasión del sujeto que, en el fondo, se dirige sólo al encuentro con él mismo: el análisis es una forma de mayéutica.
Más allá de eso, que es teoría y que deviene máxima de ley entre los analistas, uno pudiera tal y cómo los libertinos lo hacían, retomar con espíritu cínico y travieso la cuestión para preguntarse si en realidad hay algo de malo en el hecho de que un analista toque a su paciente, sobre todo cuando ésta lo desea -no conocemos casos de analizantes masculinos en este trance, pero podría haberlos- y puede satisfacerle.
Fuera de los desafortunados casos en que los analistas han cedido a tener affaires con sus analizantes, la historia consigna matrimonios entre analistas y ex-pacientes que han regularizado su situación anómala llevándola a ese crisol de fuertes emociones que todos conocemos como familia. A riesgo de desviarme del análisis de la película en cuestión, recordaré aquí una película irreverente y amena como Lovesick (1983) de Marshall Brickman, en la que el analista Dudley Moore sigue a su bella paciente Elizabeth MacGobern a pesar de ser casado y de estar advertido de que se acerca a un fruto prohibido que, por cierto, ya ha sido mordido antes por un anterior analista. La situación que para todos los que tenemos formación analítica sería dramática y ruinosa es presentada -merced a la comedia- divertida y encantadora, incluso con un final feliz. Allí Alec Guinnes personifica, en una actuación soberbia, a un Sigmund Freud que actúa, más bien, como Obi Wan Kenobi impulsando al nuevo caballero Jedi a romper esquemas que él mismo impuso, en beneficio de disfrutar más la vida y abrirse a lo inédito.
Vuelve entonces, una pregunta libertina en el mismo tenor que la podría formular el autor de la Filosofía de la Alcoba: ¿Por qué no? ¿Simplemente por qué no lo permiten las reglas? ¿Se trata en este caso de una prohibición moral?
La respuesta no va del lado de respetar un mandamiento supremo o una ética de ascesis. Se trata de una cuestión diferente y que involucra la posición misma del analista que tiene siempre algo de infausta, porque la clase de Amo que encarna, es aquel que vive del pathos de lo efímero. Pienso que entre la relación del amante con el amado y la del analista con el analizante no hay una igualdad de términos ni una relación de implicación. Se trata más bien de dos historias paralelas y distintas.
Una historia de amor, nos dice Freud en "Puntualizaciones sobre el amor de transferencia"[4], es inconmensurable, sin comparación ni escritura posible. La historia de un análisis, por el contrario, tiende a delinear una escritura -¡No la de los garabatos de la libreta del analista!- y queda del lado del trazo y del límite. Es imposible satisfacer la demanda de amor del paciente simple y sencillamente porque ésta apunta a lo imposible, a la negación de la castración.
La demanda de amor del paciente se dirige a un objeto liso y sin fracturas y que se articula en una sentencia imperativa -estilo Rochefoucauld- que Lacan formula en su Seminario de la Lógica del fantasma (18/02/1967), y con la que intenta definir el amor pleno: "Tú no eres nada más que eso que soy"; razón que remite a los cimientos del amor, hundidos en el narcisismo primario. El amante poseído por Eros escoge al amado según esa lógica y, en ese sentido, la elección del analista se realiza sobre la extensión del mundo fantasmático del paciente y su neurosis, accediendo a ser una formación de su inconsciente. Entonces, el amado analista del cual el paciente no sabe nada, accede a ser sujeto de amor sólo al precio de ser objeto puro de proyección del analizante. Nada de lo que sucede afuera no ha sucedido antes dentro antes. La tragedia de ese amor puro del analizante, no tiene nada que ver con lo que él es en realidad y por tanto no tendría por qué amar como sujeto (pues está convertido en puro objeto) y contestar en reciprocidad a ese amor que se le ofrece, a menos que ceda a la tentación siniestra de considerarse objeto puro, elección que le destinará a caer estrepitosamente, más temprano que tarde, del pedestal en que ha elegido subirse.
La reciprocidad a ese amor de transferencia conduce irremediablemente a la búsqueda de la fusión total, a la tragedia del amor-pasión cuyo ejemplo sobrado es el incesto y la pulsión de muerte que lo habita. El deseo se quiere siempre absoluto, y no hay nada absoluto más que la muerte misma.
Si bien ocupar el lugar del analista implica entrar en la categoría de mínimamente deseable, es la petición de principio para la transferencia, se entiende que el deseo del analista se debe reducir sólo a analizar, porque de entrada él no puede saber sobre el Bien supremo y el bienestar del paciente. En este orden de ideas, cae por sí sola la majadería, que considera que el bien -¡O lo mejor de todo!- para el paciente sólo puede ser el analista mismo en calidad de espléndido amante.
Más allá de la alevosía de tomar un amor de esta naturaleza y la traición implicada a la confianza del paciente, se encuentra una cuestión más profunda, que no es otra que la de desconocer que la tarea analítica no está para responder ni colmar el deseo del sujeto, sino para articularlo, conduciendo al paciente más allá del síntoma, lo que es decir en este caso: al mismo análisis, y la castración simbólica.
Acceder a una pasión así es destituirse del papel de analista, abandonar la incómoda posición del analista. También, abandonar al paciente a la fatal creencia, de que el amor lo puede todo. Ese fue el engaño infausto en que cayeron Jung y sus pacientes. En un ensayo del penetrante editor, sorprendente autor e imaginativo crítico Roberto Calasso, se define tristemente al doctor Jung como un sujeto que en el baile de máscaras de principios del siglo XX se hizo pasar como científico ¡Cuánta ironía y desconsuelo en una misma frase!
La vida se encarga de aproximarnos sorpresas, de romper esquemas: Sabine puede catalogarse de un caso exitoso de Jung, no obstante las numerosas infracciones del tratamiento. La relación con su paciente parece no haber sido ignorada por los padres que fueron alertados por la misma esposa del médico tratante. Se conoce una carta de la madre de Sabine en la que le pide a Jung se aleje de ella; también sabemos la ripia contestación de Jung que Bettelheim[5] destaca en el prólogo al libro de Carotenuto (que recoge e interpreta, algunas cartas y fragmentos del diario de Spielrein), y que habría sido referida al mismo Freud en una carta dirigida a él en 1909: "Pero el médico sabe cuáles son sus límites y nunca se excederá porque se le paga por su trabajo. Esto le impone las restricciones necesarias. Por ende sugeriría que, si usted quiere que me ciña estrictamente a mi papel de médico (¡Sic!), me pague honorarios como recompensa adecuada por mi trabajo... mis honorarios son diez francos la consulta". Los mexicanos tenemos una expresión para referirnos a ese abuso: “cobrarse a lo chino”.
Sólo un año después de su cura en el psiquiátrico y remitidos sus síntomas, decidió estudiar la carrera de medicina, que terminó brillantemente con una tesis de doctorado sobre el tema de la esquizofrenia en 1911. Su personalidad extraordinaria e intensa se adelantó a su época: independiente, con poco cuidado por las murmuraciones, agresiva y emprendedora, incluso revolucionaria.
Cuando decidió convertirse en analista, se involucró completamente en la tarea. Una de las más importantes ideas desarrolladas por ella, fue sin duda, el señalamiento de la inextricable relación entre pulsiones eróticas y agresividad que, muy probablemente, inspiró a Freud para concebir el concepto de pulsión de muerte. También hizo aportes al campo de la pedagogía psicoanalítica y el análisis de niños que conviene tomar en cuenta, como antecedentes de la práctica de los principios del psicoanálisis en la educación.
Después de tener varias sesiones con Freud y llegar a formar parte de la Sociedad Psicoanalítica de Viena, decidió alejarse de él y seguir estudiando con uno de los personajes más importantes del psicoanálisis en aquel momento, Karl Abraham, primer psicoanalista alemán que ejerció en Berlín. En medio de toda esta historia, se casó con el médico ruso judío Pável Schettel con quien tuvo dos hijos.
La ruptura con Jung no fue suave y nunca del todo completa, y es posible que haya visto a su querido mucho después del corte propuesto por Freud. Aunque se casó en 1912, permaneció largo tiempo alejada de su marido, trabajando -cerca del Dr. Jung- en el Instituto Rousseau en Ginebra, aunque no sabemos a ciencia cierta si tuvo contacto con él. Finalmente, alcanzó a su marido en 1921 cuando decidió emprender el camino de regreso a su patria para formar parte del movimiento psicoanalítico ruso. Conocemos sólo una fracción de todo lo que escribió Sabine (algo de esta luminiscencia se bosqueja en el film), pero a través de esas letras escasas, podemos adelantar la vibración de una vida intensa.
Durante todos estos años, mantuvo correspondencia con Jung: la película acierta al escoger como línea argumental esas cartas y el diario que ella produjo durante toda su existencia. Nos agrega a la historia principal, un pequeño cuentito referente a un historiador y una rebelde buscadora de papeles, que remueven las piedras de la nueva y pujantemente capitalista Rusia, a fin de rescatar de las cenizas la historia perdida de la bella Sabine. Una licencia poética que podemos conceder a cualquier buen relator de historias.
El psicoanálisis fue parado en seco en 1936 después de la muerte de Lenin, debido al antisemitismo del temible (otros dirán perverso) camarada Stalin, y por no coincidir con los rígidos principios materialistas del marxismo académico imperante: misma ideología, que sí toleró los audaces experimentos en materia genética de Lysenko, que hundieron en desgracia a la economía agrícola de la madre Rusia.
Asistimos en el filme al ataque con cuchillo que realizó a su esquivo amante. Sabine deseaba con ansia quedar embarazada y ponerle a su hijo el nombre de Sigfrid, que supuestamente complacería a Jung (estudioso apasionado de los mitos germánicos), y que en la práctica consignaría en un fruto de carne la relación homoerótica entre Freud y su hijo putativo. La idea parece haberle chocado a Jung completamente, no sólo por el hecho de concebir un hijo fuera de su matrimonio, sino porque le mostraba miserable y ridículo, al confrontarle con su desmedida ambición por obtener la fama por sí mismo.
La ruptura de Jung con Freud sucedió por ahí de 1913, cuando su maestro no pudo tolerar más: la asexualización del psicoanálisis, la rivalidad extrema del heredero, y las alarmantes faltas a su práctica profesional que lastimaban sus oídos. Freud mantuvo hasta el último momento una admiración por Jung, producto de una transferencia salvaje que ya había tenido lugar con W. Fliess, el médico otorrinolaringólogo delirante que le sirvió como contraparte de escucha para la realización de su autoanálisis.
Faenza, quien es también uno de los guionistas de este complejo drama psicológico, se porta como un juez irónico hacia Jung y lo retrata llorando histérico de felicidad ante el canto de las arias de los rubios héroes wagnerianos. Para nuestro gusto, es demasiado gentil. Deja de lado las siniestras maniobras que le llevaron a ser presidente de la Sociedad de Psicología Aria organizada por Göering (fue editor en jefe de su revista de 1933 a 1940) y los artículos que escribió en contra de Freud dedicados a censurar su trabajo, haciendo énfasis en que los negros contenidos del inconsciente judío no podían ser extendidos al estudio del alma pura de los arios. El prestigioso Jung (y otros intelectuales de la época, entre los que destaca Heidegger) apostó fuerte a la posteridad de su obra apoyándose en los nazis y perdió en parte la batalla cuando éstos fueron derrotados. Años más tarde, trató de justificar su actitud, minimizando su participación y aduciendo la increíble patraña de que era una forma de ayudar a gente perseguida. La cobardía no conoce la decencia.
Sabine luchó porque fuese aceptado el psicoanálisis en su patria y chocó contra el muro del dogmatismo soviético. Esa situación perduró hasta la caída del régimen: un amigo mío que visitó en el año de 1985 la devotamente marxista Moscú, fue detenido e interrogado más de doce horas por los aduaneros del aeropuerto por traer en su maleta las inicuas obras completas de Freud.
Sabemos ahora que Sabine llegó a la Unión Soviética el verano de 1923. Ingresó a la Sociedad Psicoanalítica Rusa y colaboró en la Casa Experimental de la Niñez, el dispensario psicoanalítico de la analista rusa Vera Schmidt[6]. Realizó junto con ella y otros nombres ahora olvidados, trabajo dentro del Instituto Psicoanalítico del Estado de 1923 a 1927, durante los primeros años de la revolución socialista. Es probable que después haya sufrido de la persecución estalinista a los judíos. En la película hace una recargada aparición un supuesto pequeño demonio, hijo de Stalin, que habría sido confrontado por Sabine debido a su rebeldía. Se nos sugiere -sin ninguna necesidad- que ese niño torvo y violento con rasgos asiáticos, fue el posible motivo para su eliminación de todo un sistema educativo. No hacía falta esa imagen reduccionista que arrincona en lo personal una situación social; los formalistas rusos calificaron de pequeño burguesas la mitad de las inquietudes intelectuales de esa época. Tampoco hacía falta a la trama, la denuncia de un supuesto crimen, que en realidad sabemos fue suicidio trágico: el del gran poeta Maiakovski. Faltó a Faenza sutileza en estos detalles: la realidad fue todavía más cruel, mucha gente fue condenada por verdaderas sandeces y cualquier resistencia a la voluntad caprichosa del dictador y su interpretación de las sagradas escrituras del comunismo, aniquilada.
El final que nos sugiere el director tiene, sin embargo, trazas de verosimilitud. Es posible que fuese fusilada durante la ocupación nazi de 1941. El frío invierno de esos años de batalla intentó tachar todo vestigio de su existencia, pero finalmente, Sabine no fue borrada. Su presencia vive en miles de estudiosos del psicoanálisis y admiradores de su coraje. La red de Internet está plagada de homenajes a ella en alemán, inglés, español y hasta ruso. La luz de su alma valerosa sigue iluminando el camino de muchos jóvenes que quieren dedicarse a una profesión imposible.




Algunas referencias a Sabine en la Red:

Spielrein Sabine: http://javari.com/FreudPsa/spielrein.htm
Ich hiess Sabine: http://www.sabinaspielrein.com/
Comments on the Burghölzli hospital records of Sabina Spielrein: http://www.blackwellpublishers.co.uk/joap/Joap217.pdf

[1] CALASSO, Roberto, “Nota sobre los lectores de Schreber”, en Los cuarenta y nueve Escalones, Anagrama, Barcelona, 1994, p. 183.
[2]Citado en: Donn Linda. Freud y Jung. Los años de amistad, los años perdidos. Ed. Vergara. Argentina 1990. P. 254.
[3] ROAZEN, Paul, Cómo trabajaba Freud. Comentarios directos de sus pacientes, Paidós, Barcelona, 1998, p. 167.

[4] FREUD, Sigmund, “Puntualizaciones sobre el amor de transferencia”, en Obras Completas. Biblioteca Nueva. Madrid 1983.
[5] BETTELHEIM, Bruno, “Prólogo” al libro de CAROTENUTO, Aldo, Una secreta simetría, Gedisa. Barcelona 1984, p. 25.
[6] DELAHANTY, Guillermo, Sabina Spielrein: juego sucio o amargo lamento, en www.cartapsi.org/mexico

jueves, 24 de julio de 2008

Detrás de las terapias alternativas... ¿esperamos?


En el site: dragandavic.com podrán ustedes encontrar la biografía del Dr. Dragan "David" Dabic quien nació en un pequeño pueblo serbio hace 60 años y que de niño le gustó siempre explorar los bosques y montañas, en busca de yerbas y medicina natural. Según esa "biografía", se movió después a Belgrado y luego a Moscú dónde se graduó en Psiquiatría para después ir en búsqueda de su Yo interno a la India, Japón y China, dónde se graduó como especialista en terapias alternativas, con énfasis en el control mental, la meditación, el yoga, y la limpieza espiritual.
En los años 90’s regresó a su natal Serbia y se convirtió en uno de los más prominentes expertos e
n medicina alternativa, bioenergía y macrobiótica, que según el site, le había atraído la atención de los magazines de salud, los programas de televisión y numerosos forums dedicados a éstas tópicas.
Bueno, en realidad este sabio y venerable hombre, resulta ser Radovan Karadzic, prófugo por 11 años de la justicia internacional, líder de los serviobosnios en la guerra de Bosnia de 1992 a 1995.
El “terapeuta alternativo” es uno de los tres fugitivos acusados de crímenes de guerra en el conflicto de Yugoslavia, cuyo arresto era una condición clave para que Serbia avance hacia la membresía de la Unión Europea.
Karadzic prendido a finales de julio de 2008, enfrenta dos acusaciones: de genocidio por la masacre de 8.000 bosnios musulmanes en la ciudad de Srebrenica, en 1995 (obra parte de la "limpieza étnica"), y por el asedio de 43 meses a Sarajevo. Unas 11.000 personas murieron en la ciudad por los disparos de francotiradores, ataques con mortero, hambre y enfermedades en un pasado reciente, que quienes admiramos la Yugoslavia de Tito, recordamos con dolor y tristeza.
El ex líder quería que áreas de Bosnia estuvieran vinculadas a Serbia y otras zonas también dominadas por los serbios, en una época en que el autócrata Slobodan Milosevic avivaba el nacionalismo en Serbia.
Karadzic vivió durante años bajo un nombre ficticio y trabajó como terapeuta alternativo, se ha sugerido que su paradero fue protegido incluso por las fuerzas de la NATO. Por cierto, efectivamente estudió psiquiatría en Inglaterra (¡Nada menos que en Tavistock! y cómo otros líderes de la guerra yugoslava tenía precisamente esa especialidad) y es el hijo de un carnicero de las SS que operó durante la 2ª Guerra Mundial.
El abogado de Radovan Karadzic en Serbia, Svetozar Vujacic, dijo que su cliente se encontraba bien física y mentalmente. No habló con los investigadores sino que "se defendió mediante el silencio."
"Tendrá un equipo legal en Serbia, pero se defenderá a sí mismo (sin un abogado) durante su juicio en La Haya," dijo Vujacic a Reuters.
"Está convencido de que con la ayuda de Dios, ganará," agregó, que está muy seguro de que resultará absuelto.

El detenido utilizaba gafas gruesas, abundante barba y cabello largo para esconder su famoso rostro. Recientemente para afrontar su juicio, Karadzic pidió un corte de cabello y una afeitada, que al parecer ya le hacían falta.



Así que la próxima vez que vean un anuncio que diga: “Terapia Alternativa”, ya saben lo que puede significar. Les ofrezco por último dos de los proverbios chinos favoritos del notorio y desalmado criminal:


Detrás de cada hombre sabio, siempre hay otro hombre sabio”.
Y:
Aquél que decide rendirse, cava dos tumbas” (sin más comentarios).

jueves, 10 de julio de 2008

Hospital Juan N. Navarro en peligro.


Las noticias me empezaron a llegar filtradas por la opinión de otros colegas. Alberto Sladogna (Blog: http://clinicadoctrina.blogspot.com/) fue el primero en comunicarme a principios de éste julio de 2008, a través del correo electrónico, su oposición a que el Hospital Juan N. Navarro se cerrase y se lo agradezco.
Entonces, me di cuenta de que no sabía prácticamente nada del asunto, pues no compro La Jornada, ni el periódico local (dónde, por supuesto, tampoco aparecería la noticia) todos los días y tampoco recurro a ver en el Internet las noticias que se van generando porque no acabo de confiar en un filtro que hace más importantes las travesuras de Paris Hilton, o lo bonita que es nuestra bandera, que una reunión de los G8 o el atentado al avión del candidato presidencial norteamericano Barak Obama (¿Fue eso? ¿No?).
Su texto exponía de manera sucinta, que la reubicación del centro Hospitalario equivalía al cierre del hospital y a una victoria más del poder biomédico que caracteriza el común ejercicio del abordaje de la salud mental en nuestro país y dónde escasa cabida tenemos los psicoanalistas mexicanos.
Me imaginé algunas cosas horribles cómo las que podemos esperar de nuestros funcionarios y la camisa de fuerza psiquiátrica, que no me acababan de ser claras. Me puse entonces, a investigar un poco más el asunto. Escribí a otros colegas para preguntarles qué estaba pasando y dediqué un tiempo a rastrear el conflicto en la Red.
Parece que durante el gobierno panista (conservador, para no decir inepto) del surrealista Vicente Fox, el hospital se intentó cerrar en un par de ocasiones. Una nota del periódico firmada por Ángeles Cruz Martínez (La Jornada 22.01.06) relata la ansiedad e incertidumbre de los
trabajadores ante el eventual traslado del Hospital. El Psiquiátrico Infantil en poco más de 40 años había atendido a más de 100 mil menores de 18 años con algún trastorno mental, y la mayoría de sus servicios tenía lista de espera, la cual llegaba a ser de hasta un año.
El entonces director Félix Higuera – quien consideró una prioridad en el presupuesto, eso sí, remodelar la dirección general con vidrios polarizados y alfombras nuevas – , informaba a los dirigentes sindicales sobre el proyecto; les dijo que se aplicaría en el mes de febrero, con el traslado de las áreas administrativas al espacio que hasta el año pasado ocupaban un centro de capacitación y bodegas de la Secretaría de Salud (Ssa) en la colonia Arenal, muy cerca del deportivo de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado y del predio donde se construía el Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen).
La unidad médica atendía entonces a más de 45 mil niños al año, y el espacio que ocupa amenazaba ser cedido para la construcción de una nueva torre de hospitalización del Instituto Nacional de Cancerología, según lo confirmó a los trabajadores Enrique Camarena Robles, subdirector adjunto de los Servicios de Atención Psiquiátrica de la Ssa.
No era la primera vez que se intentaba dicho traslado. La primera había ocurrido poco más de dos años antes, cuando la Ssa estaba en busca de un predio para el Inmegen. El entonces titular del Consejo Nacional contra las Adicciones, el Dr. Guido Belsasso, notificó a varios de los médicos sobre la decisión. El proyecto se suspendió luego de que se descubrió que Belsasso incurrió en el delito de tráfico de influencias y fue descubierto de manera escandalosa por Jaime Avilés en un diario (La Jornada 18.08.03).

Este segundo empujón que se quiso propinar a los trabajadores y enfermos del hospital de enfermos mentales a una bodega, se realizó a pesar de que la Organización Voz Pro Salud Mental había declarado (La Jornada 09.10.2005) que alrededor de 15 millones de mexicanos tienen alguna enfermedad mental y 28 por ciento de la población había padecido, en algún momento de su vida, algún trastorno de este tipo. Tratándose de un problema de salud grave que se atiende con apenas 0.85 por ciento del presupuesto del sector salud.
Éste hospital psiquiátrico infantil es único en América Latina. Fundado en 1966 por la doctora Matilde Rodríguez Cabo para sacar del manicomio de La Castañeda, a los niños con trastornos cerebrales y de conducta, es un centro de investigación y una escuela que actualmente opera pese a las limitaciones de presupuesto, con lo cual cientos de pacientes de todo el país quedarían desatendidos entonces, tal y cómo ahora se pretende.
Instalado desde su fundación sobre una superficie de 42 mil metros cuadrados, el Juan N. Navarro cuenta con un personal de 50 médicos psiquiatras, cantidad que contrasta con el hecho de que hay "alrededor de 200 psiquiatras infantiles que trabajan en consultorios particulares o instituciones públicas" en el resto del territorio nacional, según compañeros del líder gremial presentes en una entrevista hecha por Jaime Avilés (La Jornada 30.01.06). Según los sindicalistas, entonces: " (brindaba) servicio terapéutico a unos 830 pacientes infantiles cada día, sin mencionar los talleres para familiares adultos que asisten a las terapias de apoyo". Está organizado en cuatro unidades: una para adolescentes varones, otra para adolescentes mujeres, otra para pacientes agudos que requieren de atención prolongada y una más para adolescentes varones con problemas específicos de farmacodependencia, y también precisaron: "Estos últimos son tratados con fondos de un programa pagado por la Unión Europea".
Los padres de los enfermos y el personal del hospital realizaron entonces una movilización activa con manifestaciones diversas, que desembocó en las oficinas de los burócratas subalternos al Dr. Julio Frenk que les confirmaron los planes y la falta de presupuesto para llevarlos a cabo. La directora de Cancerología en ese momento, la Dra. Mohar Betancourt (La Jornada 09.02.06) declaró que las instalaciones de su centro eran insuficientes y que debía buscarse modernizar los servicios, aunque rechazó que existiese la intención de despojar a trabajadores y pacientes del psiquiátrico infantil, agregaba, también entonces: "Si no hay eso, por supuesto que no queremos arrebatarle el terreno y dejarlo en condiciones más limitadas. Queremos que se optimice el servicio que presta el Juan N. Navarro y, al mismo tiempo, el del Incan. Todos somos médicos, pertenecemos al mismo sistema de salud y tenemos el mismo compromiso social con los más pobres del país" y si no podía llegarse a un arreglo: "tendremos que seguir con lo que tenemos y pensar en otras opciones para mejorar nuestros servicios, pero sin llegar a ninguna confrontación''.
Finalmente, vino la respuesta oficial y extraña – por las declaraciones previas de otros funcionarios – del titular de la Ssa, el triptofanito Dr. Julio Frenk para decir que el hospital se mantendría abierto y que nunca hubo intención de cerrar el hospital ni cancelar sus servicios, sino de modernizarlo, como parte del plan de racionalización de servicios y recursos en lo que sería la nueva Ciudad de la Salud, en la zona de hospitales de Tlalpan (La Jornada 18.02.06). Resaltaba en la conferencia de prensa en que irrumpieron los padres de los pacientes mentales, que uno de los problemas mayores de la zona era la falta de estacionamientos. Sus declaraciones, reforzaban el dicho de los directores de recursos humanos y de los hospitales federales de referencia que – dos días antes –, habían firmado un comunicado en que se señalaba que "en ningún momento se había pretendido cerrar el hospital, en virtud de la importancia que representa que ese nosocomio proporcione sus servicios de manera integral y multidisciplinaria al cien por ciento de la población que lo solicite".
Hoy día los acontecimientos nuevamente se precipitan y las palabras que habían proferido los funcionarios en defensa de sus puestos y ante el descontento general de trabajadores y usuarios de los servicios hospitalarios, han caído en el olvido.

Quizá sea ese el destino de la salud pública (y educación) en general, ser una renta incómoda para el gobierno de la cuál trata de desembarazarse ó a la cual intenta aplicar criterios de operatividad industrial.
En este momento, el actual político en turno en la secretaría de la Ssa del gobierno de Calderón, el Dr. José Angel Córdova Villalobos
[1] (médico cirujano, maestría en administración pública y severo crítico de la promoción del condón como preventivo para las enfermedades sexuales, promotor de la abstinencia en la planificación familiar. Excélsior[2] 11/01/07), afirma que el edificio se está “cayendo” (La Jornada 14.06.08) y que debe cerrarse para que en ese predio se construya una torre, ampliación del Instituto Nacional de Cancerología y un estacionamiento para dichas instalaciones. Descartó la posibilidad de construir un hospital nuevo, como lo exigen los trabajadores, porque en el presupuesto de este año no están previstos recursos económicos para este fin. No obstante, dijo, es un tema que se va a analizar para el próximo año. “Vamos a ver, de acuerdo a las necesidades porque también tenemos que optimizar los recursos, según la demanda de servicios. Los hospitales tienen que mantener una ocupación de 70 por ciento”.
Declaraciones nada extrañas saliendo de quien encabezó las manifestaciones en contra de la píldora del día siguiente, y que en una entrevista con Ángeles Martínez (La Jornada 25.11.06) aseveró:
P: ¿Está usted comprometido con el derecho a la salud, incluidos los sexuales y reproductivos?
Córdova: Es sólo el derecho a la salud, porque si le llamamos derecho a cada cosa, habría derechos digestivos o respiratorios. El derecho a la salud debe ser completo y pasa integralmente por una información y educación para la salud...
Todo esto parece descabellado en grado superlativo y si no fuese tan serio el asunto darían ganas de reír a carcajadas. Estamos frente al más importante acontecimiento en psicología y salud, medicina y cuidado de las enfermedades mentales de nuestro país, y para muchos de nosotros la cuestión ha pasado de noche, siendo tan grave. La lógica que parece imperar es la redituabilidad financiera y política del tratamiento a éste tipo de enfermos. Resulta más barato tratar a un enfermo de cáncer seguramente que a uno mental, y la recuperación de ambos en un análisis horizontal, debe arrojar como más sustentable (palabra favorita del neoliberalismo) el tratamiento a unos que a otros.
Nuevamente hay que mandar a la nada a los locos, van a la Stultifera Navis a vagar sin rumbo, no es casual que la primera vez que se quiso reubicar a los niños, se les intentó enviar a lo que fueron archivos y bodegas. No son productivos, no son comprensibles, es una renta inútil la inversión en su tratamiento, quizá ni siquiera pueden considerarse enfermos, ni tener derecho a atención, porque son desechos de la sociedad en los que debe invertirse lo mínimo.
¿Por qué un enfermo de cáncer es más importante que uno mental? Se piensa quizás, que lo único que gastan es recursos que pudieran utilizarse para el tratamiento de otras enfermedades (físicas y reales) que no representan ningún tipo de duda para la mente simple y que nadie pondría en tela de juicio que deben tratarse, por ser un patente riesgo de salud para cualquiera de la población, a diferencia de la locura que ataca solo a los menos aptos para la sobrevivencia.
Ésta clase de pensamiento pragmático, sin embargo, equivale a quitar el pan a un hambriento, para darlo a otro. La metáfora no es afortunada, porque en realidad se trata de un derecho y no una limosna, aquello de lo que gozan los pacientes que van al hospital. Sería más pertinente decir, que se despoja de un derecho a un sector de la población en beneficio de otro. No hay ninguna razón por la que deba quitarse un servicio que está marchando y adjudicarle ese espacio a otro tipo de enfermos, sobre todo, cuando se dice que no hay presupuesto alguno para el tratamiento de pacientes mentales. Un manifiesto de los trabajadores y padres de familia, hace notar que: “El estigma, la discriminación y el desconocimiento de los problemas de salud mental se reflejan también en las políticas de salud y las decisiones de asignación de recursos y prioridades”.
Estos criterios que hoy rigen toda la administración pública y social, van en contra del concepto de Estado benefactor tal y cómo se ha concebido y desarrollado en algunos países europeos, a favor del modelo norteamericano que privilegia el negocio de las aseguradoras sobre la salud y atención social del ciudadano.

Y dejemos al margen, por no tener los datos a mano, de lo que costará el proyecto de la nueva torre y a quién ha sido ya adjudicado el contrato que con tanto empeño se quiere llevar a cabo.
Las necesidades de Cancerología son reales y urgentes, pero no deberían cubrirse descobijando a otros y desplazando de su sitio a un hospital que debiera ser, más bien, atendido en sus necesidades. Y la construcción de estacionamientos como una necesidad primaria, habla de un proyecto urbanístico inadecuado, que sigue promoviendo el uso del automóvil particular en el DF.
Al parecer, la propuesta para la reubicación del Hospital Juan N. Navarro, es una construcción vertical con oficinas sin infraestructura para consulta y hospitalización, que reduciría significativamente el número de camas, amén de que limitaría las facilidades para realizar el trabajo de diagnóstico, atención, docencia e investigación que actualmente se realizan.

Bernardo Bidart, coordinador general de hospitales de la Secretaria de Salud, dio a los padres de familia, seguridades de que la nueva sede del hospital será más amplia, más segura y de mejor calidad, que la que actualmente tiene el "Juan N Navarro". Los manifestantes señalaron que no entienden como se puede decir que será más amplio cuando el terreno de la nueva sede tiene 20 mil metros cuadrados, que es la mitad de lo que actualmente tiene el psiquiátrico infantil y reduce a 60, las 120 camas que actualmente operan en el hospital (El Universal 04.07.08).
Quizá sea duro decirlo, pero se trata de la misma lógica del plan que en la Alemania nazi decidió la esterilización primero, y la muerte después, de los minusválidos, locos y retrasados mentales de las instituciones de salud, tal y cómo nos lo mostró la impactante película Amén (2002)) de Costa – Gavras. En ese caso se llevó al extremo eficiente, sin ninguna duda, el mencionado criterio administrativo de rentabilidad y sustentabilidad tan caro a nuestros administradores.









[1]A sus 54 años de edad, José Ángel Córdova se describe como un hombre espiritual, “pero eso no quiere decir que sea muy religioso”. Su vida profesional y política ha sido formada en Guanajuato.
Fue presidente del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de Guanajuato, del periodo 1997-2002 y director de la Facultad de Medicina de la Universidad de ese estado, de 1990 a 1997. De diputado federal en la pasada legislatura, en la que presidió la Comisión de Salud, pasó a ocupar el máximo cargo de la Secretaría de Salud (Universal 17.01.08).
[2] Córdova habla de las críticas que ha oído, leído o intuido a la promoción abierta del uso del condón. Y dice "Creo que debe privilegiarse, sobre todo, lo que es educación, debe privilegiarse la promoción de la salud y deben privilegiarse las acciones que tienen más impacto Se le pregunta cuáles son, y responde:
"Es que de repente hay acciones que más que prevención parecían hacer porción de prácticas de mayor riesgo. Por ejemplo, dentro de las campañas de no discriminación había algunas que parecían más promover el homosexualismo, que evitar la discriminación a los homosexuales y dices, bueno, ¿quién hizo estos spots?, ¿se trata de no discriminar o se trata de promover algo? Creo que en este sentido hay que ser muy críticos y el objetivo de hacia quién va dirigido, qué se trata de hacer, debe ser muy claro".

lunes, 30 de junio de 2008

A day in the xalapeña life

Hoy por la mañana me levanté deprimido por la cantidad de papeles burocráticos que tengo que llenar en la Universidad para justificar mi trabajo y esa sensación se agudizó al ver el nuevo día por la ventana. Yo supongo que todos mis colegas académicos en las universidades públicas de este país tienen el mismo problema: aprender a hablar el lenguaje de los contadores y administradores, probar que somos buenos obreros que producen.
Uno de los informes de autoevaluación de mis clases me requiere contestar si he promovido en mis alumnos el uso de la paquetería Office, del cuerpo y de las manos (¡?), todo bien, pero doy clases de Psicoanálisis y de Filosofía... ¿será bueno que me vaya acostumbrando a bailar la rumba freudiana?
Es un típico día jalapeño: llovizna pertinaz, cielo gris y nublado, aire frío y paisajes impresionistas calcados de una pintura de Corot o Pizarro, en la tela se ven maravillosos y son demostración de la maestría del artista, pero en la realidad, resultan más bien sombríos y tristes.
Xalapa es una urbe pequeña que ha crecido desmesuradamente en los últimos años, es la ciudad que tiene más automóviles por número de habitantes en México y los conductores aquí no tienen el menor respeto por las reglas viales. Especialmente no atienden al peatón que puede estar mucho tiempo en una esquina tratando de atravesar la calle. Acabo de estar hace un mes en Ciudad del Carmen, Campeche para dar un par de conferencias y me sorprendió mucho el respeto que hay hacia el transeúnte. Los autos se detienen y ceden el paso, así sea una sola persona la que vaya a cruzar.
Esto no es un evento que uno presencie aquí a menudo y cuando yo cedo el paso a los peatones, me miran entre agradecidos y extrañados, dudosos de aceptar mi ofrecimiento. Lo habitual es que el auto que viene por la avenida, acelere y hasta haga cambio de luces, para adelantarse a los peatones que piensan pasar la calle ó automóviles que están por incorporarse al flujo vehicular ó cruzar la avenida.
Hay que abrirle el paso a su Majestad el Servicio Urbano, ó el Príncipe Taxi (según una afortunada expresión de una amiga de mi mujer), porque ellos no respetan ninguna regla, parece que lo que les importa es llegar rápido, sea a este lado ó el otro contrario a la vida.

Yo siempre que subo a un taxi, busco y me ajusto el cinturón de seguridad porque sé que la mayoría de las veces mi vida corre peligro. No respetan por lo general los taxistas el límite de velocidad, rebasan por la derecha, cambian de carril sin aviso, se paran dondequiera sin señalizar su Stop. Y cuando hay un accidente, se protegen entre ellos como una mafia. Supongo que uno debiera acostumbrarse a éstos usos, pero precisamente para mí, es importante no hacerlo, saber que está mal que un taxista crea que tiene derecho a ir más rápido que los demás y a no respetar las leyes de tránsito o civiles, que valen para los demás mortales.
Otra cosa que casi no respeta ningún automovilista - incluso los policías en patrullas - en esta ciudad es la distancia de protección... (2 segundos detrás del vehículo que va al frente)... esto no parece importar a nadie, y es frecuente tener un carro a la espalda sin precaución alguna pitando y aventando el auto, como una forma de hostigar y procurar que uno acelere o se haga a un lado. El auto es aquí no sólo un signo de prestigio, sino un arma contra el vecino.
Quizá por eso suceden en esta ciudad accidentes tan aparatosos, especialmente en época de lluvias. Derrapones, choques y volcaduras, ruptura de las bardas de contención.

El paso de vehículos en crucero de uno x uno, que es una medida racional que ha tratado de implantarse por Tránsito de la ciudad, es respetado con dificultad, ganarle el paso al vecino es una muestra de inteligencia en las cabezas de muchos simio-conductores.
Xalapa se ha tragado ya a las pequeñas ciudades pueblito que le rodean Coatepec, Banderilla y Las Trancas. Mucha gente que trabaja en Xalapa viene de esas ciudades y viceversa. Es una ciudad que ha crecido sin un proyecto urbano definido. Acaba de hacerse una glorieta vial en un crucero que no tenía mayores problemas de tráfico y ahora se generan ahí embotellamientos. Las lluvias desde los primeros momentos han inundado la vía subterránea que al parecer no estaba preparada para recibir las tormentas jalapeñas, ahora se drena con frecuencia esa vía… pero quizá debía haberse planeado un sistema más eficiente de desalojo de agua.

Uno se pregunta: ¿Cómo es esto posible? Eso sí, luce a todo dar en esa glorieta, la estatua de Sebastián (artista consentido del Estado) quién señaló que la escultura la hizo pensando en el árbol que identifica a los xalapeños (la araucaria), donde se sobrepone la “X” de Xalapa y la “V” de Veracruz. La base de cimentación del Arbolito (¿Le pondrán foquitos en Navidad?), costó tan sólo 2 millones de pesos, con una mínima fracción de los cuales, podría haberse pavimentado mi calle que está llena de hoyos o terminar el retorno a Xalapa desde la carretera vieja de Las Trancas - Coatepec que lleva más de dos años sin concluir.

Sebastián, amigo de la Primera Dama del Estado, explicó que su obra tiene una altura de casi 32 metros y un peso de 130 toneladas, sin embargo se negó a revelar el costo que tuvo: "A mi no me gusta hablar de costos, yo sólo la hago pero no me gusta hablar de eso", justificó, tras considerar la Araucaria como una de sus mejores obras por la armonía que tiene, por su dimensión y la forma en que fue aceptada por la sociedad (El Universal 29/06/2008).

El problema de esta obra es haber puesto una glorieta que complicó el tráfico dónde no había un real problema. Lo único que se hubiera necesitado es el paso a desnivel inferior, dejando el paso directo, como estaba, de la avenida 20 de Noviembre hacia Araucarias y las laterales. Pero tenía que ponerse la obra de Sebastián, originalmente pensada a partir de recolección de llaves y metales donados por los xalapeños, pero que excedió en toda proporción costos y diseño, se dice en murmullo que la obra llegó a los 25 millones de pesos.
Antes en ese paso, se controlaba el tráfico con cuatro semáforos. Se cerró el retorno sobre la avenida 20 de noviembre, para obligar a los conductores a usar la glorieta. Ahora hay ocho, y no están sincronizados del todo, son cortos los altos, así que el tráfico está siempre bien asegurado, así como el abordaje por parte de los pobres indigentes que limpian vidrios, juegan con pelotas ó piden directamente dinero. Bueno para ellos...

Se ha empezado a construir un nuevo distribuidor vial frente a Plaza Cristal, esperemos que sea planeado con más estudios de por medio y más atención... menos pensando en la imagen política y más en la ciudad.

miércoles, 25 de junio de 2008

Risoterapia 2.




Dos pacientes se encuentran paseando en el jardín de una clínica psiquiátrica.
-- ¿Por qué estás aquí?
-- Porque me siento ser Napoleón.
-- ¿Y cómo sabes que lo eres?
-- Porque Dios me lo dijo.
-- ¡Mentiroso! Es la primera vez que tú y yo hablamos.



Un hombre va durante años a un analista porque tiene terrores nocturnos y piensa que debajo de su cama hay un monstruo. Un día va a ver al doctor y le dice: “No voy a venir más... solucione mi problema”. El doctor le dice con un tono de incredulidad: “¡Ah sí! ¿Y cómo?” El hombre responde: “Tuve que ir a ver, otro especialista que resolvió mi problema en un solo día”. El terapeuta le dice: “Seguro fue a ver usted un charlatán...” El paciente dice: “No, vi a un carpintero que le cortó las patas a mi cama”.




Un psicólogo experimental se acuesta con su asistente del laboratorio. Después de la experiencia le dice: “¡Tú lo disfrutaste muchísimo querida!... ¿Y observaste cómo me comporté yo?”




-- Doctor, pienso que no le importo a nadie. Nada de lo que yo soy le interesa a la gente.
-- ¿Me podría repetir lo que dijo? No le escuché.



-- Doctor, vengo a consulta porque me siento la más fea mujer del mundo.
-- Vamos a empezar el tratamiento directamente en el diván. Pase por favor, y acuéstese boca abajo.


-- Doctor, vengo a consulta porque soy un maníaco depresivo.
-- Cálmese, anímese, cálmese, anímese...


-- Doctor vengo con usted porque la gente dice que tengo un muy mal carácter.
-- Siéntese y cuénteme su problema.
-- ¡Te lo acabo de contar, imbécil!

lunes, 23 de junio de 2008

Ley sobre miradas lascivas...


Le he insistido a mi joven amigo Mike para que abra su BLOG, dice que prefiere escribir un libro, pero de vez en vez... me manda -- junto a otras 20 direcciones -- algunas de las cosas que escribe que son lúcidas y divertidas. Esta vez, le voy a prestar mi BLOG para decir algo que si no fuera tan serio, daría mucha risa (¿No tendrán nada qué hacer nuestros políticos además de cobrar, tranzar y pelearse entre ellos?)... les pongo el texto a continuación:
El Modus Vivendi

"Ha llegado el momento de decir 'Non Possumus'"
Clemente Munguía 1856

Me lamentaba hace poco no poder obedecer una ley que recién han dictado los legisladores. Pero bueno, seré franco por una sola vez: me lamentaba en realidad por algo mucho más grave: sentir el deseo de transgredir esa ley tan pronto como apareció en el escenario de nuestras convenciones. Se trata naturalmente de la ley sobre "miradas lascivas".
A decir verdad nunca había sentido tantas ganas de mirar mujeres en la calle como ahora que está prohibido. De hecho nunca lo había hecho tanto. Pero como este comportamiento puede obedecer a fenómenos del todo ajenos a la vida pública – que evaden así el látigo cruel de la escritura-, no hablaré más de eso.
Sólo diré que meditaba en ello cuando recordé que, tan pronto como se promulgó la constitución de 1917, uno a uno los poderes que dirigirían al país durante el siglo XX la fueron violando en riguroso orden de importancia: los "inversionistas" norteamericanos, los "revolucionarios" mexicanos y el clero romano.
Para eso fue hecha la constitución en México, para irla violando hasta configurar un orden político. Todo por supuesto con arreglo a este precepto: mandará el que pueda violar la ley sin sufrir consecuencias. O dicho de otro modo: nuestra constitución –como solían decirnos cuando éramos niños- puede ser "la más avanzada del mundo", sólo que tiene un problema: es incumplible. Incumplible como lo creía Carranza –que era ni más ni menos que el señor Presidente-. Incumplible como creyó Comonfort –siendo también Presidente- que lo era la constitución de 1857.
Por eso los norteamericanos dicen desde 1917 que no respetarán el artículo 27, y lo cumplen. Por eso Obregón, aunque no lo dice, no respeta el artículo 82, al que odia y atropella en dos ocasiones. Por eso la Iglesia jura y perjura que no obedecerá el artículo 130, y lo consigue. Todo inmediatamente después de la promulgación de la constitución.
Mi visión, pues, del siglo XX mexicano del que sólo pude saborear el último cuarto, es que a partir de entonces, todos hemos ido encontrando –aun involuntariamente y sobre todo así- aquella ley que, digamos, no nos gusta, entregándonos por mera voluntad de poder a la tarea de desobedecerla. No todos alcanzamos nuestro objetivo y ello debe bastar para saber de que lado (hoy que están de moda los radicalismos) está uno: del de los que pueden violar la ley sin consecuencias o del de los que no.
Debo aclarar que el modo de corregir este severo problema no es para nada una nueva revolución que en el mejor de los casos sólo haría nacer una nueva ley, más incumplible aún (siguiendo la tendencia que viene despuntando desde el año 1824, salvo que hayamos alcanzado ya el punto más alto de la curva de nuestra hipocresía). La única solución eficaz que yo concibo cuando se está del lado de los que no pueden violar una ley sin sufrir consecuencias, es esta: elegir una nueva ley que sí pueda uno, con su poco poder, violar a placer.
Pienso sin embargo que no poder violar una ley no es tan grave en términos de mexicanidad. Lo que importa es la voluntad de hacerlo, pues estar dispuesto a violar una ley es una de las maneras de ser y de declararse mexicano (y ortodoxo, como yo). Poder hacerlo o no ya es otro asunto… Éste: si se es mexicano de 1ª, 2ª, 3ª…
Los frailes del siglo XIX solían decir, cuando se emitía una ley civil que contravenía sus sagrados cánones, lo siguiente: "non possumus", es decir, 'no les podemos obedecer'. Y no obedecieron, entre otras cosas porque Porfirio Díaz también violaba la ley (¡faltaba más!), puesto que desobedecer una ley no es el único modo de violarla: otro es no hacerla cumplir cuando se está en el papel de 'autoridad', justo como hizo ese oaxaqueño hoy admirado por algunos, y al que debemos no sólo el retorno de la esclavitud a México, sino también (vinculadísimo con ello) un legado de casi el 90 por ciento de analfabetismo sobre la población total del país.
Cuando Porfirio dobló las manos ante el "Non Possumus" del clero (lo que no se atrevió a hacer Juárez por mera vanidad, pues prefirió imponerse el reto mayúsculo de precipitar a la nación en una metamorfosis que lo hiciera vivir de otro modo, lo que era mucho pedir y señal inequívoca de que el indio se creía mucho, aunque casi lo logra el jijo…) cuando Díaz se dobló ante los frailes, insisto, acendró entre nosotros esa convicción de que debe existir una manera, alguna por ahí escondida, de hacer subsistir en un mismo espacio tres entes nominalmente antagónicos y excluyentes: un ley, un gobierno encargado de hacerla cumplir y un sujeto que la viola continuamente, y más aún: afanosa y decididamente llegando a confundir esta práctica con el simple vivir y hasta con el ser.
El momento culminante de este reconocimiento de nosotros mismos como seres esencialmente hipócritas llegó en 1929, cuando, para dar fin a la guerra cristera (pues el conflicto petrolero del momento ya se había 'resuelto'; luego entonces esa guerra ya no tenía sentido) se obligó a la Iglesia y al gobierno nacional a firmar una paz ridícula sobre la base de que la ley no sería cambiada (como deseaba el gobierno), pero tampoco sería aplicada (como deseaba la Iglesia). Con máximo descaro, se le llamó, a esa subsistencia de contrarios, el "modus vivendi". Palabras favoritas para los que comprendieron de inmediato por dónde iba la cosa: los petroleros, los financieros, los presidentes, los gobernadores, los comerciantes, los narcos, los guerrilleros, los dueños de los antros, los que tienen carro, los que fuman mota, los que no declaran, en fin: todos los mexicanos hemos llevado un modus vivendi que gira en torno a ese acto tan simple, en el que podemos reconocernos todos: violar la ley.
Pero insisto, no es culpa nuestra esta 'deficiencia ciudadana'. Lo comprueba la ley de miradas lascivas, pues aquella vez, tras meditar largo rato en el asunto, salí a la calle encontrándome a la vuelta de la esquina a una mujer hermosa, no pudiendo albergar otro pensamiento que éste: "es imposible no violarla" (a la ley por supuesto) y grité para mis adentros: "¡que viva el modus vivendi!"
"¡Que viva!", alcancé a percibir que respondían a lo lejos las miradas de los demás patriotas.
Leonardo Tenorio. (sobrelalinea@gmail.com)

miércoles, 18 de junio de 2008

Interview with Claude Lévi Strauss (1972), part 1

En noviembre de este 2008 Lévi Strauss cumplirá 100 años... un grupo de amigos está por celebrarlo en el DF, con un coloquio sobre Psicoanálsis y Cultura por ahí del 1 y 2 de agosto (ver más informes en la página de Carta Psicoanalítica).
Por lo pronto, he aquí al hombre hablando con una sinceridad y sencillez que asombra... sobre todo cuando dice que estudió filosofía por ser simplemente lo más sencillo para él.

Foucault Chomsky Subtitulos español

He aquí para mis alumnos de la clase de Michel Foucault (y para quien le interese), el encuentro entre Foucault y Chomsky, dos grandes gigantes del pensamiento filosófico del siglo XX... los puntos de vista de ambos no podrían ser más encontrados. Foucault no entiende el poder como un dispositivo aplicado por una clase social hacia otra... está incompleta... pero algo se puede captar, amén de que las imágenes son exquisitamente perentorias.
Escríbanme comentarios... saludos a todos.

domingo, 15 de junio de 2008

Más de esas familias europeas...

Comparto con ustedes una noticia que acabo de leer (ésta vez, sin comentarios, más de lo mismo):


Detalles horribles de italiana encerrada durante 18 años
sábado 14 de junio, 02:00 PM
ROMA (AP) - Los medios de comunicación italianos divulgaron el sábado detalles horribles de la vida de una mujer de 47 años, cuya familia presuntamente la mantuvo encerrada bajo llave durante 18 años, aparentemente porque tuvo un embarazo extramatrimonial.
La televisión italiana mostró el cuarto de la casa familiar donde vivía la mujer, que incluía una cama con sábanas manchadas, un retrete sucio y un fregadero. También había botellas plásticas con agua y cuencos en los que le llevaban alimentos.
La policía dijo que el hijo de la mujer, actualmente de 17 años, estaba viviendo con familiares y no estaba enterado de la existencia de ella.
La mujer fue puesta en libertad el viernes por la policía. El sábado fue colocada bajo custodia psiquiátrica en un hospital de Nápoles, informaron medios locales.
La policía arrestó a su hermano, un campesino, y a una hermana, que trabajaba en una guardería. También puso bajo arresto domiciliario a su madre, una viuda enferma de 80 años. Los tres estaban siendo investigados bajo sospechas de maltrato y secuestro.
La policía dijo que una pista brindada por una fuente anónima los condujo hasta la casa, junto a un camino rural en las afueras de la ciudad de Santa María Capua Vetere, cerca de Nápoles, en el sur de Italia.
El periódico La Stampa dijo que la pista la dio una vecina, que se quejó del hedor proveniente del cuarto donde estaba retenida la mujer.
El caso de la mujer fue comparado el sábado por la prensa local con dos casos de abuso que fueron revelados recientemente en la vecina Austria.
Uno de los casos recordados por los diarios Corriere della Sera y La Stampa fue el de Josef Fritzl, acusado de engendrar siete niños con una hija a la que mantuvo secuestrada en un sótano durante 24 años en la casa de la familia al oeste de Viena.
El otro caso fue el de Natascha Kampusch, una niña austríaca raptada cuanto tenía 10 años y que estuvo detenida en una celda subterránea durante ocho años y medio por su secuestrador.

Christopher Bollas: Mental pain

Conferencia de Christopher Bollas: Mental Pain.